Tres libros y 9.000 ejemplares es la producción anual del Centro Pedagógico Aminetu Haidar, la única imprenta que existe en los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf (Argelia). No son unas grandes cifras, pero la labor que realiza la ONG ANARASD (Asociación Navarra de Amigos de la RASD) al frente de la imprenta no se puede medir con cifras: crear libros de texto para que los niños y niñas saharauis puedan aprender en las escuelas la historia, la cultura y las tradiciones del Sáhara Occidental, un pueblo que lleva casi 50 años en el exilio y que comprende mejor que nadie que mantener viva su realidad es una de las mejores formas de resistencia.

Y los libros de texto son fundamentales para ello. “En 2010 arrancó este proyecto encabezado por ANARASD y que está financiado por el Gobierno de Navarra y el Ayuntamiento de Berriozar y el objetivo era crear libros de texto para estudiantes de Primaria sobre todo de materias sociales, como Historia o Geografía, para que aprendiesen la realidad del Sáhara Occidental”, detalla Lahsen Mohamed, uno de los técnicos del centro.

Portada de uno de los libros escolares, con el logo del Gobierno de Navarra, de ANARASD y del Ayuntamiento de Berriozar a la derecha. Unai Yoldi

A su lado Cristina Manzanero Manzaneque, coordinadora de ANARASD en los campamentos, detalla que este año los tres libros que van a imprimir son: Geografía de 5º de Primaria, Educación Islámica de 4º de Primaria y Educación Cívica de 5º de Primaria. “En total sacamos 3.000 copias de cada libro al año, pero ha sido un proceso paulatino. Se empezó en 2011 con un libro al año; en 2014 se amplió a dos libros; y actualmente son tres libros al año que suponen 9.000 copias en total”, explica Manzanero, que señala que cada año sacan ediciones de materias distintas –también se han editado libros de Matemáticas o Historia– y en algunos casos también se revisan ejemplares y se vuelven a imprimir.

Todo ello lo decide un comité de expertos porque, tal y como indica Mohamed, todo el proceso de elaboración de los libros se hace en el centro Aminetu Haidar, que está compuesto por un director, dos técnicos y siete profesores: “El proceso es el siguiente: un comité de expertos, compuesto por los profesores, decide los libros de qué materias se van a editar cada año y también son ellos los que elaboran los contenidos. Después, se entra en la fase de maquetación y finalmente, de impresión y encuadernación”. De hecho, el proyecto va innovando y acaba de iniciar una nueva fórmula de encuadernación, sustituyendo las grapas por portadas y contraportadas de tapa dura.

Imprenta “oficial”

La sala de impresión del centro está compuesta por media docena de impresoras, todas procedentes de Navarra, además de otras dos máquinas para cortas las hojas y para encuadernar los libros. De hecho, aunque también hay particulares que tienen impresoras, esta imprenta es la única “oficial”, de los campamentos, es decir, en la que se imprimen cualquier publicación o comunicación oficial de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). Aunque su labor principal, son las publicaciones para las escuelas.

“Hacemos libros de saharauis para saharauis. Hemos hecho una gran apuesta por este proyecto porque es muy importante que sean ellos los que cuenten y enseñen su propia historia. Todavía no tenemos la capacidad de cubrir los libros de toda la enseñanza, pero estamos intentando coger fuerza”, relata Manzanero, que explica que el proceso tarda un año completo: “Empezamos con la elaboración de contenidos en junio y ahora entraremos en la fase de imprimir y encuadernar, la idea es que para mayo estén los 9.000 ejemplares listos”.

Berriozar destina 2.500 euros al centro de discapacidad de Auserd

Momento de la entrega del dinero al centro de Educación Especial del campamento de Auserd. Unai Yoldi

Pero no es el único ejemplo de la solidaridad navarra. Vecinos de Berriozar han destinado 2.500 euros para el centro de Educación Especial de Auserd, uno de los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf (Argelia). Se trata de un dinero que fue recaudado el pasado 10 de noviembre en la segunda edición del Día del Deporte Solidario, promovido desde la empresa pública Berrikilan y el club BKE (Barriozar Kirol Elkartea).

Durante la jornada, en la que se practicaron distintos deportes y se organizó una comida popular, los vecinos de Berriozar consiguieron recaudar un total de 8.000 euros, de los cuales 1.000 se han reservado para organizar la próxima edición; 2.000 se han destinado a ANAIF (Asociación Navarra de Apoyo a la Infancia y la Familia); y 5.000 euros a los campamentos de refugiados saharauis, 2.500 a cooperación –concretamente a la compra de alimentos– y otros 2.500 al centro de discapacidad de Auserd.

Aprovechando el viaje que organizó ANAS (Asociación Navarra de Amigos del Sáhara) a los campamentos de refugiados la semana pasada, Marisa Bayo, una de las organizadoras del evento en Berriozar, entregó en mano el dinero recaudado a la directora del centro, Jamila Brahim, que lleva más de 20 años al frente de esta escuela que atiende a más de 30 personas al día.