Ante todo, se muestra pesaroso por haber motivado que se haya desplegado un dispositivo de búsqueda en Erro para encontrarlo. Pero Esteban Torrea Urrutia, de 80 años y vecino de Lintzoain, no es amigo de los móviles y conoce la zona como la palma de su mano. Así que en vez de arriesgarse a hacerse daño y “acabar con una pierna rota”, prefirió pernoctar a la intemperie en Sorogain juntos a sus ovejas.

Esteban es pastor y el miércoles por la tarde sus 140 cabezas de ganado “se alejaron por la falta de pastos. Las ovejas van siguiendo las setas y se fueron hacia Sorogain”, relata. Junto con un hijo, salió en su busca. Pero la noche se le echó encima. “Oscureció y el sitio donde estaba es muy malo”, señala Esteban, que tiene dos prótesis en las rodillas y anda siempre con un palo a modo de bastón. “Tuve la mala pata de perder el palo, así que decidí quedarme con las ovejas y pasar la noche allí. El suelo está caliente aún y había hojarasca, incluso me quedé dormido un rato”, destaca.

Al amanecer este jueves, el hombre se encaminó hacia su casa en Lintzoain. “Me preocupaba que hubiese salido gente a buscarme. Y en el camino me he encontrado con Iñaki, un vecino, que me ha dicho que me estaban buscando. Siento mucho que se hayan preocupado por mí y estoy muy agradecido a todas las personas que han estado buscándome”, recalca.

Descendiente de pastores, Esteban estuvo 7 años trabajando en California (Estados Unidos) como pastor. “En total estuve 12 años en California. De pastor, luego trabajando en hoteles… Tenemos mucha parentela por allí”, explica el octogenario, para quien pastorear es su vida. “Me dicen que descanse, que lo deje, pero es lo que me gusta hacer”, concluye.