Un vecino de Pamplona de 52 años, Saúl B.L., ha sido condenado a cinco años de prisión este miércoles en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Navarra por tentativa de asesinato después de haber intentado matar de un navajazo a la altura del corazón a otro hombre, pamplonés de 47 años, con el que había discutido en el exterior de un bar del barrio de La Milagrosa de Pamplona.
El acusado será examinado por el médico forense puesto que le ha sido contemplada una eximente incompleta por alcoholismo, es decir una circunstancia que le afecta gravemente a su conducta y casi llega a anular su voluntad. Una vez se le examine, cumplirá en lugar de la pena de prisión una medida de seguridad de internamiento hasta cinco años, o en el caso de que sea ambulatorio de hasta siete años.
Su alcoholismo es de tal relevancia que siempre ha manifestado no recordar nada de lo sucedido y, de hecho, regresó al bar al día siguiente de los hechos a tomar un aguardiente y entonces fue detenido. Aún llevaba en el bolsillo la navaja ensangrentada de la agresión que cometió. Como factor novedoso de la sentencia, el acusado, de origen colombiano y que lleva más de dos décadas en Navarra, tiene prohibido residir en la Comunidad Foral durante 15 años.
Los hechos ocurrieron sobre la 1.50 horas del 12 de agosto de 2023, el acusado se encontraba en un bar situado en la calle Araxes de Pamplona, encontrándose también en el local la víctima. Sobre las 2.30 horas, éste salió fuera del bar a fumar y sin que conste el motivo y sin que hubiera ninguna discusión previa, el acusado, de forma sorpresiva, haciendo uso de una navaja de unos 8 o 10 centímetros, le apuñaló en el pecho con intención de causarle la muerte. La víctima accedió herido al interior del bar y tras él el acusado con la navaja abierta en la mano, con intención de seguir agrediéndole, si bien fue impedido por el dueño del local.
El herido tuvo lesiones consistentes en herida incisa en tórax con trauma torácico penetrante, laceración cardíaca y derrame pericárdico secundario, shock cardiógeno con taponamiento cardíaco y neumomediastino y enfisema subcutáneo con neumotórax bilateral, lesiones que comportan riesgo vital y para las que precisó tratamiento médico quirúrgico. Sufrió 4 días de perjuicio por pérdida temporal de la calidad de vida muy grave, 3 días de pérdida de la calidad de vida grave y 113 días de pérdida de la calidad de vida moderada, con intervención quirúrgica y le han quedado como secuelas cicatriz postquirúrgica de 40 centímetros en el pecho y 2 cicatrices en abdomen que ocasionan un perjuicio estético moderado.
En el momento de los hechos el acusado padecía un trastorno de comportamiento debido a la dependencia del alcohol y consumo de múltiples sustancias psicotrópicas que le suponían una afectación grave de sus capacidades intelectivas y volitivas. El acusado también ha sido condenado a ocho años de alejamiento y de comunicación con la víctima. Se da la circunstancia de que el herido, una vez abandonó el hospital, tuvo que ingresar en prisión para cumplir pena por delitos de tráfico, de conducir sin permiso, y ha llegado a estar en el centro penitenciario de Pamplona con el agresor, si bien en distintos módulos.
El acusado, como responsable civil directo, queda obligado a indemnizar con 25.000 euros a la víctima.