Pasaban escasos dos minutos de las seis de la tarde cuando Amelia Ducrós cogió la llamada de un amigo mientras estaba con sus hijos en las extraescolares. "Descolgué y me dijo que había habido una explosión muy fuerte cerca de mi casa. Fui corriendo y al llegar vi el destrozo, entré a casa a por las perras y salí corriendo sin mirar atrás", recordaba este martes esta vecina del número 16 de la calle Concejo de Zabalegui de Noáin, unos portales antes de la vivienda en la que se produjo la deflagración.
Amelia ha pasado la noche con su familia en casa de sus padres y todo apunta a que al menos esta noche volverán a dormir allí. Este martes por la mañana merodeaba la zona, acordonada ya por la policía, esperando a que les dejen acceder a sus casas para coger algo de ropa y efectos personales.
"Estamos con lo puesto. A primera hora han debido dejar entrar a algunos vecinos pero a nosotros ya no. Nos han dicho que aún hay riesgo y que tenemos que esperar", relata Amelia, que asegura que no ha pegado ojo en toda la noche: "No tuve tiempo para fijarme, pero en principio mi casa está bien, aunque igual se ha roto alguna cosa. Pero la verdad es que estamos bastante preocupados y con la incertidumbre de no saber cuándo vamos a poder volver".