La empleabilidad juvenil crece un 38% en Navarra desde la pandemia

El mercado laboral navarro presenta este verano una paradoja para las nuevas generaciones: mientras la afiliación de menores de 30 años ha crecido un 38,3% desde enero de 2019, muy por encima del 12,7% registrado en el conjunto de la población, el último mes ha dejado un aumento del paro en el grupo de 25 a 34 años. Así se desprende del informe mensual sobre la evolución del empleo en Navarra elaborado por la Oficina de Análisis y Prospectiva del Ejecutivo foral, que sitúa a los menores de 35 años como el 26,6% del total de desempleados de la Comunidad Foral.

En cifras, Navarra cuenta en la actualidad con 52.194 afiliaciones correspondientes a trabajadores y trabajadoras menores de 30 años, lo que supone que el empleo juvenil representa el 16,5% del total. Sin embargo, los datos de julio muestran que no todos los tramos de edad han seguido la misma tendencia. Eldesempleo se ha reducido un 1,5% entre los menores de 25 años —39 personas menos—, pero ha crecido un 3,8% en el grupo de 25 a 34 años, lo que equivale a 183 personas más inscritas en las listas de paro en tan solo un mes.

En el balance interanual, la evolución es más positiva: el paro ha descendido en todos los tramos de edad, incluido el de 25 a 34 años, que ha registrado 208 personas desempleadas menos, un 4% de caída. Entre los mayores descensos destaca el de 35 a 44 años, con 220 personas menos en situación de desempleo, lo que supone una bajada del 3,6%.

Composición del desempleo

En cuanto a la composición del desempleo al cierre de julio, el 9% de las personas paradas eran menores de 25 años (2.572 personas). La proporción aumenta si se amplía el foco a la franja de 16 a 29 años, que supone el 11,8% de las 18.281 personas beneficiarias de prestaciones por desempleo. En el extremo opuesto, el grupo de mayores de 54 años concentra el 30,3% del total de personas desempleadas en la Comunidad Foral (8.655).

Los datos reflejan así un doble panorama para la juventud navarra: por un lado, la afiliación juvenil crece a un ritmo notable desde hace más de cinco años, con una participación en el mercado laboral que no deja de aumentar; por otro, persisten fluctuaciones mensuales que muestran vulnerabilidad en ciertos tramos, especialmente en el paso de la veintena a la treintena, cuando las personas jóvenes enfrentan habitualmente el reto de consolidar su estabilidad profesional