El Ministerio Fiscal pide 17 años de cárcel para un agente de la Policía Foral al que acusa de un delito de coacciones, dos delitos de descubrimiento y revelación de secretos y uno de daños mediante incendio, por haber hostigado a su expareja durante casi cinco años, tras haber finalizado su relación sentimental e intentar que ella la retomara, sin éxito. El juicio está señalado para esta próxima semana en la Audiencia Provincial de Navarra.
Según el escrito de calificación provisional, el acusado mantuvo una relación sentimental con la víctima entre febrero del año 2017 y agosto del año 2017. Con posterioridad a la finalización de la relación, y hasta el mes de abril de 2022, la sometió “a una situación extrema de vigilancia, control y hostigamiento, acrecentada por la condición de policía foral” del propio acusado, la cual “le permitió acceder a bases de datos para obtener de manera indebida y sin autorización o causa legal para ello información tanto de ella, como de su entorno cercano”, a los que incluso llegó “a mandar cartas anónimas comunicando información relativa a la salud” de su expareja o “a realizar seguimientos y anotar sus rutinas”.
Además, el encausado escribía a la misma diciéndole que dejara a su pareja y volviera con él, a la vez que imponía su presencia, acudiendo con habitualidad a su trabajo, realizándole seguimientos tanto a ella como a su entorno, personándose incluso en lugares que no eran frecuentados por la expareja, pero a donde acudía el encausado debido a toda la actuación previa de seguimientos y datos que obtenía de forma indebida de las bases de datos policiales, teniéndola “monitorizada”.
Incluso en el curso de estos seguimientos, “no solo siguió con su coche a su expareja, sino que la colocó en una situación de franco peligro en la carretera”. Hasta en tres ocasiones, conduciendo su vehículo, “persiguió a su expareja por la autovía, situándose en el carril contiguo al que ella circulaba y mirándola fijamente, manteniéndose en esa situación durante un periodo considerable, imitando también sus reacciones en la conducción (frenar y acelerar), poniendo considerablemente nerviosa a su expareja”.
Quemó el coche del novio
Asimismo, en la madrugada del 20 de abril de 2022 en Marcilla el encausado, “como nueva forma de presión hacia su expareja y siendo plenamente consciente del riesgo que causaba y la destrucción de propiedad ajena que producía, prendió fuego al vehículo utilizado por la pareja de su expareja, el cual lo tenía aparcado, propagándose el mismo a otros cuatro turismos más, resultando calcinados todos ellos, y a una vivienda cercana a la que se le causaron daños de escasa consideración, siendo precisa la intervención de los bomberos para apagar el incendio provocado por el encausado”.
De manera reiterada y en diversas ocasiones, la mujer “le dijo al encausado que no quería reanudar la relación con él; que le dejase en paz y que no acudiera a su lugar de trabajo. Llegó incluso a pedirle ayuda a una compañera de trabajo si el acusado volvía a acudir al establecimiento; llegó a bloquearle las llamadas y los mensajes de teléfono, pero entonces el encausado le escribía por Telegram o por correo electrónico para continuar con el acercamiento y contacto con ella”.