No es un problema de salud muy conocido, pero la sepsis provoca en torno a 250 muertes al año en Navarra y casi un tercio (30%) de los pacientes que ingresan en la UCI en el Hospital Universitario de Navarra (HUN) padece esta afección grave, que se produce cuando el organismo responde de manera extrema a una infección.

La sepsis, explica Joaquín Lobo, médico intensivista del HUN, se puede originar a partir de infecciones comunes provocadas por bacterias, virus u hongos, como neumonías, meningitis, covid-19, infecciones urinarias, apendicitis, etc. “Si tenemos una neumonía, por ejemplo, nuestro organismo identifica las bacterias en los pulmones y lucha contra ellas, pero a veces esa reacción es demasiado exagerada o extrema provocando una sepsis que después puede degenerar en un shock séptico. Esto significa que nuestros órganos no reciben el oxígeno y los nutrientes necesarios y empiezan a fallar, pudiendo llegar a una disfunción multiorgánica”, detalla Lobo, que este jueves y viernes preside el Comité Local de la reunión sobre enfermedades infecciosas y sepsis que la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC) celebra este año en Pamplona.

En el encuentro, al que se espera que acudan más de 350 profesionales de todo el Estado, pondrán experiencias en común y tratarán las últimas novedades en cuanto al manejo de infecciones en pacientes críticos. En el caso del HUN, el facultativo indica que de los cerca de 1.300 pacientes que atienden cada año en las dos UCI, en torno al 30% son ingresados con sepsis. “La mortalidad de estos pacientes se sitúa entre el 20% y el 50%”, apunta Lobo, que añade que la mortalidad del conjunto de pacientes de UCI es del 17-18%.

Los principales síntomas incluyen fiebre, confusión, taquicardia, dificultad respiratoria y presión arterial baja. “Si se tienen estos síntomas lo conveniente es consultar con el sistema sanitario para que se active el Código Sepsis, que es algo que ya funciona pero que se está trabajando por institucionalizar de igual manera que el Código Ictus o el Código Infarto”, apunta.

De esta manera, ante una sospecha de sepsis en un paciente, los profesionales le indican una serie de pruebas y análisis para ver cuál es la situación del paciente y en base a ello se clasifica al paciente en riesgo bajo, moderado o alto de sufrir sepsis. “Puede ser que se le mande a casa con un antibiótico o que ingrese directamente en la UCI, dependiendo de su situación”, señala Lobo.

En cuanto al perfil del paciente, el intensivista subraya que, aunque cualquier persona puede sufrir una sepsis, son los pacientes más frágiles los que presentan más riesgo: personas mayores, recién nacidos y aquellas que tengan enfermedades previas (diabetes, hipertensión, tumores, inmunodeficiencia, etc.).

Resistencia a los antibióticos

Por tanto, se trata de una afección de salud grave que se sitúa como una de las principales causas de fallecimiento en hospitales. De hecho, las tasas de mortalidad de la sepsis no se están consiguiendo bajar en los últimos años y una de las razones es el aumento de bacterias multirresistentes, es decir, bacterias a las que no les afectan los antibióticos, un fenómeno creciente a nivel mundial y que según los expertos provoca unas 3.000 muertes al año en el Estado.

“Hay personas que fallecen porque tienen infecciones de bacterias multirresistentes sobre las que no funcionan los antibióticos”, apunta Lobo, que matiza que de los pacientes navarros que ingresan en la UCI, en torno al 8% portan microorganismos multirresistentes.

Algunas de esas resistencias se generan por un mal uso de los antibióticos, por ello en Navarra se implantó el PROA (Programa de Optimización de Antibióticos) en 2017 y a su vez el HUN cuenta con uno a nivel hospitalario y la UCI, con otro propio. “En la UCI el PROA lo formamos intensivistas, farmacéuticos y microbiólogos. A todos los pacientes que entran a la unidad, por el motivo que sea, se les hace un chequeo para ver si portan algún microorganismo resistente. Después, nos solemos reunir para ver qué pacientes necesitan antibióticos para pautar el tratamiento correcto, con la dosis correcta y por la vía correcta. Este control es fundamental para evitar la transmisión horizontal entre pacientes como, para evitar que se generen resistencias a antibióticos y para dar el tratamiento adecuada a aquellas personas portadoras de bacterias multirresistentes, tengan sepsis o no”, explica Lobo.