El montañero guipuzcoano de 67 años fallecido en la zona de la Ribera de Panticosa (Huesca) es Joxan Larrañaga, según adelantó el viernes por la tarde Goiena. Se trata de una persona muy conocida en Gipuzkoa tras haber sido el párroco de varias localidades del territorio. Efectivos del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (GREIM) han localizado su cuerpo sin vida esta mañana.

Larrañaga había salido ayer jueves a realizar una excursión por la zona junto a dos acompañantes, ambos sacerdotes, cuando en un momento determinado se separó del grupo y no pudo ser encontrado por sus compañeros, por lo que se cursó aviso.

Al recibir llamada de la Central 062 de la Guardia Civil de Huesca, acudieron por la tarde al lugar especialistas del GREIM Panticosa con perro de búsqueda de personas y personal de la Unidad Aérea de Huesca.

Sobre las 3.00 horas de la madrugada se suspendieron las labores de búsqueda, que se han reiniciado esta mañana. Así, a las 11.15 horas, los agentes del dispositivo de búsqueda han localizado en el fondo de un barranco de la zona de los Picos Faceras el cuerpo sin vida del desaparecido.

El cadáver ha sido evacuado a la helisuperficie de Panticosa desde donde ha sido trasladado por servicios funerarios al Hospital Provincial de Huesca.

Joxan Larrañaga, nacido en Deba, se ordenó en Trintxerpe y fue párroco en Usurbil y Tolosa antes de llegar a Villabona, donde ejerció esa labor compaginándola con los municipios de Alkiza y Asteasu. En 2008 recaló en Oñati, donde fue párroco hasta finales de septiembre de 2019, cuando pidió dejarlo al estar aquejado de párkinson.

Además de su labor como párroco, Joxan Larrañaga creó en la década de los 90 la ONG Mali Elkartasuna, cuya principal labor es facilitar el acceso a la educación de los jóvenes de varias localidades de este país africano. Su implicación con el proyecto fue máxima, ya que organizó varias campañas para llevar alimentos y viajó en varias ocasiones a Mali.

De Oñati a Azkoitia

Tras dejar Oñati, fue a vivir a Azkoitia, donde -ya jubilado- ha ayudado estos últimos años al párroco de la localidad, Félix Azurmendi. Según cuentan quienes le han conocido, uno de sus rasgos principales ha sido su “implicación” en todas las localidades en que ha ejercido su labor eclesiástica, destacando también su mirada y especial atención hacia los desfavorecidos. De hecho, estos últimos años se ha volcado con los inmigrantes que han llegado a Gipuzkoa.

Su compromiso y buen carácter le hicieron granjearse el cariño de la diócesis de Gipuzkoa, donde su fallecimiento ha causado una honda conmociónJatorra, comprometido, arraigado a la comunidad, creyente convencido, trabajador… son algunos de los adjetivos para definir por parte de los más cercanos a Joxan Larrañaga, un sacerdota que ha “dejado huella”.

El monte ha sido siempre una de sus grandes pasiones. En una entrevista concedida a este periódico decía que su cima preferida era el Ernio. Conocedor del paisaje guipuzcoano, eran habituales sus escapadas a los Pirineos.

El párroco que ocupó su lugar en Oñati, Horacio Argarate, ha indicado que el último adiós a Joxan Larrañaga tendrá lugar el lunes en Deba a las 19.30 horas.