Llevan más de un año sufriendo el desliz que cometieron al facilitar documentos personales para alquilar una vivienda en Madrid para que sus hijos cursaran los estudios en la capital. Una gestión que entendieron que era inocua acabó provocando que ciberestafadores abrieran un préstamo personal a su nombre, que la entidad bancaria les reclamó. La Policía Nacional investiga quién usurpó la identidad a una familia de Pamplona, que fue víctima de un grupo de ciberdelincuentes.

“En septiembre de 2022 mi hija se fue a Madrid a estudiar y coger un piso de alquiler con otros compañeros. Se lanzaron a buscar pisos por plataformas digitales, en Internet. Y vieron una oferta en la típica página de compraventa y alquiler de pisos”, explican. Encontraron “una vivienda céntrica, muy cerca del Retiro, un piso muy bonito... Llamaron y entonces les pidieron los DNI, las nóminas de los padres como aval... Les dijeron que como la demanda era grande, estaban pidiendo avalistas para el alquiler”, recuerda con amargor. En el afán por conseguir arrendar el piso en cuestión, acabaron facilitando la documentación solicitada. “Fuimos muy inocentes”, lamentan.  

Días después, la plataforma de compraventa y alquiler de viviendas les envío una comunicación en la que les notificaron que “el anuncio era fraudulento, que correspondía con una estafa. Pero como no nos había pedido ningún tipo de fianza, ni dinero, pensamos que habíamos tenido suerte de no haber sido estafados”. Así que “decidimos alquilar una vivienda directamente con una inmobiliaria y al otro tema no le dimos ninguna importancia”, si bien “el padre de una de las amigas de nuestra hija decidió interponer una denuncia ante la Policía Nacional”, añaden.

Problemas, un año después

Transcurrido un año, comenzaron los problemas. “Recibimos una notificación de un juzgado de Navarra en la que se nos comunicaba que debíamos un préstamo que no habíamos abonado. Un préstamo personal de 6.000 euros. No sabíamos qué era aquello. La misma notificación la recibió otra familia que había intentado alquilar el piso y nos pusimos en contacto. Fuimos a la comisaría a contar lo que nos había pasado, porque nosotros no habíamos pedido ningún préstamo”.

Acudieron a las dependencias de la Jefatura Superior de la Policía en Navarra, donde relataron lo sucedido. “Abrieron una investigación sobre la usurpación de identidad que habíamos sufrido y buscamos un abogado para que nos llevara el caso. Nos sentimos indefensos, nos entró miedo, porque había personas que tenían nuestra información personal y temíamos que pudiesen abrir más préstamos a nuestro nombre, etc. Los solicitan con direcciones y firmas falsas. Por lo que solo te enteras de que hay préstamos solicitados a tu nombre cuando te llega la notificación por vía judicial. Desgraciadamente ya nos hemos hechos unos expertos en este tema”, admiten.

Al respecto, explican que “hay jueces que deciden ir a juicio verbal y entonces lo archivan porque ven que las personas a las que se les reclama el préstamo son víctimas de una usurpación de identidad. En otros casos mandan que los hechos sean investigados, porque los estafados son las entidades bancarias y nosotros somos las víctimas”.

En este sentido, recalcan que “sientes una gran indefensión y también desconfianza hacia las gestiones por Internet. Tuvimos miedo de tener más préstamos abiertos, así que pedimos información al Banco de España, donde puedes revisar qué deudas tienes. Además del préstamo de 6.000 euros que habían solicitado a nuestro nombre, había otro en curso. Así que rápidamente llamamos y pudimos bloquearlo”, comentan con alivio. “Confiamos en que la Policía llegue a identificar a los autores del engaño”, concluyen.