Esta semana se ha aprobado el nuevo reglamento de jornada, horarios y retribuciones de la Policía Foral. ¿Por fin va a haber paz social en la organización?

–Se ha cumplido otro de los hitos que teníamos en la agenda. Todo lo que es ir avanzando, poniendo orden y cumplir hitos supone una buena noticia. Este miércoles tuvimos mesa sectorial y, aparte de felicitarnos mutuamente y de reconocerle el trabajo al equipo del Gobierno anterior, les he agradecido que el texto saliese del consenso sindical. Hay que poner en valor la representación sindical, porque es importante que los textos salgan así, de la negociación y del entendimiento, porque cuando llegan de esa manera contribuyen a traer paz social, lo que será bueno para la Policía Foral.

¿Cómo explica a los ciudadanos que el 1 de noviembre se van a pagar 23 millones de euros a 1.100 policías?

–Esto nace de una obligación legal, no es una cuestión de voluntad política o un capricho, sino que entramos en 2019 en el Gobierno y nos encontramos con una ley que obligaba a un desarrollo reglamentario. Todo el mundo me lo recordó desde el primer día. Nos ha costado tres años, casi cuatro, y hemos llegado a un texto de consenso, hemos llegado a un acuerdo con el Estado, y hemos podido poner en orden la organización, para poder disponer de recursos, sin obligarles. Hemos podido articular llamamientos, bolsas de horas, diferentes tipos de jornada en función de las unidades, lo que hace que tengamos más recursos disponibles. Y todo eso tiene un coste porque iba parejo a una valoración de puestos de trabajo. Hay gente que tiene una valoración mayor, otra menor, que va en función de disponibilidad, riesgos, turnicidad y una serie de factores. Esto tiene que ser bienvenido por la ciudadanía navarra, porque nos da mayor estabilidad y mayor garantía en un servicio como es la seguridad que ofrece la Policía Foral.

Los 21.000 euros de media por agente han levantado ampollas en el colectivo, porque hay notables diferencias entre un policía raso y un mando. ¿Puede precisarme la horquilla de dinero que van a percibir unos y otros?

–Yo no he dado ese dato. En la rueda de prensa, diferentes periodistas insistieron y yo no quise entrar ahí. Insistí en que es una cuestión organizativa y que está en función de una valoración de puestos de trabajo. Yo no quiero hacer comparaciones retributivas, porque he estado muy saturada durante cuatro año. “Mira lo que cobra el policía X al cuadrado, ese ayuntamiento, el que lleva ese color de uniforme...”. Para hacer un análisis riguroso tienen que ser situaciones iguales, no dispares. Yo no puedo comparar un agente de Tráfico con un comisario de Seguridad Ciudadana, porque cada uno tiene su grado de responsabilidad y circunstancias.

¿Qué modelo policial defiende el PSN, el actual Gobierno de Navarra y la consejera de Interior?

–El de tranquilizar a la sociedad navarra, siendo conscientes de que tenemos la mejor Policía, que se está trabajando por equiparla con los mejores recursos y la mejor formación. Aquí no sobra nadie, ni falta nadie. Todo es flexible y adaptable a los nuevos tiempos y circunstancias. Queremos un modelo policial del siglo XXI. Hay que trabajar muy bien en estabilizar y tener unas buenas bases, porque no puede generar castillos de naipes. Lo que es indudable es que la Policía Foral es la Policía de Navarra y tenemos para ella un modelo de ambición y de avance. A la ciudadanía hay que darle un mensaje de tranquilidad, porque Navarra es una comunidad segura y eso da calidad de vida. 

Firmado ya el traspaso de las competencias de tráfico, lo más inminente es definir cómo va a ser la pasarela que regulará el paso de guardias civiles a la Policía Foral.

–Ahora tenemos un Gobierno en funciones en España y en cuanto tengamos un nuevo Gobierno es uno de las primeras asignaturas que tenemos encima de la mesa. Es un compromiso que hemos adquirido y lo vamos a hacer. Aparte, hay que crear una estructura con la competencia de tráfico, porque hay que ir reforzando no sólo la parte policial, sino una serie de aspectos importantes, como la educación, la formación, el plan de movilidad, la concienciación, la tecnología, la gestión del tráfico, el procedimiento sancionador... 

“El nuevo reglamento de la Policía Foral tiene que ser bienvenido por la ciudadanía navarra, porque nos da mayor estabilidad”

¿Tiene alguna noción sobre cuántos guardias civiles van a integrarse a la Policía Foral?

–No me han dado ningún dato oficial. Cualquier cifra que pueda dar sería motivo de equivocación, porque no tengo esa información. Hay sólo rumorología. Vamos a trabajar, y siempre lo hemos dicho, para que la Policía Foral cuenta con 149 agentes más. En función de los guardias civiles que entren, veremos cómo lo articulamos.

¿Cómo se va a gestionar que haya exguardias civiles integrados en la Policía Foral cobrando 400 euros más que otros compañeros? 

–Vamos a intentar que no. De momento, ya tenemos un nuevo reglamento de Policía Foral. Era una pieza clave para la pasarela. Y luego tenemos que articular, hacer un reconocimiento de derechos, pero también de obligaciones, y hay que intentar que no haya agravios comparativos, porque es importante que haya un buen clima de trabajo para que algo funcione. También es verdad que cuando incorporas a unas personas puede haber diferencias de inicio, pero esas diferencias irán desapareciendo paulatinamente. Intentaremos que sea de la forma más amable y agradable posible. Lo importante no son los uniformes, son los ciudadanos.

¿Qué pasa con el 112 compartido o la sala policial virtual común?

–Voy a partir de una premisa: durante los cuatro años que he estado en Interior no ha habido ninguna queja ciudadana sobre el funcionamiento del 112. Tenemos un gran servicio de gestión de la emergencias. Nuestras patrullas ya están geolocalizadas y siempre se movilizar la que está más cerca. Otra cosa es que haya demandas de terceros para integrarse. En esa línea también hemos trabajado porque no queremos que nadie esté incómodo en Navarra...

¿De terceros? ¿La Guardia Civil y la Policía Nacional?

–Tú lo has dicho. Hemos trabajado en proyectos tecnológicos y de geolocalización, en buscar un sistema en el que todos estemos cómodos. También lo hemos trabajado con el Ministerio de Interior y habíamos llegado a una especie de acuerdo de proyecto, pero al final ha habido algún obstáculo y ha quedado parado. Navarra no concibe que haya ninguna deficiencia y no tenemos ninguna necesidad de más.

Me está dando a entender que este proyecto se ha enfriado, porque parecía que iba a ser una realidad en el corto plazo.

–Con todo lo que tengo en mi mesa, no es una prioridad, porque no es una carencia o una necesidad nuestra, Navarra no la tiene. El 112 está funcionando bien. En el momento en el que se quiera reactivar, se podrá hacer, pero tenemos que entendernos y tiene que haber un feedback y bidireccionalidad.  

¿Por qué se ha atascado el proyecto?

–Como no he sido yo quien lo ha atascado, no te lo puedo decir. Yo hablo de mi casa, no de la del vecino. No me gusta crispar y echar leña al fuego. Creo que es un tema artificial y de egos, porque tenemos un teléfono de la emergencia que es el 112, que funciona bien. Aquí no sobra nadie y vamos a integrar si queréis mejor, pero obteniendo toda la información, sin confundir al ciudadano, porque el 112 gestiona todos los recursos y puede ser un buen concentrador de información.

“Con la pasarela de guardias civiles a la Policía Foral vamos a intentar que no haya agravios comparativos para que haya buen clima”

¿Cuándo vamos a ver la primera piedra de la nueva comisaría de la Policía Foral?

–El concurso de ideas ya está, el proyecto ya está, el PSIS ya está lanzado, y ahora hay que rearticular la operación desde el punto de vista financiero y urbanístico, que está más allá de Interior. Yo tengo un compromiso, lo perseguiré e insistiré y tengo una visión de un Centro de Coordinación de Seguridad y Emergencias que sea el que aglutine toda la inteligencia de Interior y aquí centralicemos todo: el 112, el centro de gestión de tráfico, la comisaría de la Policía Foral, la central de Bomberos, helisuperficie... Esto puede ser el Pentágono de Navarra. Sé que en cuatro años no va a ser, pero quizá en ocho sí puede ser una realidad.

¿Por qué eligió al inspector Iván Ortueta como jefe de la Policía Foral?

–Primero, porque es importante renovar los cuerpos, dar paso a la gente más joven. Y segundo, la profesionalidad y la formación. Me parece fundamental. Tenemos que tener gente más preparada ocupando puestos de responsabilidad, con nuevas energías y nuevas visiones. Estamos ya en una Policía del siglo XXI. Tenemos una buena etapa de cuatro años con el anterior jefe y ahora estamos en otra etapa de un nuevo impulso.

El jefe de Bomberos, Pedro Zaro, está cerca de jubilarse. ¿Quién va a ser su relevo?

–Lo primero que debo decir es que estoy muy agradecida al director del Servicio de Bomberos, porque hemos sufrido uno de los mayores episodios de emergencias de la historia de Navarra, como fueron los incendios de junio del año pasado. Ygracias a él, al director de Protección Civil, José Javier Boulandier, pudimos hacer una gestión de aprobado con nota. Es verdad que está en una edad de retirada, nos está haciendo el favor de continuar hasta ir poniendo orden y vamos a ver si tenemos tanta suerte encontrado una persona que pueda liderar Bomberos con ese grado de confianza. Prefiero a alguien de la casa que conozca bien la idiosincraisa de los bomberos de Navarra y que tenga un perfil como el nuevo jefe de la Policía Foral, que sea una persona formada y con nuevos ímpetus. Pero otro cosa es querer aceptarlo, porque asumir poder no es fácil. 

¿Ya ha hecho algún ofrecimiento?

–Sí, estamos ahí, pero bueno, el que espera, desespera. Yo estaría encantada que fuera alguien de dentro de Bomberos.

Hay un decreto aprobado y en vigor desde 2011 que regula el personal que trabaja como portero en locales de ocio, pero no se ha hecho ni una prueba habilitante. A la par, cada vez hay más incidentes en el ocio nocturno. ¿No sería el momento de buscar una mínima profesionalización de estos trabajadores?

–Tomo nota de este tema para estudiarlo e intentar retomarlo. Vamos a hacer un cambio en el Servicio de Desarrollo de Políticas de Seguridad, que vamos a reorganizar aprovechando la asunción de las competencias de tráfico y es un tema que podemos. 

“La víctima sí, pero tenemos que ver hasta cuándo somos víctimas y qué soporte tiene que darnos la Administración”

¿Cómo se van a solucionar problemas de espacio en el Palacio de Justicia de Pamplona? ¿Descarta la construcción de otro edificio en el solar de la antigua cárcel? 

–Cuando me plantearon directamente y a bocajarro eso, dije que con la disponibilidad presupuestaria actual, a priori, no lo vamos a contemplar, pero sí vamos a dar respuesta a las necesidades. Es verdad que se crean nuevos juzgados. Ya lo tenemos contemplado, tanto la parte de recursos humanos, como las infraestructuras. En enero comienza a funcionar el segundo Juzgado de Violencia sobre la Mujer y va a estar en el Palacio de Justicia. También he encargado a la directora general de Justicia que haga un análisis de necesidades a corto, medio y largo plazo, con un planteamiento de financiación o inversión. En ese sentido, no se descarta ninguna opción, tampoco construir un segundo edificio judicial.

¿Contempla sacar algún servicio del Palacio de Justicia?

–Si hubiera que hacerlo, se sacaría lo que no tiene un componente tan vulnerable o de víctima, porque hay ámbitos como el mercantil con menor afectación para las personas implicadas. Pero de momento no tengo una propuesta. Habrá que analizarlo y tampoco sería un drama. Siempre vamos a tener el foco en las personas vulnerables, en las víctimas.

Hablando de ello, la Oficina de Atención a Víctimas del Delito sufre una escasez presupuestaria recurrente. ¿Cómo lo va a solucionar?

–Es un objetivo claro del presupuesto de 2024, año en el que también vence la contratación del servicio. Es verdad que se han ido incrementando las necesidades que hay en el servicio, porque la tipología de víctima ha ido cambiando. Navarra presta un servicio mayor que otras comunidades. Mi sorpresa es que me encuentro con hay víctimas que llevan diez años recibiendo asistencia psicológica. Quizá primero hay que ir analizando ciertos parámetros y dimensionando recursos. Ahora se necesitan más servicios de traducción, por ejemplo, y consumimos antes la partida y nos quedamos sin presupuesto.

¿Se va a dotar con más dinero este servicio?

–Vamos a hacer todo lo posible, pero ahora estamos vinculados a un contrato con unos términos, unos plazos y una disponibilidad presupuestaria. Tú cuando contratas, contratar por un importe.

¿No se puede resentir la atención a las víctimas?

–Cuando la Administración se tiene que regir, como debe ser, con el marco legal y presupuestario es lo que pasa. Les he dicho que empiezan a trabajar en los nuevos pliegos, porque no queremos incurrir en enriquecimientos injustos por haber vencido el contrato y no haber sacado la licitación. Es verdad que la sociedad evoluciona muy rápidamente y la sensibilidad que tenemos a la hora de denunciar se está incrementando y llegaremos a un momento en el que hay que establecer unos límites, diagnosticar muy bien con lo público hasta dónde se puede llegar. No puede ser que esto sea como un gas que se expanda y llega a todos. ¿Queremos trabajar como sociedad desde el victimismo o desde la responsabilidad? La víctima sí, pero hay que ver hasta cuándo somos víctimas y qué soporte tiene que darnos la Administración.

¿Cómo va la tramitación del decreto de méritos y cuándo se aprobará?

–Lo tengo encima de la mesa y vamos a intentar diagnosticar bien, ver si en el proceso de estabilización se está aplicando o no y, en cuanto sea oportuno, iniciar todo el procedimiento para la aprobación. Ahora mismo todavía lo estamos leyendo.

¿Afectará a la última OPE anunciada?

–Seguramente acabará afectando. Todavía falta una Mesa General en la que haya una ratificación de esa OPE. Tenemos tres o cuatro años para sacarlas y seguramente acabará afectando.

¿Cómo va la elaboración de los planes lingüísticos?

Eso puede ser bastante más complejo y hay que conjugarlo con otros factores, sobre todo políticos. Primero vamos a ir con el decreto de méritos y luego abordaremos esta cuestión.