Pese a los distintos intentos de las administraciones por reducir el consumo de psicofármacos, la realidad es que su uso en el Estado se ha disparado en las últimas décadas y ahora está siendo difícil reducirlo. En el caso de Navarra, el consumo de ansiolíticos y antidepresivos se mantiene en máximos con una clara diferencia de género: las mujeres consumen el doble de psicofármacos que los hombres. En concreto, el 17,8% de las navarras ha hecho uso de más de tres envases de antidepresivos o ansiolíticos en el último año, frente al 8,7% de los varones.
Son datos que se recogen en los perfiles de las zonas básicas de salud, unos documentos que acaban de ser actualizados por el Observatorio de Salud Pública de Navarra y en los que se analizan diferentes indicadores de la población (demográficos, de estilos de vida, de morbilidad, etc.) de cada zona, en base a los que el departamento de Salud va a elaborar una nueva estrategia de Atención Primaria. De las 59 zonas básicas que hay en la Comunidad Foral destacan por un mayor consumo de ansiolíticos y antidepresivos la de Lodosa, Artajona y los Ensanches de Pamplona.
En el caso de las mujeres, la zona con mayor uso de estos psicofármacos es Lodosa, donde una de cada cinco vecinas (20,3%) los ha consumido en el último año. Le siguen Olite (18,9%), Allo (18,7%), Artajona (18,4%) y San Adrián (18,3%). En el caso de los hombres, el consumo es mucho más bajo, pero la tasa más alta se da en el I Ensanche (11%), seguido de Artajona (10,5%), II Ensanche (10,2%), Lodosa (10,2%) y Los Arcos (9,9%).
Por el lado contrario, son las zonas básicas rurales del norte y de los Pirineos las que presentan menores consumos. Las mujeres que menos uso hacen de psicofármacos son las de Lesaka (11,3%), Leitza (11,3%), Ultzama (12,3%), Etxarri Aranatz (12,8%) y Doneztebe/Santesteban (13,2%). En hombres, el menor uso se da en el Valle de Salazar (5,9%), Auritz/Burguete (6,4%), Ultzama (6,5%), Lesaka (6,6%) y Etxarri-Aranatz (6,6%).
El 88,4% de las navarras atendidas padecen ansiedad
En cuanto a las diferencias por sexo, cabe destacar que de las mujeres atendidas en la Red de Salud Mental de Navarra, el 88,4% de las mujeres padece ansiedad y el 58,5% depresión, mientras que en los hombres esos porcentajes se quedan en el 45,2% y 23,3%, respectivamente, según los datos que maneja la Red de Salud Mental.
Esta mayor incidencia en mujeres se puede explicar por varias razones: los expertos de Salud Mental coinciden en que a los varones les cuesta más recurrir a una consulta cuando se trata de estos trastornos, por lo que muchos no son ni diagnosticados ni tratados.
No obstante, el factor más determinante –como también han denunciado en multitud de ocasiones los colectivos feministas– son los roles de género, pues son ellas las que soportan la mayor parte de la carga de los cuidados, lo que compaginado con la actividad laboral genera una mayor vulnerabilidad a situaciones de estrés, ansiedad o depresión.