Jon Lerchundi, pamplonés encerrado en un hotel de Gandía: "Nunca había visto unos truenos así, esto parecía una zona de guerra"

El cielo ya les estuvo avisando del desastre. Llovía, el viento azotaba fuerte y la atmósfera se percibía extraña. Jon Lerchundi, pamplonés de 56 años, y su mujer, Amaia Gainza, llegaron a Valencia el pasado sábado para asistir a un campeonato de tenis en Gandía. "El tiempo mejoró el lunes, pero el calor era anormal. Esto se mantuvo hasta el martes, cuando nos comentaron que teníamos que desalojar el club a partir de las 14.00 horas", relata Jon.

Sin embargo, la pareja no fue consciente de la gravedad del temporal y decidieron partir a Valencia. "Había mucho viento, pero no nos pareció para tanto". Cuando se fueron a sentar en una bar, hacia las 19.00 horas, les avisaron de que iba a comenzar una fuerte tormenta y les recomendaron irse, mientras los camareros recogían las terrazas. En ese momento, en los 77 kilómetros que separan Gandía de Valencia, empezaron a tener miedo: "No había visto un cielo tan oscuro, unos truenos tan acumulados, una tormenta tan brutal en la vida, ni siquiera en Pamplona, que es como Mordor", asegura este miércoles por la tarde.

En el hotel les llegó el primer aviso telefónico, "como el que hicieron una vez en Navarra a modo de prueba, pero esta vez de verdad". Era una alerta roja que recomendaba a la gente que no saliera de sus casas. Después, a la lluvia torrencial le acompañó un viento que rugió con fiereza. "La siguiente alarma fue a las 22.30 horas y no podíamos salir del hotel. La tercera alarma ha sido a las 7.00 de la mañana de este miércoles, pero el cielo estaba ya despejado. Lo único, quedaba una bruma roja y el mar estaba marrón. Ahora todo está más tranquilo, pero Gandía parece una zona de guerra. El mar ha arrastrado hasta la orilla neumáticos, troncos y restos de basura, entre otras cosas", enumera.

Durante las horas de alerta roja, la policía no les dejó salir del hotel por su seguridad y les recomendaron que no continuasen el campeonato. "Cuando llegamos, parecía que iba a ser muy poca cosa, pero esto ha sido una masacre. Hay zonas que están arrasadas, sobre todo las del interior. Nunca me hubiera imaginado que pasaría una desgracia así", concluye.