Uno de cada dos trasplantes de médula ósea que ha realizado el Cancer Center Clínica Universidad de Navarra (CCUN) en el último año procede de un donante anónimo. Eso se traduce en mayores posibilidades de obtener buenos resultados en pacientes que no tienen un donante familiar compatible, porque ofrece mayor compatibilidad entre el donante y el posible receptor.
Este tipo de trasplante –denominado alogénico de donante no emparentado– ha ido en aumento desde que se comenzaran a realizar en la Clínica Universidad de Navarra hace una década. No obstante, la CUN lleva efectuando trasplantes de médula ósea desde 1991, más de tres décadas en las que ha llevado a cabo más de 1.500 procedimientos.
Con motivo del Día Mundial de la Donación de Órganos, Tejidos y Trasplantes, el Dr. José Rifón, responsable de la Unidad de Trasplante de Progenitores Hematopoyéticos, ha asegurado que la “donación de células progenitoras hematopoyéticas, obtenidas de la médula ósea o más frecuentemente de la sangre, salva vidas, porque el trasplante va destinado a pacientes sin otra posibilidad de tratamiento frente a enfermedades incompatibles con la vida.
Es muy positivo hacerse donante al cumplir la mayoría de edad, porque cuanto más joven se dona, hay más posibilidades de que el trasplante sea exitoso: las células madre son más sanas y también aumentan las posibilidades de encontrar un donante para cada receptor, ya que se alarga el tiempo en el que uno puede ser donante”.
Contra enfermedades neoplásicas o hematológicas
El trasplante de médula ósea es un procedimiento terapéutico que se utiliza para combatir enfermedades neoplásicas o patologías hematológicas, como la leucemia, el mieloma múltiple o determinados linfomas. Su objetivo es restaurar la función de la médula ósea para que vuelva a producir células sanguíneas con normalidad. Desde que se puso en marcha el proyecto en 1991, la Clínica Universidad de Navarra ha realizado más de 1.500 trasplantes destinados a sustituir la médula ósea dañada.
Después de una primera valoración clínica, el paciente que necesita un trasplante de médula ósea es asignado a uno de los dos protocolos: trasplante de células propias (autólogo) o trasplante de donante (alogénico). En ambos casos, las células se procesan en el laboratorio del Área de Terapia Celular antes de ser trasplantadas.
El paciente ingresa al menos dos semanas en la Unidad de Trasplante para recibir quimioterapia o radioterapia y, posteriormente, se realiza la transfusión de las células progenitoras.
El Dr. Rifón recalca que “el proceso ha mejorado mucho y ha reducido notablemente los efectos secundarios y complicaciones. El trabajo interdisciplinar del CCUN optimiza las ventajas para cada paciente”.
La buena marcha de esta terapia depende de factores clínicos, como la compatibilidad HLA –grado de similitud entre donante y receptor en las células del sistema inmunológico–, la edad y el estado de salud del paciente.
El trabajo de la Unidad de Terapias Avanzadas y del Área de Terapia Celular está acreditado según los estándares internacionales FACT-JACIE para la realización del trasplante de médula ósea. El objetivo de esta acreditación es promover prácticas médicas y de laboratorio de calidad y seguridad durante todo el proceso.
Opción viable también para niños
La indicación más frecuente del trasplante en niños es la leucemia linfoblástica aguda, el cáncer pediátrico y adolescente más común. Esta enfermedad se caracteriza por la producción rápida e incontrolada de linfocitos, un tipo inmaduro de glóbulos blancos. Su crecimiento excesivo impide la producción normal de células sanguíneas sanas, lo que provoca anemia, sangrados y alto riesgo de infecciones.
Según el Dr. Rifón, “los niños suelen responder mejor a los trasplantes y presentan tasas de curación y supervivencia más elevadas que los adultos. No obstante, el proceso es complejo, porque hay que explicarles a ellos y a sus padres que conlleva dolor e incomodidades del tratamiento, extendiéndose al menos durante seis meses”.
Según el Ministerio de Sanidad, el trasplante de médula ósea ha crecido en España un 42% desde 2012. Los trasplantes alogénicos, que provienen de células de donantes sanos, representan el 41,6%. “El trasplante es un tratamiento curativo, pero tiene riesgos y dificultades que hay que asumir. Nuestro objetivo siempre es acompañar a cada paciente muy de cerca durante todo el proceso”, ha afirmado el Dr. Rifón.