¿Qué supone este reconocimiento, que el Gobierno foral realiza por primera vez?

A mí la iniciativa me parece fenomenal. El voluntariado tiene que ser más reconocido. Yo sólo soy la persona visible de muchas personas que han trabajado por ayudar a personas con Síndrome de Down.

La asociación arrancó en 1990. ¿Incansable al desaliento?

Mi hijo nació en 1985 y empecé a moverme para ver qué había en otros sitios y ver qué podíamos hacer aquí, con el objetivo de buscar la normalización. Llevamos muchos años y no ha sido fácil. Cuando empezamos, las personas con discapacidad con Síndrome de Down estaban muy recluidas en casas, en centros especiales... Nuestra meta era normalizar en todos los ámbitos su vida: escolar, laboral… para que pudieran vivir igual que sus hermanos.

Un largo viaje con muchos hitos.

Hemos conseguido mucho. Porque cuando nace tu hijo te encuentras con un problema muy grande que no sabes a dónde mirar. Por eso, lo primero fue crear un grupo de voluntarios para ir a visitar a familias, eso ayuda mucho. Después guarderías, escolarizaron en colegios ordinarios. También empleo con apoyo, área en la que fuimos pioneros. Muchos jóvenes están trabajando en diferentes empresas y distintos ámbitos. Estamos luchado por la vida independiente y tenemos pendiente de desarrollar todo el tema del envejecimiento. Hace veinte años su esperanza media de vida estaba en 40 años y ahora está en los 60. También tenemos la espada de Damócles del Alzhéimer. El 100% de ellos lo van a sufrir si viven mucho. Tenemos mucho trabajo por hacer.

¿Qué es lo que más valora de todo lo logrado?

La sensibilización, haber cambiado la mirada a las personas con Síndrome de Down, el cambio que ha experimentado toda la sociedad, el poder desarrollarse, poder estar, formar parte... Es lo que más me satisface.

¿Motxila 21 ha jugado un papel fundamental en ese aspecto?

Motxila 21 ha sido muy sorprendente para nosotros y para la gente. Cuando suben al escenario, lo dan todo. Motxila tiene una magia que toda la gente se engancha. El mundo del rock nos ha abierto las puertas de par en par y nos ha ayudado que la gente les vea de otra forma, en muchos países, en muchas ciudades.

¿Tenemos una sociedad cada vez más solidaria, más voluntaria?

A mí no me cabe ninguna duda. Nuestra comunidad es muy solidaria. En nuestra asociación tenemos más de 90 personas voluntarias y más de 50 son fijos. Recibimos muchas llamadas de gente ofreciéndose todos los días. El voluntariado es fundamental, sin ellos no podrían desarrollar cantidad de acciones. Para todo no hay dinero y se hacen gracias al voluntariado. El voluntariado en Navarra es muy potente.