Pamplonés víctima de la 'estafa del falso sicario': “Viví una película de miedo durante dos meses”

Hoy respira más tranquilo. Pero durante dos meses, asegura que vivió “una película de miedo”. El joven de 19 años, vecino del barrio pamplonés de la Rochapea y cuya denuncia dio pie a la desarticulación de una banda de extorsionadores, afirma que ahora lo que menos le preocupa es recuperar los 20.000 euros que entregó a los ciberdelincuentes creyendo las amenazas que profirieron contra él durante semanas. “Lo más importante es que no le pase a más a gente”, recalca.

El calvario sufrido por este joven se remonta al mes de diciembre de 2024. “Una noche salí de fiesta y entré en una página web. Contacté con una persona, una supuesta mujer, pero no quedé con ella. Pero cuando había pasado una semana, me empezaron a llegar mensajes por WhatsApp con amenazas... Me decían que era un sicario, que hacía peder el tiempo a la chica. También me mandaron vídeos de decapitaciones. Me quedé en shock”, relata.

El joven dio “credibilidad” a las amenazas que recibía en el móvil, por lo que cuando comenzaron a extorsionarle, accedió a pagarles en la esperanza de que le dejarían en paz. “El primer día, como era poco, unos 200 euros, accedí a pagar. Al principio iba a un cajero e ingresaba el dinero en la cuenta que me decían”. Pero las peticiones de dinero continuaron. “Estuve tirando de ahorros, pidiendo dinero en la empresa en la que trabajo… También pedí dinero a mi familia. Viví una película de miedo durante dos meses. Llegas a un punto que no piensas que pueda ser mentira”. 

UN PAGO DE 6.000 EUROS

El mayor pago que realizó fueron 6.000 euros. “Tuve que ir a un locutorio para realizar transferencias al extranjero”, recuerda. “Lo llevé muy mal, no podía dormir, dormía tres horas al día. No rendía ni en el trabajo”, rememora. “Una vez estuvieron una semana sin decirme nada y me quedé tranquilo. Pero después volvieron a pedirme dinero”, añade.

Finalmente, el joven decidió contárselo a su familia. “Hablé con mi hermano y luego con mis padres. Y fuimos a denunciar a la Policía Nacional, donde me dijeron que era una estafa, que estas personas no cumplen sus amenazas. Aunque te da rabia no haber denunciado antes, te da muchas tranquilidad”, resalta el joven, que asegura que ha aprendido que “por Internet es mejor no hacer nada y que hay que confiar en la gente que te quiere y contarles tus problemas”.