El programa social de la Clínica Universidad de Navarra celebró este domingo su IX Carrera de los Valientes en apoyo a Niños Contra el Cáncer. La marcha batió su récord de participación con un total de 2.300 personas que se sumaron a esta jornada de deporte y solidaridad que recaudó fondos para proyectos de investigación y tratamientos especializados contra el cáncer infantil en el Cáncer Center Clínica Universidad de Navarra.
La carrera quedó inaugurada con el corte de la cinta de la mano de un grupo de familias vinculadas a Niños Contra el Cáncer, un gesto simbólico de esperanza y apoyo a quienes conviven con estos diagnósticos. Entre ellos se encontraban los padres y la hermana de Gabriel Ávila, un paciente cuya historia formó parte de la última edición de la carrera y que han querido viajar con este motivo desde Costa Rica a Pamplona.
La emoción comenzó a florecer entre los participantes, que ya empezaban a estirar bajo el sol del azulado día. “Hay nervios. En mi familia somos todos muy deportistas y nos encanta correr por una muy buena causa. Hemos tenido familiares cercanos con cáncer y nos parece fundamental donar dinero para la investigación”, defendió Lucía Ucar, corredora. La categoría infantil, niños hasta los 10 años, abrió la carrera. Así, el polideportivo del campus universitario acogió a las 11.00 horas a los más pequeños que se enfrentaron a 800 metros por el interior de las instalaciones deportivas. La segunda marcha, 1.500 metros para los corredores entre los 10 y los 14 años, despegó a las 11.20 horas;las pruebas para adultos, 5 o 10 kilómetros alrededor del campus, empezaron a las 12.00 horas.
“Cada año somos más, y solo si somos más podremos alcanzar nuestro objetivo de acabar con el cáncer infantil. Lo estamos consiguiendo gracias a los corredores, los voluntarios, las empresas y los colaboradores que demuestran año tras año su compromiso con la Carrera de los Valientes”, expresó Pilar Lorenzo, directora de Responsabilidad Social Corporativa de la Clínica. “El éxito está en que la sociedad está cada día más concienciada en la importancia de radicar esta realidad”, añadió. Pilar también recordó que el cáncer infantil es la primera causa de mortalidad en niños. Una dura realidad en la que, gracias a Dios, el 80% de las víctimas consiguen sobrevivir. Sin embargo, todavía queda ese 20% restante. “En los niños la enfermedad es súper compleja, no comprenden lo que le está pasando. Son niños que tienen que madurar a la fuerza, necesitan ayuda, una segunda oportunidad”, declaró Blanca Sánchez, participante en la carrera y enfermera oncológica. Blanca convive diariamente con esta cruel realidad que suma cada año 1.000 nuevos casos en España. “La investigación es vital. Hay que invertir en investigación y estos proyectos solidarios son una ayuda imprescindible para sacar fondos”, insistió la sanitaria. Así, Blanca animó a la participación e incidió en la empatía:“Si esto te pasara a ti o a los tuyos invertirías cada segundo de tu vida en crear proyectos, buscar financiación, en ayudar, ayudar y ayudar”.
Una movilización –o, más bien, desesperación– que marcó la vida de la familia de “Gabrielito” Ávila, el niño costarricense que falleció hace un año por una leucemia. A Gabriel le diagnosticaron leucemia linfoblástica aguda –cáncer de sangre y de la médula ósea– en 2020, con tan solo tres años. Tras tratamientos e intentos de supervivencia, su familia movió cielo y tierra para buscar una alternativa, ya que en su país “lo desahuciaron”, comentó su padre, Donald Ávila. Tras muchas valoraciones, la familia se decantó por el tratamiento de la Clínica Universidad de Navarra para que el pequeño recibiera inmunoterapia y, después, el trasplante de médula, su última esperanza. Sin embargo, después de una lucha valiente e intensa, el cuerpo de Gabriel no aguantó más. Sus padres, Donald y Marianela, y su hermana, tienen un agradecimiento total por el buen trato y esperanza que Pamplona les brindó. Por eso, hoy, apenas un año después de su muerte han vuelto a cruzar el charco para apoyar esta marcha solidaria en la ciudad que tanto les ayudó.
Pepi Villalba tampoco dudó en viajar seis horas –de Murcia a Navarra– para colaborar con el centro hospitalario que hace casi diez años les dio “ese rayito de luz que tanto nos hacía falta”, confesó Pepi. Su hija Marta, “la princesa valiente”, tuvo que enfrentarse a un osteosarcoma localizado en la rodilla en 2015. Tras el tratamiento reglamentario, esta niña, de entonces 7 años, consiguió vencer al bicho. Sin embargo, dos años después, el mismo tumor sumado a uno nuevo en la cadera, volvió a paralizar su vida. “En Murcia la dieron por pérdida”, recordó su madre. La Clínica Universidad de Navarra les ofrecía un nuevo tratamiento. No dudaron en hacer sus maletas y trasladarse a la capital de la comunidad foral. Este centro sanitario palió, sobre todo, el fuerte dolor que Marta sufría a causa de su enfermedad. “Solo por eso ya mereció la pena venir”, aseguró Pepi. No obstante, a pesar de su inagotable fuerza y lucha, el bicho a veces es muy bicho. “El tratamiento era muy agresivo y al final su corazoncito no aguantó la batalla”, expresó con profunda tristeza su madre. Desde el 23 de junio de 2018 su princesa valiente los cuida desde arriba. Por esto, Pepi, su marido y su hijo, regresan a cada edición de esta iniciativa. “Cada año, si podemos, subiremos a Pamplona”, declaró. “Para nosotros esta carrera significa mucho. Pamplona estuvo muy presente en la última etapa de la enfermedad de nuestra hija. Nos trataron tan bien y estamos tan agradecidos a la clínica. Hicieron por ella todo lo que pudieron”, atestiguó. Así, esta familia no duda en apoyar la recaudación de fondos, una ayuda fundamental para combatir estos diagnósticos. “Si no pudo ser por ella, que sea por todos lo que vienen detrás”, finalizó. Además, esta familia organiza cada año, desde la muerte de su pequeña, una carrera solidaria en Yecla, en la que todos los fondos recaudados se destinan al cáncer infantil.
Una bonita jornada que combinó el deporte y la solidaridad unidos por una muy buena causa. Tras el fin de las carreras –cada participante al llegar a meta recibió una bolsa con hasta 10 productos– tuvo lugar la entrega de premios. Joseba Campos, director general de la Clínica Universitaria, y algunos de los colaboradores fueron los encargados de repartir los galardones. En la categoría infantil el galardón se lo llevó María Sousa y Joel Romo;en los 1.500 metros el primer puesto fue para Carlota Antoñana y Rodrigo Valdelomar;en los 5 kilómetros Idoia Razquin y Pablo Lassa fueron los triunfadores; y en los 10 kilómetros lo fueron Mª Ángeles Suescun y Andoni Acebedo.