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Neuropediatras recuerdan que corregir los movimientos involuntarios de menores con el síndrome de Tourette no funciona

Indica que para diagnosticar el síndrome sólo hace falta que aparezcan tics de forma persistente en el tiempo aunque un porcentaje elevado de pacientes asocia otros problemas como inatención, hiperactividad, obsesiones, o dificultades de aprendizaje

Neuropediatras recuerdan que corregir los movimientos involuntarios de menores con el síndrome de Tourette no funcionaEP

La Sociedad Española de Neurología Pediátrica (SENEP) subraya la necesidad de identificar a tiempo el síndrome de Tourette para evitar diagnósticos erróneos, así como tratamientos innecesarios; además, al tratarse de movimientos involuntarios, insisten a las familias en que corregir a los menores para que dejen de hacer los tics no funciona.

"Un tic puede ser tan simple como parpadear o aclararse la garganta, o más complejo, como decir palabras (a veces inapropiadas), o realizar movimientos más elaborados", apunta en este sentido la jefa de neurología pediátrica del Hospital 12 de Octubre de Madrid, y expresidenta de la SENEP, la doctora Ana Camacho, con motivo de la celebración este sábado, 7 de junio, del Día Mundial de la Concienciación del Síndrome de Tourette.

Es un trastorno muy frecuente, pues afecta del 0,5 al 1% de los escolares, y su evolución suele ser favorable. Los tics suelen iniciarse hacia los 6 u 8 años, de forma gradual, y son más frecuentes en varones. "Los tics motores más comunes afectan, sobre todo, a la cara y al cuello, en forma de guiños y de movimientos de la nariz o de la boca. Los tics que provocan sonidos se manifiestan como carraspeo, toses, o aspiraciones nasales, y que aparecen de forma repetitiva", detalla esta experta.

Así, indica que para diagnosticar el síndrome de Tourette sólo hace falta que aparezcan tics de forma persistente en el tiempo. No obstante, sí aclara que un porcentaje elevado de pacientes asocia otros problemas como inatención, hiperactividad, obsesiones, o dificultades de aprendizaje. Por lo que, advierte esta neuróloga infantil, "en cualquier chico con tics hay que indagar sobre su comportamiento social y su desempeño académico".

LA IMPORTANCIA DE IDENTIFICAR LOS TICS

La doctora Camacho ahonda en la importancia de identificar esos tics adecuadamente, de lograr un correcto diagnóstico desde el inicio porque, tal y como argumenta, "los guiños, las toses, o las aspiraciones nasales repetitivas pueden ser interpretadas erróneamente como conjuntivitis o problemas de alergia, con la consiguiente prescripción farmacológica que no soluciona el problema".

Es más, sostiene que éste 'no saber qué le pasa a mi hijo', del que muchos padres se quejan, genera preocupación en las familias, pero destaca que "los neuropediatras están entrenados en distinguir los tics de otros tipos de movimiento anormal".

El síndrome de Tourette en un trastorno habitualmente benigno que, en la mayor parte de los casos, no precisa un tratamiento farmacológico mantenido, pues no interfiere en la funcionalidad diaria. "Los tics espontáneamente mejoran a partir de la segunda década de la vida, e incluso pueden llegar a desaparecer", afirma.

Sin embargo, la doctora Camacho sí aprecia que hay un pequeño porcentaje de pacientes cuyos tics les provocan movimientos aparatosos o molestos, y que, por tanto, deben recibir medicación. "Hay mucha investigación en el síndrome de Tourette, tanto para encontrar fármacos más eficaces para estos pacientes, como para profundizar en las bases biológicas del trastorno", señala.