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El recuerdo vivo de los asesinados en Monreal

Las familias homenajean al centenar de muertos en la Fosa de la Tejería en 1936 y reclaman el derribo del Monumento a los Caídos

El recuerdo vivo de los asesinados en Monreal

Navarra ha rendido homenaje este sábado al centenar de personas asesinadas y enterradas en la fosa común de la Tejería de Monreal en 1936. Situado en la carretera que une Urroz con Campanas, en la actual cola del embalse del Canal de Navarra, este espacio de memoria recuerda el asesinato de los vecinos de Aoiz, Aós, Berbinzana, Caparroso, Cáseda, Gallipienzo, Murillo el Cuende, Pamplona, Peralta, San Martín de Unx, Tafalla y Yesa, en “una de las fosas comunes más importantes de Navarra”.

Para no olvidar sus nombres, el acto ha contado con la lectura, acompañada de una txalaparta, de los nombres y apellidos de las víctimas, que durante el resto del año permanecen grabados en las cuatro tejas de acero que conforman el monumento. En su honor también se ha bailado un aurresku, antes de la ofrenda floral, y un grupo de zanpantzar ha recorrido el espacio entre el silencio de las familias y de la vicepresidenta y consejera de Memoria, Ana Ollo

“La idea de este proyecto es fundirse un poco con la naturaleza para representar cómo la muerte no es lo único que hay; que de toda muerte surge vida”, ha explicado Mikel Baztán, el encargado de la mejora de la Fosa de la Tejería. “Las plantas y la vida nos muestran que somos uno y que tenemos que pensar en clave de humanidad”, ha añadido Baztán para después presentar una nueva iniciativa de cara al futuro. “Queremos impulsar el proyecto 106 especies de vida, asociando una especie vegetal o animal a cada persona que fue asesinada, que nos muestra cómo la vida se abre paso a pesar de las tinieblas de algunos seres humanos”.

Los asistentes colocaron numerosas flores en las tejas de acero con los nombres de los asesinados.

En el acto tampoco han olvidado una de sus reivindicaciones principales: el derribo del Monumento a los Caídos. El encargado ha sido Josemi Echarte, secretario de la asociación Teileriako Ahaztuak y cuyo abuelo, alcalde de Santacara, fue asesinado el 29 de septiembre de 1936. Su nombre era José María Sanz de Acedo, y sus restos aún no han sido encontrados. Para Echarte, “la mera presencia del Monumento a los Caídos en el espacio público vulnera los derechos y la memoria de las víctimas del franquismo en Navarra”. Es por eso que ha reclamado su derribo como una “necesidad urgente”, ya que “no se trata solo de eliminar un símbolo del franquismo, sino de dar un paso decisivo en el proceso de reparación moral e histórica”.  

Durante el acto también se homenajeó a las víctimas con un aurresku.

Historia de la fosa

Este lugar de Monreal se convirtió en la fosa común más grande de Navarra, donde entre agosto y octubre de 1936 fueron asesinadas 94 personas, como recoge el Instituto Navarro para la Memoria, a través de su web Espacios de memoria.

El 17 de septiembre fusilaron a cuatro vecinos de Aós (Lónguida). El 18 de septiembre, once vecinos de Aoiz, en su mayoría obreros del tren Irati y socialistas, fueron detenidos por una cuadrilla de requetés y tras pasar por los Escolapios de Pamplona fueron asesinados el día 19 en este lugar. La noche del 21 de octubre fueron asesinadas 65 personas procedentes de la cárcel de Tafalla. Al parecer, según Espacios de memoria, “estos hechos se cometieron como represalia tras la muerte en el frente de un oficial requeté”. Fueron asesinadas 27 personas de Tafalla, 15 de Peralta, 12 de Berbinzana, tres de Cáseda, tres de Gallipienzo, dos de Murillo el Cuende, dos de Caparroso y uno de San Martín de Unx.