El mantenimiento de comunidades de vecinos es una labor fundamental para conservar y mejorar el edificio y proyectar, así, una buena imagen a los propios residentes y a los visitantes. Además, como propietarios de una vivienda es nuestro deber según se recoge la Ley de Ordenación de la Edificación (Ley 38/1999). Esa misma ley exige que, entre la documentación que integra el Libro del Edificio y que debe entregarse a los adquirentes de las viviendas, se han de incluir las instrucciones de uso y mantenimiento del edificio y sus componentes. Asimismo, el Código Técnico de la Edificación (CTE) ha supuesto un avance, en el sentido de que por el mismo se establecen las exigencias que deben cumplir los edificios en relación con los requisitos básicos de seguridad y habitabilidad.

Por lo que se refiere a la Ley de Propiedad Horizontal, la obligación de realizar las obras necesarias en el edificio se contempla en el art. 10.1 LPH, que dispone: “Será obligación de la comunidad la realización de las obras necesarias para el adecuado sostenimiento y conservación del inmueble y de sus servicios, de modo que reúna las debidas condiciones estructurales, de estanqueidad, habitabilidad, accesibilidad y seguridad”. Es decir, el mantenimiento de un edificio consiste en efectuar el conjunto de operaciones y cuidados necesarios para que sus instalaciones, sus elementos constructivos, sus acabados, etc., puedan seguir funcionando adecuadamente y cumpliendo su misión.

Para cumplir con este deber, muchas comunidades se enfrentan al problema de cómo definir ciertas tareas de limpieza y a quién contratar para el mantenimiento o subsanar los desperfectos, entre otros aspectos.

Mantener las zonas comunes en buen estado y habilitadas para el uso y disfrute de los vecinos es un trabajo que requiere tiempo y esfuerzo. En muchas ocasiones, para los integrantes de la comunidad es imposible asumir estas tareas y es necesario un soporte externo.

Contar con una empresa profesional para gestionar estas labores proporciona muchas ventajas. En primer lugar, reduce la presencia de averías al contar con personal preparado para tratar las posibles incidencias de manera rápida y eficiente a medida que vayan surgiendo.

Por otro lado, las compañías emplean maquinarias, técnicas y materiales homologados, adecuados para el trabajo que desean realizar. Esto es de gran ayuda, ya que es poco habitual que los vecinos dispongan de todas las herramientas necesarias para conseguir el resultado buscado.

De igual manera, trabajar con una empresa especializada supone un ahorro económico importante, debido a que no se disgregan los servicios, permitiendo que los gastos estén centralizados.

En general, suele ser el administrador de fincas quien gestiona y coordina este tipo de servicios para la mayor tranquilidad de los vecinos.

La limpieza de los espacios comunes es fundamental para garantizar la convivencia vecinal, así como su higiene y salubridad. archivo

La limpieza de los espacios comunes es fundamental para garantizar la convivencia vecinal, así como su higiene y salubridad. archivo

Principales servicios

Los servicios más demandados en las comunidades, por lo general, suelen ser la limpieza, los trabajos de jardinería, la seguridad, la consejería y el mantenimiento de instalaciones eléctricas, de gas o de ascensor.

-Limpieza: la pulcritud de las zonas comunes es un aspecto fundamental en las comunidades de propietarios. Portales, ascensores, escaleras, garajes y otros puntos de la finca deben limpiarse de manera específica y con los productos necesarios. Además, al contratar a una empresa especializada, ésta pone a disposición la maquinaria necesaria que, si fuera por cuenta propia, elevaría el coste de gastos.

- Servicios de jardinería: en una finca, los espacios verdes deben ser atendidos por profesionales que conozcan bien todas las especies y el mantenimiento necesario durante todo el año.

Un jardín que luzca siempre sano y bonito es síntoma de que la empresa de servicios auxiliares contratada por los vecinos es de total confianza.

- Conserje o portero: en una finca, la figura del conserje es muy importante para estar al tanto de todo lo que sucede en el edificio día a día. Además, es la persona que recibe a todo el personal que va a trabajar en la comunidad. Por tanto, debe ser alguien de confianza, responsable, profesional y accesible con los vecinos. Cuanto más tiempo lleve en la finca resolverá mucho mejor cualquier problema que pueda surgir, aportando seguridad a la comunidad.

- Mantenimiento de instalaciones: las puertas de acceso, la pintura de las paredes o las tuberías necesitan un mantenimiento mínimo y una supervisión periódica para evitar problemas en el futuro. Si es el mismo profesional el que lleva a cabo este trabajo detectará cualquier anomalía y la resolverá con mayor rapidez.

- Profesionales de todo tipo: en una comunidad pueden aparecer averías, emergencias o cualquier tipo de problema que deben resolver profesionales cualificados como pueden ser carpinteros, albañiles, cerrajeros, pintores, etc. Si habitualmente acuden los mismos a la finca conocerán mejor sus instalaciones y podrán ofrecer soluciones más rápidas y fiables.