Navarra suma 718 matrimonios igualitarios e incrementa el número de bodas entre mujeres
La cifra representa el 0,95 % de los más de 75.000 matrimonios igualitarios celebrados en el Estado desde su legalización en 2005
Desde que en julio de 2005 se aprobó en el Estado el matrimonio igualitario, se han unido en matrimonio un total de 75.561 parejas del mismo sexo. Y, en este contexto, Navarra ha jugado un papel relevante en los últimos años, ya que se trata de una de las regiones en la que –en los últimos años– más mujeres han formalizado su relación a través de una boda. Con todo, también se encuentra en la retaguardia del listado de comunidades autónomas en número total de matrimonios igualitarios celebrados desde 2005 hasta 2023, con 718 enlaces registrados frente a los 15.900 de Cataluña, los 14.790 de Madrid o los 11.809 de Andalucía, que son las comunidades que lideran este ránking a nivel nacional.
No obstante, aunque los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE) revelan una gran diferencia entre estas regiones y la Comunidad Foral, Navarra se encuentra por delante de Ceuta y Melilla –donde solo se han registrado en este periodo 53 y 56, respectivamente–, La Rioja (325) y Cantabria (647), y presenta una diferencia de 99 formalizaciones con respecto a Extremadura, que es la comunidad que se encuentra por delante, con 817 matrimonios.
Cambio en la tendencia
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Desde la entrada en vigor de esta ley que permite que las parejas conformadas por hombres o mujeres del mismo sexo contraigan matrimonio, la tendencia parece mostrar que son más frecuentes las bodas entre dos varones que las de carácter lésbico; de hecho, de esas 75.561 parejas casadas, 40.397 son matrimonios gays y 35.164 entre mujeres. O, dicho de otra manera, el primero representa el 53,5% del total frente a un 46,5%. Sin embargo, desde 2018 esta tendencia está experimentando ligeros cambios en algunas comunidades, como Navarra, donde cada vez son más las mujeres que comienzan a formalizar sus relaciones. Esta inversión de la dinámica también se observa en otras regiones como Aragón, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura, Murcia, la CAV, La Rioja y Melilla.
En lo que respecta al récord de matrimonios igualitarios a nivel estatal, se alcanzó en el año 2023, cuando se produjeron 6.772 enlaces del mismo sexo, con un ligero predominio de las bodas femeninas (3.607) frente a las masculinas (3.165). Por otro lado, estos datos también reflejan que entre 2010 y 2023 –rango de años para los que se dispone este dato–, el 9,3% de los matrimonios igualitarios tenía alguno de sus miembros con una nacionalidad distinta a la española.
Por el contrario, en lo que atañe a las separaciones, entre 2013 y 2023 se produjeron un total de 13.119 divorcios de parejas del mismo sexo en todo el Estado; de los cuales 6.998 eran parejas de hombres y 6.122 mujeres. Pero en ese mismo periodo se casaron 50.322 parejas del mismo sexo. En Navarra, aunque no se detallan cifras específicas, esta dinámica sigue la tendencia general de la estabilidad de los matrimonios igualitarios, con un nivel similar de disoluciones que los matrimonios heterosexuales.
“El matrimonio nos hizo dignos de derechos”
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La activista Boti García Rodrigo, exdirectora de Diversidad Sexual y Derechos LGTBI+ y expresidenta de FELGTB y Cogam, destacó la importancia del matrimonio igualitario como un avance no solo legal sino social y simbólico: “El matrimonio nos hizo dignos de derechos. Nos visibilizó y reconoció como sujetos de derechos, igual que el resto de la ciudadanía”. García Rodrigo subrayó además que la felicidad que se vive en las bodas igualitarias se extiende a las familias y círculos cercanos, contribuyendo a una mayor aceptación social.
Por su parte, la actual presidenta de la Federación Estatal LGTBI+, Paula Iglesias, asevera que la aprobación del matrimonio igualitario fue “un primer paso” en el reconocimiento de los derechos del colectivo, la primera vez que se ponía encima de la mesa que eran ciudadanía de primera, como el resto, y merecían los mismos derechos. “Más allá de poder casarnos, fue un reconocimiento de nuestras existencias. Y ese reconocimiento a nivel legal nos ayudó anaturalizar nuestras vidas a nivel social, porque si teníamos el mismo derecho a casarnos y a formar nuestras familias, es que éstas eran dignas y merecedoras del mismo respeto”, concluyó.
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