Toda Navarra ha pasado hoy lunes bajo la alerta amarilla o naranja por unas altas temperaturas que en Pamplona han alcanzado los 38,2ºC, en Tudela han llegado hasta los 38,8ºC y en las Bardenas han superado los 40ºC. Esta situación se mantendrá a lo largo del mañana martes, con una alerta naranja por “riesgo muy importante” en la Ribera del Ebro navarro, con temperaturas que se esperan que alcancen los 39ºC, y alerta amarilla en el resto de la Comunidad Foral. En este contexto, todas aquellas personas cuyo trabajo les obliga a estar en la calle se vuelven aún más vulnerables al calor. 

“Entramos a trabajar antes para salir antes”

Aunque aún no habían dado ni las 12.00 horas, la Plaza del Castillo ya se había convertido ayer en un horno en el que poca gente se atrevía a mantenerse al sol. En el caso de Elian Romero, de 24 años, no le quedaba más remedio. Entre trabajo y trabajo, este obrero descansaba unos minutos bajo la sombra de los árboles de la plaza. Este es precisamente uno de los trucos que pone en práctica para hacer frente al calor de finales de julio.

“De momento lo llevo bien porque no hay mucha temperatura”. Sin embargo, el mediodía se volvía cada vez más amenazante y, para sobrellevarlo, Romero y sus compañeros recurrieron a diversos trucos. Además de los descansos, el joven aseguró que comienzan antes su jornada laboral para esquivar ese pico de los termómetros. Asimismo, el vecino de Pamplona recordó la importancia de una buena hidratación y de buscar esa preciada sombra siempre que se pueda. Así, en aquellas tareas donde Romero y sus compañeros se ven obligados a trabajar al sol, recurren a otras alternativas como la crema de sol, las mangas largas o las gorras, aunque en el caso de Romero reconoció que estas últimas no son sus opciones favoritas y cada uno decide las que más les convienen.

“Buscamos que los clientes estén cómodos”

El verano, además de ser una época de calor, también lo es para viajar. Por eso, profesionales como la guía turística Sara Navaz hacen frente en estos meses a un gran volumen de trabajo. Esta joven de 25 años comenzó a trabajar en Trip Navarra hace dos meses en los que, a pesar de estar “muy contenta”, reconoció que “es bastante incómodo trabajar con el calor, porque para la gente que estamos en la calle implica enfrentase a temperaturas muy altas”. Para hacerle frente, Navaz recomendó “el truco de ir buscando las sombras y, sobre todo, los lugares más cómodos, en especial para los clientes”.

Sara Navaz ofrece una visita guiada por la calle Estafeta Iñaki Porto

Para que tanto la guía como los visitantes de Pamplona puedan disfrutar con comodidad del recorrido de una hora y media de duración, Navaz y sus compañeros buscan sombras y fuentes, pero también cambian algunos horarios de los tours. De esta forma, las visitas en las que más aprieta el calor, como la de las 16.00 horas, se atrasan para hacerlas más amenas. Además, Navaz recordó que en verano la de las 16.30 es la de la catedral “que es de interior y se está muy fresquito”. Y así, aunque de momento Navaz solo haya conocido este trabajo bajo el sol del verano, la navarra aseguró que “lo vamos apañando”. 

“Hay que cuidarse para evitar una insolación”

El ritmo acelerado característico de las ciudades, disminuye al llegar el verano, y sus habitantes se enfocan más en disfrutar de las vacaciones, para lo que la ciudad tiene que estar a punto. Javier Corera, de 39 años, es trabajador de mantenimiento del alumbrado público de Pamplona, un empleo en el que debe afrontar las altas temperaturas en plena calle.

Luis de la Cal realiza el mantenimiento de una farola en el Paseo Sarasate Iñaki Porto

“Durante los días de calor intentamos realizar los trabajos principales a primera hora de la mañana”, explicaba Corera bajo la sombra de un árbol. Mientras, su compañero Luis de la Cal realizaba el mantenimiento de una farola en el Paseo Sarasate en lo alto de una grúa. Comienzan su jornada a las 7.00 horas, “aunque intentamos salir de la nave cuanto antes”, y planifican su día en base en de la urgencia de los trabajos y el nivel de exposición al sol. 

En torno a las 15.00 horas termina su jornada, si bien a partir de las 13.00 horas, “podemos parar si vamos a tener que estar muy expuestos, pero no siempre es posible ya que hay tareas que no se pueden posponer”. Tras seis años de experiencia en este empleo Corera aseguró que “aprendes a cuidarte mejor. Lo más importante es hidratarte bien para evitar una insolación o un golpe de calor”. De esta manera, y “con mucha paciencia, se aguanta bien el calor”. 

“Vamos todo el día con la botella de agua encima”

Para poder contar los sucesos y los eventos del día, hay que presenciarlos y patearse las calles, sin importar la hora o la temperatura. En torno a las 13.00 horas, Miren Yoldi, reportera de Eitb, trabajaba ayer por el centro de Pamplona, y junto a su compañera, hicieron un pequeño descanso junto a una fuente. “Los días como hoy vamos todo el día con la botella de agua encima para no desfallecer”, explicaba Yoldi, que bromeaba con que “tanto estar al sol, nos ponemos morenas sin querer”.

La reportera Miren Yoldi bajo el sol en la Plaza del Castillo Iñaki Porto

A su compañera, cámara al hombro, no le hacía tanta gracia y confesó que odia el calor. “Lo llevo muy mal, tolero muy poco las temperaturas altas y lo paso mal”, explicó antes de poner de ejemplo un trabajo de esta misma semana. “El otro día tuvimos que ir a Cadreita y no tirábamos botellas de agua enteras por la cabeza. El calor es horrible y aún peor teniendo que llevar todo el material”, destacó. En alguna de esas coberturas, si hay suerte, aprovechan para refrescarse a lo grande. Yoldi contó que “si hacemos algún reportaje en pantanos, ríos o playas, aprovechamos cuando podemos para darnos un chapuzón y llevar el calor algo mejor”. .

“Dependo de los horarios de los clientes”

Otros empleos están condicionados en exclusiva por los horarios de los propios clientes. Así lo explicó Jhonatan Andrés Herrera, repartidor de 38 años, quien destacó su dependencia “de lo que los clientes deseen y de cuándo hagan sus pedidos”. En este sentido, el vecino de Pamplona, descansando junto a su bicicleta, recordó que para él no es posible evitar las horas puntas del mediodía si quiere mantener sus ingresos, ya que es el momento de más pedidos para él y sus compañeros.

Por eso, se adapta al clima mediante una hidratación constante y buscando sombras en los momentos en los que no hay repartos, truco que aplicó bajo la sombra de uno de los árboles de la Plaza del Castillo. 

Jhonatan Andrés Herrera recorre Pamplona en las horas de más calor Iñaki Porto

“Gorra, agua y buscar la sombra”

El sistema de regulación de aparcamiento requiere de decenas de trabajadores de manera constante revisando que se cumpla la normativa, algo que en plenas olas de calor, se vuelve muy exigente. Iker Picón, de 19 años, ejerce de controlador desde hace pocos meses, y contaba ayer cómo se adaptado en las últimas semanas. “Los compañeros que llevan más tiempo me dieron consejos como: no te pongas al sol que te mueres”, recordaba entre risas. “Al final es cuidarte y trabajar con sentido común. Beber mucha agua y protegerte del sol con gorras y buscando la sombra en la medida de lo posible”, añadió. 

Iker Picón regula el estacionamiento en el centro de la capital Iñaki Porto

Además, realizan descansos de cinco minutos cada hora y evitan las horas puntas. “A la tarde entramos a las 16.00 horas, pero los peores días nos llevan a la oficina durante hora y media. Cuando bajan un poco las temperaturas ya volvemos a nuestra ruta”, explicaba contento y haciendo hincapié en que “se nota que esta empresa se preocupa por sus trabajadores”. Por ejemplo, “si necesitas agua, mandas un mensaje y, o te la traen, o vas a comprarte sin ningún problema. Nos dan bastante flexibilidad”. Además, cada empleado dispone de un mapa de las fuentes públicas.