La irrupción de la pandemia de covid-19 disparó las tasas de mortalidad a nivel mundial, especialmente entre marzo y abril de 2020, cuando en Navarra se contabilizó un exceso de muertes de más de 1.000 fallecidos. El virus se cebó especialmente con las personas mayores y las más vulnerables y ha seguido cobrándose vidas hasta día de hoy. Pero si se analiza el impacto con perspectiva, en los últimos cuatro años las tasas de mortalidad general en Navarra no han sido más altas que en épocas anteriores.

Es lo que defiende Jesús Castilla, jefe de la Sección de Enfermedades Transmisibles del Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra (ISPLN), que detalla que las tasas del periodo 2020-2023, son asimilables a las del periodo 2015-2019. “En los últimos cuatro años no han fallecido más personas que las que lo hubiesen hecho sin coronavirus”, sostiene Castilla, que añade que la pandemia tampoco ha tenido un impacto negativo en la esperanza de vida.

Según detalla, el exceso de fallecidos de 2020 se compensó con en 2021 y el de 2022, con el menor número de decesos que se está registrando este 2023. “Durante la pandemia, la covid-19 provocó muchos fallecidos, pero también es verdad que descendió el número de muertes por otras causas, como accidentes de tráfico, y también se redujeron los decesos por otros virus respiratorios como la gripe”, explica el epidemiólogo.

Por otra parte, expone que el número bruto de fallecidos en Navarra “va aumentando en los últimos años”, pero eso no quiere decir que la gente se muera más. “La población crece, por lo tanto es lógico que también lo hagan las muertes. Y también cada vez tenemos una población más envejecida, lo que también tienen una relación directa con el incremento de la mortalidad”, apunta Castilla.

En este sentido, pone en valor el trabajo que desarrollan desde el Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra (ISPLN) ya que realizan un análisis “con contexto”. “Vamos más allá de las simple estadística y monitorizamos las tasas de mortalidad ajustadas por edad y sexo. Tenemos en cuenta variables en función de la época del año y vemos que aunque hay más fallecidos, la tasa de mortalidad se mantiene estable”, señala.