José Luis Azcona, misionero navarro y obispo emérito de la región brasileña de Marajó, falleció el pasado miécoles a los 84 años. Nacido en Pamplona, vivió gran parte de su vida en Dicastillo y en San Sebastián. Se unió a al Orden de los Agustinos Recoletos, estudió Teología en Granada y fue ordenado sacerdote por Roma en 1963.
Entre los cargos que desempeñó durante su vida destacan los de prior provincial de la Provincia de Santo Tomás de Villanueva (1975-1981), maestro de novicios en Los Negrales, Madrid (1983) y vicemaestro de novicios en el Desierto de la Candelaria, Colombia (1982).
Al dejar el cargo en Colombia, tres años más tarde, marchó a Brasil como misionario, concretamente a la Isla de Marajó en la desembocadura del Amazonas. Fue ordenado obispo de Marajó y realizó trabajos de evangelización y trató de proteger a las comunidades más vulnerables de la región. Por su incansable defensa de los Derechos Humanos, la Universidad Pública de Navarra le otorgó el premio Brunet en 2021.
Su promoción de la justicia social y del cuidado del medio ambiente lo convirtió en un modelo de compromiso cristiano, gracias a la valentía que le caracterizó ante las injusticias.