El Hospital Universitario de Navarra (HUN) ha potenciado en los últimos años los tratamientos de diálisis domiciliaria, a los que ya se acogen uno de cada tres pacientes renales navarros. Así lo han detallado este jueves Emilio Sánchez, presidente de la Sociedad Española de Nefrología (SEN); María Fernanda Slon, nefróloga del Servicio de Nefrologia del HUN; e Itziar Bueno, jefa de Enfermeria de Cuidados y Apoyo Terapéutico del HUN y presidenta de la Sociedad Española de Enfermería Nefrológica (SEDEN), que han abierto la XIII Reunión Nacional sobre Diálisis Peritoneal y Hemodiálisis Domiciliaria que se celebra en Pamplona y que acoge a más de 500 profesionales.

Según ha explicado Bueno, en Navarra hay 1.000 pacientes con algún tipo de patología renal, 600 están trasplantados y 400 reciben terapia renal sustitutiva, de los cuales el 30% están en tratamientos en su propio domicilio. La diálisis peritoneal y la hemodiálisis domiciliaria son modalidades de diálisis realizadas en el hogar del paciente, que proporcionan múltiples beneficios clínicos a la vez que mejoran la autonomía, independencia y la calidad de vida de los pacientes renales.

En la Comunidad Foral, el número de personas que iniciaron una terapia renal sustitutiva en 2022 alcanzó las 130 personas por millón de población, por debajo de la media nacional (150 pmp) y situándose como una de las comunidades con menor incidencia de España. En 2023, de un total de 101 pacientes que iniciaron diálisis en la región, el 30% lo hicieron mediante diálisis peritoneal o hemodiálisis domiciliaria, una cifra muy por encima de la media nacional, situada en el 16%.

En términos de prevalencia, a fecha de diciembre 2023 el 21% de los pacientes con ERC (Enfermedad Renal Crónica) en diálisis se encontraban en tratamiento con una de estas técnicas domiciliarias. Estas cifras reflejan una tendencia consolidada de crecimiento progresivo en los pacientes en diálisis domiciliaria, algo que no es repentino, sino que refleja años de esfuerzo y trabajo de la Unidad de Diálisis Domiciliaria del Servicio de Nefrología del Hospital Universitario de Navarra, que a lo largo de su historia ha ido avanzando en asistencia, formación y recursos para mejorar su atención a los pacientes renales a través de estas técnicas.

El Hospital Universitario de Navarra ofrece la diálisis peritoneal como TRS (Tratamiento Renal Sustitutivo) desde inicios de los años 80, y la hemodiálisis domiciliaria desde 2007. Desde entonces, este centro ha apostado fuertemente por este tipo de tratamientos, en base a todas las ventajas que ofrecen a los pacientes con ERC que se encuentran en dialisis, a la espera de un trasplante renal o en aquellos a los que no les será posible recibir un trasplante renal. Eso le ha llevado a convertirse en un referente a nivel nacional.

"Navarra ha promovido un modelo de atención al paciente priorizando el trasplante renal y los tratamientos domiciliarios. Este es un compromiso de nuestra Unidad y todo el equipo de Nefrología del Hospital Universitario de Navarra porque creemos firmemente en los beneficios que los tratamientos domiciliarios ofrecen a los pacientes. Además, hemos apostado por la innovación y la tecnología para superar las barreras y hacer más llevadera la enfermedad renal para aquellos que requieren diálisis. Como resultado, en los últimos años hemos tenido un notable aumento en el número de pacientes que se benefician de estas modalidades de diálisis en casa. La elección de Pamplona para acoger esta reunión refuerza este compromiso y contribuye a nuestro fin de trabajar hacia un futuro en el que los pacientes con ERC tengan un acceso más fácil a la diálisis domiciliaria, con la consiguiente mejoría de su bienestar, resultados clínicos y calidad de vida", ha recalcado Slon.

Por su parte, Sánchez ha explicado que la ERC, a pesar de su impacto significativo en la calidad de vida de las personas, "es una de las enfermedades más desconocidas por la población en general, y se ha convertido en un grave problema de salud pública en nuestro país y el mundo". En España se estima que afecta al 15% de la población adulta-en cualquier estadio de la enfermedad e incluyendo a las personas sin diagnosticar-, y el número de personas que necesitan TRS ha crecido un 30% en la última década.

"Además las previsiones indican que, en pocos años, si no se aumentan los recursos y estrategias de prevención, diagnóstico precoz y tratamiento, la ERC será la segunda causa de muerte en España después del Alzheimer, afectando a un tercio de las personas mayores de 65 años", ha añadido el presidente de la SEN.

Slon, nefróloga del Servicio de Nefrologia del HUN, ha señalado por su parte que la diálisis peritoneal y la hemodialisis domiciliaria son modalidades de diálisis realizadas en el hogar del paciente. Ambas opciones de diálisis permiten realizar esquemas de diálisis más flexibles e individualizados en comparación con otras terapias tradicionales como la hemodiálisis en hospital, proporcionando múltiples beneficios clínicos a la vez que mejoran la autonomía, la independencia y la calidad de vida de las personas que requieren diálisis como tratamiento renal sustitutivo.

"Entre los beneficios clínicos destaca la posibilidad de realizar esquemas de diálisis con mayor frecuencia que con la hemodiálisis de hospital, con mejor tolerancia hemodinámica a las sesiones de diálisis para los pacientes, menores restricciones en la dieta, y un mantenimiento durante más tiempo de la función renal residual, entre otros. En cuanto a los beneficios relacionados con la mejora de la calidad de vida, destaca la autonomia, al poder realizar el paciente su tratamiento desde su hogar, con las ventajas que eso supone para la flexibilidad de horarios y adaptar las sesiones a su vida diaria, fomentando la conciliación laboral y familiar. A ello hay que sumar la reducción de los desplazamientos al hospital o centros de diálisis, disminuyendo además el estrés, la fatiga, y la carga fisica y emocional", ha afirmado.

Para Itziar Bueno, jefa de Enfermeria de Cuidados y Apoyo Terapéutico del HUN, "es muy importante dar la oportunidad a los pacientes de que conozcan estas técnicas y sepan que las pueden realizar, para poder elegir si quieren ser tratados en el hospital, con hemodiálisis tradicional, o en su casa, con diálisis peritoneal o hemodiálisis domiciliaria". Estas técnicas requieren un aprendizaje por parte de los pacientes, y del soporte del personal de enfermería, pero "es un trabajo muy bonito que sirve para establecer una estrecha relación con los pacientes, de confianza y autonomía, lo que facilita un cuidado más personalizado y adaptado a sus necesidades. Además, realizamos un seguimiento continuo y ayudamos a resolver cualquier problema o duda. En resumen, promovemos una experiencia positiva, con mayor calidad de vida y bienestar emocional para el paciente y mejorando los resultados globales en salud", ha señalado.