Síguenos en redes sociales:

Víctima del tiroteo en Zizur Mayor: “Su intención era quitarme la vida y ahora mismo preferiría estar muerto”

La víctima, A.M.M, tiene desde el tiroteo una discapacidad reconocida del 75% y relata que “no pudo defenderse”

La Policía Científica analiza la rampa del garaje en la que aparecieron el arma y algunos casquillos.Javier Bergasa

19

“Estoy muerto de cintura para abajo. Su intención era quitarme la vida y la verdad es que ahora mismo hubiera preferido estar muerto”. Es la declaración de A.M.M., un hombre de 43 años que recibió cuatro disparos de J.R.U. el 20 de marzo de 2024 en Zizur Mayor. Desde entonces, quedó parapléjico y con una discapacidad reconocida del 75%.

“Me ha jodido la vida. Es como si estuviera muerto. Mi novia me dejó y se me escapan la orina y la caca”, explica A.M.M., que ahora tiene 43 años, vive en la Rochapea y, preguntado por la fiscal, dice que descarta volver a República Dominicana. “Tengo dos hijos en Santo Domingo que dependían de mí, pero con esto ya no duro allí ni un mes”, asegura mientras enseña sus cicatrices en el pecho y la pierna.

En concreto, A.M.M. recibió cuatro disparos: dos en la pierna, uno en el tórax y otro en la espalda, cuya bala sigue teniendo alojada en la columna y fue la que le causó la lesión medular. Como explicó el perito forense, el herido tenía pronóstico muy grave o fatal y es probable que, de no haber tenido asistencia, hubiera corrido peligro vital. 

“Estuve recuperándome en el Hospital de parapléjicos de Toledo y después me trasladaron a Pamplona. Ahora sigo haciendo rehabilitación, pero no tengo recursos para pagármela. Tengo un dolor neuropático en el costado y va a ir a peor si no tengo atención”.

"Hasta ese día, pensaba que era mi amigo"

El herido recordó en el juicio los hechos de ese 20 de marzo del año pasado. “Estaba en casa y J.R.U. me preguntó a ver qué iba a hacer y si podía ir así que me trasladé de San Juan a Zizur Mayor. Habíamos quedado más veces y, hasta ese día, yo pensaba que era mi amigo. Es falso que yo le vendiera droga ni que hubiéramos discutido. ¿Ustedes creen que si hubiera tenido algún problema con él hubiera ido hasta allí?”.

“Le llamé al timbre y me dijo que bajaba en un minuto. Salió con el brazo por dentro de la chaqueta y yo le fui a dar la mano para saludarle. Entonces, sacó el arma y me disparó dos veces en la pierna. Me taponé la herida y eché a correr, pero me persiguió y me disparó por la espalda. Las piernas me dejaron de responder y caí al suelo. Yo no pude defenderme en ningún momento”.

“Él llegó hasta donde me encontraba y me puso la pistola en la cabeza mientras me decía: ‘te voy a rematar, puto negro’. No sé si no lo hizo porque no tenía más balas o por qué”.

“Ahora, quiero que se haga justicia. Me ha hecho un daño sin razón y su deber es asumirlo y no buscar excusas. En ningún momento ha mostrado arrepentimiento”, concluyó.