El Servicio Navarro de Salud – Osasunbidea ha puesto en marcha el nuevo Programa de Trastornos de la Conducta Alimentaria (PTCA) de la Red de Salud Mental de Navarra, un dispositivo sanitario supraespecializado de referencia para el tratamiento de personas con anorexia o bulimia nerviosas como diagnóstico principal que, en la actualidad, atiende a más de 50 personas

Con motivo del Día Internacional de la Lucha contra los Trastornos de Conducta Alimentaria, que tiene lugar el 30 de noviembre, Salud Mental presenta las novedades de este programa, que toma el relevo de la anterior Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria, para ofrecer una actuación más intensiva y específica en la atención a los trastornos de la conducta alimentaria. De las más de 50 personas atendidas por el nuevo programa, el 90% se encuentran en régimen ambulatorio

Imagen de las instalaciones Elisa Reta

El equipo

Los y las pacientes llegan al programa derivados desde los centros de salud mental, las unidades de hospitalización psiquiátrica del Hospital Universitario de Navarra / Nafarroako Ospitale Unibertsitarioa y el Servicio de Dietética y Nutrición. Dentro del programa, son atendidos por un equipo conformado por un psiquiatra, una psicóloga clínica, una enfermera, un terapeuta ocupacional, dos Técnicos de Cuidados Auxiliares de Enfermería (TCAE) y una trabajadora social a tiempo parcial.

Según Mikel Ruiz, director del programa, “con el nuevo sistema pretendemos brindar una atención especializada, intensiva, global y eficaz a estos y estas pacientes, con especial atención a los cuadros de inicio reciente y a aquellos con más tiempo de evolución más refractarios y que se encuentren en ese momento en una situación más comprometida desde el punto de vista clínico”.

Los y las profesionales persiguen a través de ello la mejoría y/o estabilización del cuadro psicopatológico, alcanzar una situación orgánica estable, reducir el impacto del trastorno de conducta alimentaria en el entorno del paciente, evitar la evolución a la cronicidad, conservar o recuperar la funcionalidad del o la paciente y evitar (o detectar y tratar si es necesario) las complicaciones derivadas del TCA en cuadros instaurados, “lo que se conoce como prevención terciaria. Todo ello entendiendo la salud como un constructo bio-psicosocial complejo e interdependiente”, recalca Ruiz sobre un programa que se suma a los recursos ya existentes en el Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea para atender a las personas afectadas por estos trastornos relacionados con la alimentación.

Imagen del comedor terapéutico Elisa Reta

Personas mayores de 16 años

El perfil de los y las pacientes del programa es variado, con una edad que suele ser mayor a 16 años; comprendiendo desde adolescentes o adultos jóvenes que puedan verse beneficiados y beneficiadas de una intervención precoz dentro de un programa específico hasta cuadros evolucionados hacia la cronicidad con criterios de gravedad o inestabilidad clínica. En este último grupo se incluyen pacientes cuyo objetivo es evitar el ingreso hospitalario o aquellos en los que se persigue dar continuidad de tratamiento intensivo tras haberse producido un ingreso. 

De este modo, “tras una valoración exhaustiva de cada paciente por parte del equipo terapéutico, la modalidad de tratamiento puede ser en régimen ambulatorio intensivo, lo que sucede en la mayor parte de los casos, o de hospitalización parcial, en función de las necesidades detectadas. Se pretende siempre ofertar un programa de tratamiento personalizado y lo menos invasivo posible”, añade Mikel Ruiz. De cualquier manera, la adscripción al programa es siempre voluntaria. 

Objetivo: extinguir los síntomas y mejorar la calidad de vida

El abordaje ambulatorio se sustenta fundamentalmente en consultas individuales de alta frecuencia, donde se realiza un trabajo psicoterapéutico personalizado que puede contener elementos psicoeducativos, motivacionales, de gestión de las emociones, cognitivos o conductuales, haciendo especial hincapié en los factores mantenedores del TCA. El objetivo es extinguir el síntoma y disminuir su repercusión funcional y en la calidad de vida. Todo ello sin interrumpir la vida cotidiana del paciente.

El abordaje de hospitalización parcial se reserva a aquellos casos “con clínica más severa o refractaria, o con respuesta tórpida o insuficiente a los abordajes ambulatorios”. Esta se lleva a cabo en un Hospital de Día monográfico para TCA dispone de 10 plazas. 

De este modo, se lleva a cabo una intervención más intensiva y multidisciplinar desde una estructura de mayor soporte. “Mediante este tipo de abordaje, el trabajo grupal toma mayor relevancia, con grupos de psicoterapia, de educación para la salud, relajación y talleres creativos entre otras actividades grupales. Hay un comedor terapéutico que cubren tres de las comidas del día, con el objetivo de rehabilitar los hábitos alimentarios y devolver a la comida a su lugar, dentro de sus parámetros nutricionales y de conexión social. Al alta del hospital de día se continúa el proceso terapéutico dentro del propio PTCA, en el modelo ambulatorio”.

En ambas modalidades de tratamiento, en la mayoría de los casos se realiza además un trabajo paralelo con el entorno convivencial del paciente, con el doble objetivo de disminuir la repercusión del TCA en la convivencia familiar y de cambiar dinámicas familiares que puedan reforzar el síntoma.