“Hay que trasmitir un mensaje de tranquilidad a la sociedad y a las mujeres que puedan pensar que pueden ser víctimas de estos pinchazos porque a día de hoy, con los datos actuales, no hay constancia de que estemos ante una nueva forma de sumisión química”. Así de rotundo se expresa David del Valle, subdirector del Instituto Vasco de Medicina Legal (IVML) y la persona que lidera el protocolo de actuación coordinada entre las policías, Osakidetza y los juzgados de guardia para hacer frente a la oleada de pinchazos contra las mujeres en distintos espacios festivos y de ocio. Hay dos hechos que llevan a este médico forense a huir del “alarmismo”. Por un lado, dice, que los análisis practicados hasta la fecha “no han detectado nada en los cuerpos” de las 12 mujeres vascas que han denunciado haber sufrido un pinchazo y, además, ninguna ha sido agredida. Y por otro lado destaca “la experiencia de lo que ha sucedido con anterioridad” en Francia, Bélgica, Reino Unido y otros países del norte de Europa. “De lo que se trata primero es saber realmente qué es a lo que nos enfrentamos porque no sabemos aun qué hay detrás de todo esto. Una cosa es que se está hablando de muchas cosas y otra distinta es que realmente tengamos datos de que ocurren cosas”.

Como científico, este profesor de Medicina Legal y Forense de la UPV/EHU se ciñe a los hechos y a las pruebas que se han logrado reunir y que a la postre son las que tendrían validez legal en un eventual juicio. La realidad es que a día de hoy esas evidencias físicas son mínimas. “Sabemos –prosigue– que hay algún pinchazo, pero no sabemos ni de qué, ni con qué, ni si se ha inoculado algo, ni qué objetivo hay detrás de ello”. Según su experiencia en la elaboración de informes periciales, “no es tan fácil que alguien embolice una sustancia a una persona en movimiento. “Eso por un lado. Por otro, no tenemos datos de analíticas positivas a tóxicos”. Y en este sentido insiste en que no es lo mismo recibir un pinchazo que hablar de sumisión química con fines delictivos.

“Es muy difícil embolizar algo en un instante. Además, hay muchas sustancias que si las inyectas en una nalga o en un brazo no van a tener los mismos efectos que si se inyectan en sangre o si se consumen vía oral, el efecto no tiene nada que ver”. Por este motivo, asegura, “no posemos hablar de sumisión química por un pinchazo hasta que no se pruebe mediante análisis. Y por ahora no hay nada de eso, nada. Solo tenemos 12 denuncias de pinchazos y un caso, distinto en Donostia, que estamos investigando en el laboratorio correspondiente”.

Así, este experto llama a la “responsabilidad” para no seguir alimentando el miedo entre las mujeres a disfrutar de su ocio con plena libertad, sin obviar el hecho de que las agresiones sexuales –sin pinchazos mediante– han crecido tras la supresión de las limitaciones impuestas por la pandemia. “Deberíamos ser muchísimo más cautos sobre lo que son los pinchazos y lo que suponen. Una cosa son los pinchazos y otra cosa son las posibles agresiones sexuales en un marco festivo en el que se da un consumo tóxico de psicoactivos, fundamentalmente de alcohol”, afirma Del Valle. “En nuestro caso, concretamente en Gipuzkoa, el 40% de los casos de agresiones no vinculadas a los pinchazos que han llegado al juzgado durante el primer semestre y hemos investigado hay presencia de sustancias psicoactivas”.

Policías infiltrados

Respecto al protocolo anunciado el martes por el Gobierno vasco, Del Valle aclara que “no es un protocolo en el sentido estricto de la palabra” sino que “a raíz de la situación creada hemos puesto en marcha una forma de intentar agilizar todas las actuaciones entre las distintas instituciones implicadas –Ertzaintza, Osakidetza, Juzgado de Guardia y el Instituto de Medicina Legal– con el objetivo de minimizar los inconvenientes a las víctimas, no revictimizarlas por nuestro propio trabajo”. Ayer martes se produjo la primera de esas reuniones en Donostia con motivo de la próxima Semana Grande que estuvo presidida por el alcalde Donostia, Eneko Goia, el concejal de Seguridad Ciudadana, Martín Ibabe, la directora de la Ertzaintza, Victoria Landa, el jefe de la Ertzaintza, Josu Bujanda, así como mandos de los dos cuerpos policiales.

Tras el encuentro, Bujanda avanzó que el “primer reto” en las capitales se dará mañana sábado con la bajada del Celedón. Apuntó que se ha dispuesto un dispositivo especial, además del de seguridad habitual en estas fiestas, “dedicado a estos episodios que está habiendo de agresiones”. Asimismo, insistió en que la Ertzaintza y la guardia municipal van a estar en esos espacios de ocio nocturno o recintos festivos con “personal de uniforme pero también de paisano en numerosos espacios”, con el fin de “detectar cualquier persona sospechosa de poder agredir a una mujer, que es como está ocurriendo en todos los casos que son todo mujeres, y en ese caso poder actuar”.