Mendavia acogió el pasado fin de semana una nueva edición de su Copa de San Huberto, una prueba en la que se dobló el número de participantes, en comparación con la cifra registrada en del 2022. En ese torneo, como en todas las competiciones que organiza la Federación Navarra de Caza (FNC) desde septiembre del 2019, se volvió a ofrecer a los cazadores un compendio de las principales recomendaciones que deben seguir para conseguir el máximo bienestar de sus perros.

Navarra, pionera en esta medida para avanzar en la concienciación que los actores del sector cinegético tienen sobre sus animales, centra estos asesoramientos veterinarios en tres grandes áreas. La primera es una información previa acerca de las condiciones físicas de los perros y de las normativas autonómicas de protección animal (que difieren entre comunidades), así como de la alimentación óptima o de los tratamientos preventivos más recomendables. Después, se aborda lo que los cazadores han de tener en cuenta durante la propia jornada de caza, con los consejos más valiosos en torno a la temperatura, los puntos de agua y la revisión de algunas partes de los cuerpos de sus canes. Y, finalmente, para que cierren el día sin sorpresas desagradables, se les trasladan las sugerencias más importantes sobre el transporte y los exámenes posteriores de sus perros en busca de posibles heridas.

Sin embargo, en épocas estivales en las que se producen olas de calor con temperaturas muy elevadas, estas instrucciones se centran, sobre todo, en advertir a los cazadores del riesgo de que sus perros puedan sufrir golpes de calor, así como de exponerles las acciones más relevantes para evitar esas situaciones tan desagradables. Este peligro no solo se da por la evolución de la temperatura, con veranos cada vez más cálidos, sino también por los cambios en la actividad cinegética. Hay que tener en cuenta, por ejemplo, que en los descastes de conejos, los perros han de esforzarse mucho más que en la caza de otras piezas, ya que han de emprender más carreras; o que la caza del jabalí se autoriza desde fechas más tempranas que años atrás (en Navarra, se inicia el 15 de agosto).

Nicolás Urbani, asesor técnico veterinario de la FNC, resumió esta misma semana en Radio Marca las nociones fundamentales sobre los golpes de calor en los perros. Comenzó su intervención precisando que un golpe de calor en un perro es un fenómeno de hipertermia: “Por la elevada temperatura ambiente, se produce un aumento desmesurado de la temperatura corporal del animal, lo que le acarrea una pérdida de reservas de glucosa y, por ende, un colapso interno con daño cerebral, fallo multiorgánico y, por desgracia en las ocasiones más severas y graves, la muerte”.

Urbani apunta que se trata de situaciones de riesgo que se dan, especialmente, en verano, por lo que los cazadores han de estar muy concienciados en esta época. “Nuestros animales son atletas y se entregan, además, de una forma muy intensa en la actividad cinegética. Por otro lado, venimos de un período vacacional y de parón, por lo que los animales no están tan adaptados físicamente”, alerta. En este sentido, hay que recordar que los perros carecen de glándulas sudoríparas, a diferencia de los humanos. En su caso, tienen todo el cuerpo cubierto de pelo para soportar las temperaturas más fuertes del invierno, lo que conlleva que, en cambio, toleren peor el calor que el ser humano.

En jornadas de excesivo calor como las que se han dado a finales de este mes de agosto, Urbani apremia a estar muy atentos a las señales que puedan emitir los perros. “Los síntomas que tienen cuando sufren un golpe de calor son una actitud más temerosa de lo normal, un pulso acelerado, un jadeo pesado y un exceso de salivación, ya que es la manera por la que se refrigeran, a través de la ventilación de la lengua”, enumera. Conforme va empeorando la situación, pueden llegar a padecer vómitos o convulsiones. En ese instante, el riesgo es ya muy alto, por lo que resulta fundamental tomar decisiones rápidas, entre las que están moverlos a un lugar fresco y ofrecerles un poco de agua tibia, con la que también remojarlos.

El asesor de la FNC recalca a su vez que hay que evitar acciones que pudieran parecer lógicas, como verterles encima agua helada, en lugar de a temperatura ambiente. “Eso produce una vasoconstricción de los vasos superficiales de la piel y evita que se regule su temperatura corporal”, avisa, antes de indicar que también es recomendable buscar algún sistema de corrientes de ventilación, como el aire acondicionado de los vehículos. “Cuando el animal está muy debilitado y ha tenido episodios de convulsiones o, incluso, un shock, hay que llevarlo de forma muy urgente al veterinario, para que pueda salvarle la vida”, sostiene.

Lo habitual es que los cazadores preparen sus jornadas de caza estudiando las zonas con mayores densidades de especies cinegéticas. Sin embargo, no hay que olvidar planificar asimismo la ubicación de los puntos de agua existentes en el coto para, cada poco tiempo, refrescar a los perros. “Han de beber a menudo y también bañarse, ya que eso les sirve para reducir la temperatura corporal de una forma más inmediata y eficaz”, afirma Urbani.

Así como importa la temperatura que se vaya a registrar en el cazadero, no se debe obviar la situación individual de cada animal. Según expone el veterinario aragonés, existen factores que también contribuyen a que un perro pueda sufrir un golpe de calor, como su edad, peso, color de capa, las enfermedades crónicas que padece, si recibe algún tratamiento con medicamentos o si está fuera de forma. “Si se dan estas circunstancias, es preferible que los perros no cacen muchas horas durante los primeros días, hasta que vuelvan a coger la forma física adecuada. Nuestra principal meta siempre ha de ser mantener la buena salud de nuestros animales”, sentencia, al tiempo que recuerda que un buen entrenamiento es una práctica primordial. “Si no les entrenamos de manera correcta, pueden sufrir más problemas que los golpes de calor, como los asociados a las almohadillas plantares o lesiones articulares”, alega.

Por último, dentro de este capítulo de acciones preventivas, hace hincapié en el transporte hasta el acotado. “Si el viaje ha sido largo, es recomendable rehidratarlos antes de comenzar la jornada de caza, ya que experimentan estrés debido a la emoción de salir a cazar, por lo que se desgastan sus reservas”, concluye Urbani.

Reconocimiento

Placa para la Federación Navarra de Caza. El presidente de la FNC, José Ángel Remírez, recibió en el consistorio de Mendavia una placa, en la que el Ayuntamiento, en nombre de todo el pueblo, y los amigos de San Huberto le agradecieron su “trabajo y buen comportamiento en el deporte de la caza”.