La normalidad ha vuelto con rapidez a la ikastola Paz de Ziganda, pero esta mañana, en el ambiente quedaban resquicios de lo vivido el día anterior. Todavía con el “subidón” de haber acogido un evento de tal magnitud, desde la ikastola definían el Oinez como “un absoluto orgullo después de un año de trabajo” y, aunque no se atreven a dar cifras exactas, fueron varios miles de personas las que se acercaron a disfrutar de la fiesta y a promocionar el euskera.

Debido a que se trata de la tercera vez que la sexageneria ikastola acoge esta celebración, han podido hacer una comparativa con las anteriores. “Mientras que en 2010 quedaron muchos residuos en el suelo, este año todo ha quedado muchísimo más limpio”, resaltaba Iñaki Erroz, director del centro. De hecho, pasadas las doce del mediodía de hoy, lunes, las diferentes zonas ya estaban casi totalmente recogidas, a falta de terminar de retirar algunas vallas y contenedores. 

Al mismo tiempo, Erroz ha destacado la presencia de personas ajenas a su modelo educativo. “Lejos de que surgiera una fiesta paralela a modo de boicot como en 2010, este año la gente ha estado muy unida porque, al final, tenemos una causa común: el euskera”, ha admitido.

Como claves del éxito de la fiesta, desde la ikastola señalan el acercamiento al pueblo y la presencia de asociaciones como Motxila 21, París 365 o Saray, “que agradecieron mucho que les invitáramos”, contaba Erroz. Asimismo, los días previos al Oinez también han sido esenciales ya que “con las actividades, la txaranga y la comida del día anterior, la gente estaba mucho más animada”, considera el director.

Si algo “arrasó” de manera destacada este sábado fueron, contra todo pronóstico, la tómbola y el puesto 'gluten free'. De hecho, la web de la ikastola ha amanecido con varios mensajes de agradecimiento: uno de ellos, de un txiki que se acercó desde Bilbao a Villava-Atarrabia y agradecía la camiseta del Athletic Club que le había tocado en la tómbola; y otros varios felicitando la iniciativa de proporcionar un 'stand' de comida sin gluten.

Sin incidencias

En lo que se refiere a asistencias médicas, el Nafarroa Oinez de este año no dejó “ningún percance a destacar”, más allá de un mareo y un retorcijón en el tobillo de uno de los participantes de la Erronka. En cuanto a infraestructura, “solo hubo un pequeño colapso en las txoznas a la hora de comer”, según Erroz. En definitiva, el centro ha abierto hoy sus puertas con un recuerdo muy positivo y la sensación de que, año a año, el Oinez acoge dinámicas más sanas, tanto para los jóvenes como para la causa en la que creen