El sector transporte sigue siendo uno de los principales generadores de gases de efecto invernadero. Sin embargo, su transformación representa una de las palancas más potentes para avanzar hacia la sostenibilidad. La electrificación de flotas, la integración de nuevas tecnologías, la digitalización de procesos logísticos y la mejora de infraestructuras sostenibles son hoy condiciones indispensables para afrontar con garantías los retos presentes y futuros del transporte por carretera.
Navarra, compromiso firme
Consciente de esta necesidad, el Gobierno de Navarra ha intensificado desde 2021 su apuesta por la transformación del modelo logístico, impulsando medidas que favorecen tanto la sostenibilidad ambiental como la modernización y competitividad del sector. En este contexto, la inversión pública ha jugado un papel clave.
Gracias a los Fondos Next Generation del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno de España, el Ejecutivo foral ha destinado 6,7 millones de euros a la reconversión del transporte. De ellos, 4,5 millones han sido para el achatarramiento de vehículos pesados altamente contaminantes y otros 2,2 millones para la incorporación de nuevos vehículos eléctricos, tanto para el transporte de mercancías como de pasajeros. A estas ayudas se suman 1,5 millones de euros dedicados a la modernización del sector, con especial atención a la implantación del tacógrafo inteligente de segunda generación, una herramienta que mejora la seguridad y eficiencia del transporte por carretera.
Falta de profesionales
La reducción de emisiones en el transporte por carretera requiere mucho más que la incorporación de vehículos eléctricos. Implica una transformación que afecta a toda la cadena logística y operativa. La digitalización y la automatización de procesos son factores clave en esta transición, al permitir mejorar la planificación, reducir desplazamientos innecesarios y optimizar el uso de recursos. El empleo de sistemas de gestión inteligentes, herramientas de análisis de datos, tecnologías de geolocalización y planificación avanzada de rutas contribuye directamente a disminuir el consumo energético y, por tanto, las emisiones contaminantes asociadas a la actividad del transporte. Esta modernización también exige inversiones, adaptación normativa y una revisión del modelo de negocio para responder a los nuevos estándares ambientales y tecnológicos que marcan el rumbo del sector.
A esta transformación se suma otro de los grandes desafíos estructurales del transporte por carretera: la escasez de conductores y conductoras profesionales. Según el Ministerio de Transportes, en los próximos años harán falta 30.000 profesionales para cubrir las expectativas de demanda, tanto en el ámbito del transporte de mercancías como en el de pasajeros. Para paliar esta situación, el Gobierno de Navarra ha puesto en marcha, en colaboración con la Asociación Navarra de Empresarios del Transporte por Carretera y Logística (ANET), un programa formativo dotado con 300.000 euros anuales desde 2021. Su objetivo es capacitar a nuevos profesionales que puedan incorporarse a un sector en plena transformación, en el que la capacitación técnica y la adaptación a los nuevos requerimientos digitales y medioambientales serán cada vez más determinantes.