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La importancia de conocer el grado de sostenibilidad de un edificio

La importancia de conocer el grado de sostenibilidad de un edificioCEDIDA

En las últimas décadas hemos podido observar un cambio relevante en la importancia de la sostenibilidad. Lo que al principio era una señal de alarma de una minoría concienciada con la necesidad de cuidar el planeta, se ha convertido en un pilar fundamental de responsabilidad social para muchas empresas y organizaciones. Analizando las estrategias sostenibles de estas entidades, se observa que se difuminan fácilmente como el humo.

Lo mismo se aprecia en el ámbito de la construcción. Entre Bioarquitectura, arquitectura bioclimática o edificio pasivo hay infinitas expresiones que generan muchas dudas sobre la valoración de las características que cumple el edificio. No todas son falsas promesas, pero para la verificación de parámetros necesitamos algo más que unas expresiones prometedoras. Necesitamos una escala para definir el grado del impacto ambiental del edificio. ¿Cómo podemos conseguirlo? Se puede contemplar la aplicación de tres opciones: trabajar con un sistema de evaluación, con un sistema de clasificación o bien con un sistema de certificación. Como no podemos analizar todas estas opciones en este artículo, vamos a enfocar los sistemas de certificación, que tienen la ventaja de garantizar los parámetros declarados. Antes de hacer una breve consideración de los sistemas de certificación presentes en el mercado local, es importante mencionar que hay diferencias muy grandes en la totalidad/integridad de los sistemas.

Existen los estándares que intentan abarcar la máxima amplitud de sostenibilidad y respetan el ciclo de vida completo de casi todos los parámetros, y hay otros que se centran solo en una fase del ciclo de vida y en algunos parámetros.

Los sistemas de certificación más completos frecuentemente usados en el mercado local son Leed y Breeam, muy presentes a nivel internacional, pero enfocados en obras de una cierta envergadura, habitualmente sedes de multinacionales u hoteles. De manera análoga, tienen un coste elevado y no están pensados para aplicar a proyectos de promotores privados que quieran construir una vivienda. En España, también existe el estándar Verde, una certificación vinculada a la asociación USGBC que promueve el estándar Leed, que no tiene el mismo grado de notoriedad como los anteriormente mencionados, pero es más apto para aplicar a unifamiliares.

Después están los estándares que se enfocan en la eficiencia energética, pero no contemplan los demás criterios de sostenibilidad. Los más conocidos son Passivhaus y Minergie, aunque el segundo es poco frecuente en España, pero en Suiza, su país de origen, tiene más edificios certificados que Passivhaus en todo Europa. Son populares en casas unifamiliares, aunque también se aplica en edificios de mayor tamaño. El precio de certificación es bastante asequible y el estándar garantiza un menor consumo energético al usuario del edificio. Se considera que un edificio unifamiliar mediano certificado consume energía eléctrica de un equivalente de alrededor de 1.000 € al año –precios anteriores a la actual subida del precio de mercado– que es un incentivo para muchos promotores particulares y es una buena herramienta para disminuir las emisiones durante el uso del edificio.

Es importante ser consciente de que los sistemas de certificación suponen un gasto añadido al coste de la construcción. Cuanta más experiencia tenga el equipo de técnicos que diseña el proyecto en este tipo de construcciones podrá evitar mejor los sobrecostes relacionados con las soluciones y los materiales aplicados. Además, si se hace el cálculo económico a largo plazo, se compensa en menor tiempo esa inversión sostenible y, por tanto, al final garantiza un confort superior y un impacto ambiental menor.

El autor es arquitecto, profesor y certificador de Minergie (Suiza)