La cerda Xixili, de cerca de 350 kilos de peso, se mostró lozana en los terrenos del caserío Larraxko de Aizarnazabal, donde se ha criado tras ser adquirida en una granja navarra en la que vivió hasta los 4 meses.

El animal, mucho más orondo que el del pasado año, salió de su txabola y paseó por el prado algo nervioso ante la presencia de varios informadores, que trataron de sacar su mejor cara. Xixili es una hembra de color blanco, sin motas, de quince meses de edad, a la que las personas desconocidas le ponen algo nerviosa, por lo que se mostró algo esquiva, escapando hacia las esquinas.

Tal y como declaró su criador Manu Eizagirre, Xixili es una cerda “noble”, con buen apetito, que come toda clase de manjares porcinos que le sirven para conseguir un buen peso, como es habitual en la cerda de Santo Tomás. “Estos días le estoy engañando un poco y le digo que vamos a ir a San Sebastián”, añadió el criador, que la trata con mimo y la saca a pasear dos veces al día.

El criador Manu Eizagirre acompaña en su paseo a Xixili. Ruben Plaza

"Esta cerda va bastante a su bola, la anterior me hacía más caso", dice Eizagirre. Debido a la experiencia del año pasado sí que teme que Xixili se agobie: "Estaba cerca del recinto todo el tiempo y sí que es verdad que la cerda venía a donde mí porque se agobiaba, supongo que este año será parecido". Eizagirre nos contaba que él habla a la cerda, que es importante hablarle para tenerla tranquila ahora que vive sola, le cuenta cosas y ella contesta con gruñidos.

Desde el pasado año, el caserío de Aizarnazabal que cría cerdos de la cooperativa Basatxerri es el que proporciona la cerda de Santo Tomás, que se exhibirá a lo largo de toda la jornada del día Santo Tomás, 21 de diciembre, en su corral de la plaza de la Constitución. Con anterioridad, la cerda de Santo Tomás llegaba del caserío Arro de Leitza, pero el fallecimiento de la ganadera Kristina Saralegi hizo que Donostiako Festak cambiase de suministrador.

Aunque en el pasado el animal se sorteaba y los ingresos iban a parar a obras benéficas, en los últimos tiempos su principal función es ser contemplada por los numerosos niños y niñas que acuden a la feria y, muchas veces, descubren lo que es un cochino de verdad en esa ocasión.

"Son muchas horas las que pasará la cerda en el recinto, por lo que pido a la gente que respete al animal", ruega Eizagirre. Hasta ahora está acostumbrada a pasearse por el campo y descansar en su txabola y, además, este será el segundo gran viaje que haga la cerda: el primero de Navarra a Aizarnazabal y el segundo del baserri Larraxko a Donostia.

Una vez cumplida su misión en la feria donostiarra, Xixili retornará a su caserío hasta el momento de ser sacrificada para convertirse en alimento.