La preocupación se mantiene, pero la presión se ha aliviado, después de que hace unos días los médicos les confirmasen que Soufyane estaba ya fuera de peligro y hayan conseguido sacarle del coma inducido. El joven de Zumarraga que quedó gravemente herido tras recibir una brutal agresión por parte de una treintena de personas en el barrio de Molenbeek en Bruselas (Bélgica) el 1 de noviembre, continúa todavía en la UCI, pero ya ha salido ayer y por la mañana seguía esforzándose en hablar con sus familiares. “Este martes, hablamos con él por primera vez”, asegura a NOTICIAS DE GIPUZKOA su hermano Otmane.

Soufyane Elimrani, de 19 años de edad, sufrió varias fracturas en la cara y la cabeza y en los primeros días de convalecencia su estado era crítico y se temía por su vida. Hoy las cosas son distintas. “Bueno, ya está despertando un poco. Tiene pérdida de memoria. No recuerda lo del último año y medio o dos años”.

Soufyane “no sabe lo que le ha pasado y nos han recomendado que le digamos que se ha caído”, asegura su hermano Otmane, que ya respira más tranquilo. Atrás quedan unos días de desbordamiento y saturación absolutos, en los que a la preocupación por la vida de su hermano, se le sumaban las llamadas, trámites y pesquisas policiales.

El Ayuntamiento de Zumarraga y el Gobierno Vasco están al corriente de la situación. “Han estado hablando con nosotros en los últimos días”, asegura este joven vecino de Zumarraga de 26 años. Su familia lleva años afincada en la localidad de Urola Garaia, donde es “muy apreciada”. Llevan residiendo allí desde que el joven Soufyane tenía cuatro años. Hoy tiene 19 y llevaba prácticamente dos viviendo en casa de un familiar en Bruselas.

Los primeros días fueron los que realmente hicieron temer por su vida, pero la evolución, aunque cargada de sustos, ha sido favorable. “Tenía una hemorragia, infecciones y eso ha desaparecido prácticamente. Le siguen haciendo escáner y todo bien. A ver si poco a poco sigue recuperándose”, dice Otmane.

Por el momento, sólo permite a la familia directa comunicarse con él, porque “hasta hace poco le subía mucho la fiebre y eso le provocaba un aumento de la presión en la cabeza”.

"Despertando poco a poco"

"Le subía la temperatura, igual en dos horas, de 37 a 39,5 y rozando los 40 grados a veces. Y eso hacía que le subiera la la presión en la cabeza", dice su hermano. “Llevan igual una semana despertándolo poco a poco; se empezaba a mover, y como veían que estaba alterado y podía ser peligroso, le volvían a sedar”. Otmane agradece el cariño y la solidaridad recibida en estos días.

La agresión al Soufyane Elimrani provocó que a comienzos de la semana pasada el Ayuntamiento de Zumarraga y el Gobierno Vasco mostraran su “más rotunda condena”. El portavoz del Ejecutivo, Bingen Zupiria, aseguró que tanto Soufyane como su familia (tiene tres hermanos, dos varones y una mujer) habían “vivido muchos años de forma perfectamente integrada” en Zumarraga y que era una familia “muy querida”.

El día que sufrió la agresión, el joven regresaba a casa después de haber ido “a jugar un partido de fútbol con un amigo” y, según dos testigos, resultó fue atacado por una treintena de personas que “salieron de todos lados” y le golpearon con “bates de béisbol, objetos de metal y monopatines”. Soufyane Elimrani quedó tendido en la vía pública, inconsciente, en el bulevar Edmond Machtens, cerca de la estación de metro de Beekkant.