Las vacaciones de verano son el premio a todo un año de trabajo y el momento más esperado para relajarse y disfrutar. A la hora de planificarlas, podemos hacerlo por nuestra cuenta o bien ponernos en manos de expertos para que no haya ningún margen de error. Con la aparición de la inteligencia artificial (IA), cada vez son más las personas que buscan en herramientas como ChatGPT la inspiración para organizar esos días de desconexión. Sin embargo, Josep Curto, profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y experto en IA, lanza una advertencia: "ChatGPT no conoce toda la verdad"

"Las respuestas de la inteligencia artificial se basan en los patrones con los que ha sido entrenada, por lo que puede ofrecer información desactualizada o errónea. Por ello, toda la información relevante debe verificarse con fuentes oficiales, webs de reservas y reseñas actualizadas", señala Curto.

Un hombre busca en su teléfono móvil opciones de hotel para las vacaciones.

Ventajas

Una de las grandes ventajas que ofrece ChatGPT a la hora de organizar un viaje es la velocidad con la que brinda ideas y propuestas. "Si lo que quieres es ahorrar tiempo en la primera fase de búsqueda e inspiración, la IA puede ser tu gran aliada", sostiene Curto. 

Otra ventaja es la personalización del plan de viaje; no te ofrecerá resultados genéricos, sino que dará respuesta a tus preferencias y te proporcionará una experiencia a medida y menos influenciada por las rutas turísticas de siempre. 

La inteligencia artificial también es capaz de proponerte combinaciones de destinos y actividades que a ti nunca se te han ocurrido y que no aparecen fácilmente en webs o en agencias tradicionales; una opción ideal si buscas rutas originales o poco convencionales.

Instrucciones básicas para la IA

Según Josep Curto, la calidad de las respuestas de la IA depende directamente de la calidad del prompt, es decir, de la instrucción o del mensaje que le das. Así, un buen prompt debe incluir datos como el destino o región (cuanto más específico, mejor), fechas o duración del viaje, presupuesto aproximado, intereses (naturaleza, museos, gastronomía...), perfil del viajero (familia, pareja, persona mayor, mochilero), estilo de viaje (relajado, activo, cultural) y exclusiones (zonas a evitar, actividades que no interesan, etc).

En cuando al idioma, aunque los modelos de IA son multilingües, Curto recomienda usar el inglés para obtener respuestas más completas, salvo que se busque información muy local en cuyo caso será mejor utilizar el idioma del destino.

Planificación de un viaje con mapas en papel y en digital.

Una ayuda con limitaciones

Por ahora, ChatGPT no puede hacer reservas ni acceder a precios o disponibilidad en tiempo real. Tampoco puede sustituir a una agencia de viajes en cuestiones prácticas ni detectar todos los matices culturales o situaciones específicas del destino.

Aunque las versiones más recientes del chatbot de OpenAI pueden acceder a información en tiempo real para complementar los patrones con los que ha sido entrenado, Curto advierte de que "el modelo sigue funcionando con una lógica probabilística basada en datos pasados, por lo que verificar cada dato sigue siendo esencial. También puede estar sesgado hacia destinos más conocidos o sobrevalorados".  

En cuanto a la privacidad de ChatGPT, el experto pide prudencia y señala que lo mejor es aplicar el principio de "minimización de datos": introducir solo lo estrictamente necesario para la consulta y evitar proporcionar información confidencial.

Futuro de la combinación de IA y turismo

Curto sostiene que "podemos esperar un futuro donde la IA se integre profundamente en toda la experiencia turística, de forma cada vez más sofisticada". También podría ayudar a fomentar un turismo más sostenible y evitar la masificación de destinos, si se diseñan con ese objetivo. Sin embargo, el experto subraya que el reto está en mantener la transparencia, la ética y la autonomía del usuario.

Advierte, además, de que, más allá de la utilidad práctica de la IA, hay que recordar que "la verdadera inteligencia reside en nuestra capacidad de discernir cuándo y cómo utilizar estas herramientas en nuestro beneficio, sin ceder aquello que nos hace fundamentalmente humanos".

Así, Curto concluye que, no podemos olvidamos de que los sistemas de IA no están alineados con la verdad ni comprenden los valores humanos porque si no "nos arriesgamos a convertirnos en receptores pasivos de recomendaciones en lugar de arquitectos activos de nuestras propias vidas".