La retirada del grupo chino Qinghai Salt Lake del proyecto de Mina Muga y su renuncia a invertir 270 millones de euros representa "un duro golpe para la credibilidad y viabilidad de su promotor, Geoalcali", según grupos ecologistas que opinan que es hora de que las administraciones dejen de alimentar un proyecto "insostenible que no responde al interés público".
La Plataforma contra las Minas de La Bal D'Onsella y El Perdón, Ecologistas en Acción y Fundación Sustrai Erakuntza suscriben un comunicado conjunto en este sentido en el que se refieren a Mina Muga como "un proyecto fallido, que temblequea sobre endebles pilares".
Para quienes se oponen a la mina, tanto habitantes de la Bal DOnsella y del Perdón, como organizaciones sociales y ecologistas, la decisión del grupo chino es "motivo de satisfacción", no porque coincidan con su razón de ser o sus objetivos, precisan, sino "porque la lógica de sus decisiones pone en evidencia las inconsistentes razones sobre las que se ha ido desarrollando este proyecto".
La reacción de Geoalcali y del Gobierno de Navarra, según indican, "ha sido la de tratar de encajar el golpe, apretar los dientes y, como si nada importante hubiera ocurrido, volver a mostrar su voluntad para buscar nuevos inversores", pese a que, añaden, "saben que esta búsqueda resultará mucho más complicada".
Al respecto sostienen que "Mina Muga es un proyecto corroído y quemado por una montaña de inseguridades jurídicas, políticas y económicas, al igual que ocurre con la potasa cuando no se manipula con precaución. Y esto y la auditoría económica que han realizado, ha bastado al grupo inversor para retirarse. Y seguramente hará cuestionar a aquellos nuevos que puedan aparecer".
A su juicio "la maraña judicial", en la que quedan pendientes nuevas sentencias en tribunales, resolución de recursos por las concesiones de agua por parte de la CHE, evaluaciones, licencias, autorizaciones o residuos, "espanta a quien busca beneficios y seguridad jurídica" y "escandaliza a quienes defienden el territorio, ante tanto actuar obsceno para apropiarse del bien común".
Añaden, además que Mina Muga "se encuentra bajo sospecha al aparecer en investigaciones policiales donde se cruzan indicios y relaciones turbias entre empresas (Geoalcali, Servinabar, Acciona), representantes institucionales y figuras intermediarias pertenecientes a partidos políticos".
Los grupos ecologistas agregan que el "clima de desconfianza generalizada hacia el proyecto de Mina Muga tiene que ver con los propios modos de hacer de Geoalcali. El cuento de la lechera que ha ido utilizando durante todos estos años para captar apoyos sociales y económicos va agotándose".
"La estrategia vendehumos de Geoalcali sólo ha servido hasta la fecha para la especulación bursátil", aseveran al tiempo que señalan que este proyecto es "un monumento a la sinrazón, a la especulación, al peligro y la inseguridad de quienes viven en la zona, a la contaminación, a la destrucción del territorio y suelo fértil, a la mentira, al engaño, a la manipulación, a la presión a quien se resiste, al desprecio a la gente y los pueblos, al favoritismo administrativo".
"Los fondos de inversión parecen verlos cada vez más claro", opinan tras lo que emplazan a las administraciones a "dejar de alimentar" ese proyecto.