Agentes del Equipo Roca de Tafalla de la Guardia Civil de Navarra detuvieron este pasado lunes al director de una oficina bancaria navarra por los delitos continuados de administración desleal, falsificación de documento privado y de estafa. Se le investiga por la disposición de hasta 77.000 euros de fondos de 22 clientes, en su mayoría ancianos, entre 2015 y 2024 en oficinas de Barcelona (entre 2015 y 2020) y de Navarra, donde estuvo trabajando tanto en la Zona Media como en la zona norte. El detenido fue puesto a disposición del juzgado de guardia de Tafalla este miércoles y quedó en libertad al no apreciarse riesgo de fuga. También ha procedido a la devolución de una cantidad en torno a los 30.000-40.000 euros a los clientes a los que había estafado.

La investigación dio comienzo con la denuncia de un ciudadano de la Zona Media de Navarra a finales del 2023 por un posible delito de estafa del que había sido víctima. Los agentes identificaron al director de una oficina bancaria como supuesto autor de los delitos de administración desleal, estafa y falsificación de documento privado. El investigado, tras ser conocedor de la investigación en curso, habría coaccionado al denunciante para que firmase un contrato privado y retirase la denuncia, por lo que también fue investigado por un delito de coacciones.

Tras informar a la entidad bancaria de los hechos, ésta realizó una auditoría interna paralelamente a la investigación policial. Al realizar un análisis de toda la información obtenida tanto de la investigación como de la auditoría, se pudo constatar que este varón llevaría operando desde el año 2015 y hasta el pasado 2024, disponiendo de 77.353 euros de más de 22 clientes, (18 de ellos de Navarra), en su mayoría personas de avanzada edad. Este importe lo obtuvo de diferentes operativas como contrataciones ilegales de seguros, disposición de dinero en efectivo de distintas cuentas bancarias y compras en comercios online.

Personas mayores como víctimas

El arrestado se aprovechaba de la situación de avanzada edad de algunos de sus clientes, que no consultaban a menudo sus cuentas corrientes, para proceder con los distintos modus operandi. Por un lado hacía compras online de manera particular, haciéndose pasar por autorizado de la cuenta, y aquellos artículos que adquiría ponía como punto de destino la propia oficina en la que trabajaba.

Por otro lado, en distintas disposiciones en efectivo, llegó a sacar en metálico o de cajeros automáticos hasta 7.000 euros a lo largo de estos años. Por último, una de sus operativas más habituales era la contratación de seguros a nombre de los clientes, con lo que conseguía distintos beneficios, como tarjetas regalo por fidelización u otros motivos y también obtener primas en su salario por parte de su entidad debido a los premios que otorgan por la contratación de productos de este tipo entre su clientela.