La actividad delictiva, la criminalidad en todas sus esferas, volvió a la normalidad antes que cualquier otro ámbito de la vida ordinaria con la covid de por medio. Así lo refleja la Memoria de la Fiscalía de Navarra de 2021, que computa una subida significativa de los asuntos judiciales incoados como delitos. Subieron un 8,7% el año pasado y superaron los 25.600, unos 2.000 más que los que se habían registrado en 2020. Y en este sentido no deja por recurrente de ser llamativo el ascenso de los delitos contra la libertad sexual en plena pandemia. Es decir, un fenómeno que pese a estar en ocasiones vinculado a fiestas o actividad nocturna –unos entornos que durante los tiempos covid se vieron seriamente mermados– sigue copando un número altísimo de diligencias previas.
74 delitos sexuales con víctimas menores de edad
En la Comunidad Foral se alcanzaron los 479 asuntos (un 3,8% más que en 2020) por ataques contra la libertad sexual y 40 de ellos tuvieron como protagonistas a agresores que eran menores de edad, 24 investigados por abusos sexuales y otros 16 por agresión sexual.
En cuanto a los mayores de edad, 97 de las causas se investigaron por agresión sexual (aquella que se ejerce con violencia e intimidación) y otras 34 fueron por violación (cuando la agresión lleva implícita también penetración por alguna vía). Los abusos sexuales, aquellos ataques contra la libertad sexual que se producen sin violencia ni intimidación según el Código Penal actual, aunque la víctima puede ser menor de edad o una persona influida por el alcohol y las drogas, sumaron 171 denuncias. Hubo 14 violaciones denunciadas a menores de 16 años, otras 6 agresiones sexuales, 40 abusos a la misma población y 14 asuntos por corrupción de menores.
La Fiscalía General del Estado hizo ayer precisamente referencia a un mayor compromiso para ofrecer a las víctimas de violencia machista, delitos de odio y trata herramientas para facilitar su testimonio “imprescindible” en cualquier fase del procedimiento, para evitar incomparecencias o la revictimización en el juicio. “No son las víctimas las que se tienen que adaptar al proceso o a la Justicia: somos nosotros quienes debemos adaptarnos a ellas y a sus necesidades”, dijo la teniente fiscal del Supremo, María Ángeles Sánchez Conde, durante el discurso en el acto de apertura del año judicial en el que ha sustituido al fiscal general. La Fiscalía considera que “su testimonio –en muchas ocasiones imprescindible para la persecución del delito– no debe significar una carga, un elemento violento o desgarrador”, por lo que se compromete a “explorar todos los aspectos posibles de protección para proporcionar a los fiscales una herramienta jurídica integral” poniendo a la institución al servicio del legislador para tal fin. Con ello se pretende evitar la victimización secundaria me-diante mecanismos, como otorgar a su testimonio en cualquier fase el valor de prueba preconstituida.
Lesiones, el delito mayoritario
En cuanto al resto de delitos, las diligencias por lesiones a personas fueron las que supusieron el mayor número de asuntos abiertos, con 10.427 previas, un 8% más que el año pasado. En este sentido, hasta 1.437 asuntos se correspondieron con delitos de violencia machista en los que hubo agresiones y lesiones. El año anterior habían sido 1.285, un 11,8% menos.