En su sexta temporada al frente de Osasuna Promesas, Santi Castillejo ha logrado, de nuevo, el objetivo marcado. El preparador cogió al equipo en Tercera División y lo ha ido escalando hasta la Primera RFEF, una categoría en la que, después de dos temporadas, el filial rojillo no ha ocupado los puestos de descenso en ninguna jornada.

Enhorabuena por haber logrado una permanencia que ha costado, pero ha tardado en llegar

 –Ha costado, como no puede ser de otra manera. Es una categoría dura, una categoría en la que bajan cinco equipos, plantillas muy buenas, con mucha profesionalidad. No es fácil para un filial mantenerse tanto tiempo ahí. Creo que quitando Barça, Madrid, Celta y Real Sociedad, los demás filiales no han estado tres temporadas consecutivas en la categoría.

¿Con qué sensaciones se afronta la última jornada teniendo los deberes hechos?

–Aliviado e intentando que jueguen aquellos jugadores que no han jugado tanto pero que han trabajado como los demás, que no han tenido oportunidades, pero merecen jugar y que se les dé valor a lo que han hecho durante la temporada.

Pese a que ha costado este curso, los números indican que en dos temporadas en Primera RFEF, el equipo no ha ocupado las posiciones de descenso en ninguna jornada. ¿Qué le dice eso? 

–Es verdad que este año ha costado un poco más, pero por circunstancias y errores nuestros. Nosotros somos los responsables, tanto el cuerpo técnico como los jugadores. No hemos hecho una temporada tan perfecta como la del año pasado, pero es verdad que nunca hemos estado en descenso. Siempre hemos tenido un margen más o menos cómodo, salvo un par de jornadas en las que hemos estado a un punto o a dos, y al final hay que valorar estas cosas porque son jugadores muy jóvenes, que tienen esta responsabilidad, esta presión, y que les viene bien para aprender para sus carreras.

Vaya partido en Teruel… 

–Entramos en la primera parte muy aterrados, muy presionados. Nos quitábamos el balón de encima y parecía que no nos jugábamos nada. Era el miedo escénico del momento.En la segunda parte el equipo hizo lo que tenía que hacer. Es verdad que nos meten un gol a la contra, pero antes el equipo había tenido ocasiones, y luego estuvo acertado, que es la clave de este juego.

Más allá de los resultados deportivos, en la primera temporada en la categoría suben al equipo Iker Benito, Iker Muñoz, Diego Moreno, Jorge Herrando… que se unen a Pablo Ibáñez y Aimar Oroz que dieron el salto en verano, y en esta, han sido Asier Osambela, Xabi Huarte, Jorge Moreno y Max Svensson los que han tenido su debut… 

–Lo bueno que tiene esta categoría, que es muy difícil, es muy complicada para un filial, pero te acerca mucho a lo que es el primer equipo por la forma de competir, de entrenar, la forma de ver la categoría y te permite que esté más cerca de igualarte a lo que es el primer equipo. Entonces, cuando pasan, ya pasó el año pasado o este año cuando pasan a entrenar con ellos y luego a jugar, pues no están tan grande el salto, está más cerca de lo que el primer entrenador del primer equipo quiere, en este caso Jagoba.

"Lo bueno que tiene esta categoría, que es muy difícil, es que te acerca mucho a lo que es el primer equipo por la forma de competir, de entrenar y la forma de ver la categoría"

De estos últimos, ¿quiénes pueden asentarse en el primer equipo? 

–Bueno, no es fácil, hay muchos jóvenes, no solamente ellos. Hay otros también dentro del plantel que pueden, a medio plazo, ser jugadores del primer equipo, pero no solamente en estos cuatro casos no también hay alguno más joven que yo creo que a un medio largo plazo pueden ser interesantes para el futuro de Osasuna. Decir nombres, ahora es complicado, primero porque tienen que dar el salto definitivo en esta categoría.

Una lástima que no hayan podido participar Ander Yoldi o Eneko Aguilar, que no tenían la condición de sub-23… 

–Ha habido gente que no es sub-23 que ha sido importante en el equipo. Yoldi, Eneko o Molina, que han hecho una temporada fantástica, han mantenido al equipo, han sido los pilares indiscutibles en el equipo tanto por goles o rendimiento, y al no ser sub-23 no han podido pasar al primer equipo. Pero ya pasó con Pablo (Ibáñez), en el año de Primera RFEF y ahora es jugador de Primera División. Desear lo mejor a estos jugadores y que ojalá el año que viene puedan estar dentro del fútbol profesional.

¿Qué aprendizaje saca de este curso? 

–Ha sido la temporada más difícil como entrenador de las que he estado aquí. Más difícil en cuanto a sacar recursos, porque muchas veces ha habido problemas. Por ejemplo, en el lateral izquierdo, ya que en diciembre se marcha Adama y no tenemos un lateral izquierdo específico más y tenemos que poner ahí al mejor jugador que está rindiendo en medio campo, que es Eneko, que lleva seis goles. Tapas un agujero, pero pierdes en medio campo otra vía para hacer goles. Te hace cambiar de registro, jugar con Ibaider de pivote… soluciones que el cuerpo técnico ha ido trabajando. En la primera parte de la temporada los delanteros no estaban acertados y estaban trabajando. Luego en la segunda parte Jorge y Svensson han ayudado con goles.

Esas soluciones enriquecen al equipo en cierta manera… 

–Sí, porque al final todo el mundo tiene que aportar. No sólo los delanteros tienen que aportar goles. No podíamos depender sólo de Yoldi, porque cuando no marcaba teníamos un problema y han aparecido jugadores de segunda línea. El equipo se ve enriquecido con todos estos problemas, que al final mejora a los jugadores, que algunos han jugado fuera de su posición, como Arguibide, que de jugar atrás ha jugado de extremo.

Desde fuera ha chocado la diferencia de puntos entre la primera y la segunda vuelta de la competición. Desconozco si han encontrado una explicación a ello… 

–En estos momentos tenemos siete puntos menos que en la primera vuelta. Pero bueno, se dan muchas circunstancias. Ya el año pasado nos pasó, pero fue diferente, porque cuatro jugadores estuvieron con el primer equipo durante la segunda vuelta y eso se notó. Y este año quizás no hemos sabido solucionar totalmente el tema de Adama. Adama nos ha hecho mucho daño tanto en el sentido, no solamente en el aspecto defensivo, como en el aspecto ofensivo porque éramos un equipo que trabajaba mucho por banda izquierda y el balón parado. Adama llevaba cinco asistencias y desde que se fue, no hemos podido encontrar ese jugador que nos diera esa asistencia, salvo alguna aislada de Jon García. Hay que buscar soluciones que igual no son importantes a la vista, pero sí dentro del equipo.

"Los debates y las críticas son positivas para un club. Un club está vivo cuando tiene gente que aplaude lo bueno y critica lo que cree que no está bien"

La lógica invita a pensar que después de 13 cambios en la plantilla en verano, al equipo podría costarle adaptarse a las exigencias del guión a principio de temporada y no al final 

–Tienes razón. Yo también lo pensé, que nos iba a costar más al principio al haber tantos cambios. Empezamos más o menos bien, estuvimos la primera vuelta en una posición cómoda. Pero en el fútbol no sabes qué va a pasar y por eso me gusta tanto, porque cuando piensas que va a ir todo bien, y cuando piensas que va a ir todo mal, buscas soluciones. Hay que tener en cuenta que cuando quitas a Eneko, que es ese jugador que nos daba el último pase y gol en medio campo, pones de lateral y ganas ahí y pierdes cosas que nos hacen tener fútbol por dentro.

¿Ese debate de redes sociales entre ser un equipo de cantera y realizar un número alto de incorporaciones de fuera ha supuesto algún tipo de presión durante la temporada?

–Todos sabemos cuál es nuestra tipología de club. Somos un club de cantera, y todo lo que tengamos dentro del club tiene que tirar de ello. Pero es imposible en la comunidad que tenemos, tener un club lleno de canteranos. Somos 24-26 jugadores, o incluso más, y 16-17 son navarros, que es una gran cantidad, y es verdad que cuando ves a uno de fuera quizás le pidas más porque no es de aquí. Pero para mí son todos iguales cuando se ponen la camiseta de Osasuna. Cuando uno firma por Osasuna, para mí son nuestros, rojillos, de nuestro club y ahí no hay diferencias.

¿Lo entiende? 

–Sí, claro que lo comprendo, porque nos basamos en eso. Comprendo que pueda haber críticas, que haya gente que entienda que no todo está bien. Los debates y las críticas son positivas para un club. Un club está vivo cuando tiene gente que aplaude lo bueno y critica lo que cree que no está bien. Pero tiene que entender que no es fácil buscar en una comunidad tan pequeña todas las soluciones. Y más, cuando sabemos lo que tenemos alrededor, que muchos jugadores se van jóvenes de Tajonar. No es fácil para un Promesas tener 20 navarros con posibilidad de subir a Primera. Sería imposible porque sólo Barça y Madrid tienen tanta gente que puede llegar. Lo intentamos, pero siempre procuramos que los de aquí tengan la mayor posibilidad. Pero no es fácil.

Y que las generaciones no son las mismas cada año...

–No son las mismas y cada cierto tiempo hay un goteo de jóvenes que van a otros equipos y son jugadores que destacan a esas edades. Nosotros nos paramos a pensar en los jugadores que se han ido, que podían estar en el Promesas estos años… y ahora son internacionales con España en la absoluta. Hay que verlo todo. Ojalá fuéramos capaces de retenerlos a todos, pero el dinero manda.

Cuando un jugador se estrena con el primer equipo, los titulares en los medios son ‘este jugador, un nuevo canterano que debuta con Arrasate’ en lugar de ‘el trabajo de Santi Castillejo en el filial hace que otro jugador debute con el primer equipo’. ¿Siente que infravaloramos su trabajo? 

–No, no, no. Al final yo soy el que pone la guinda al pastel de la cantera, pero hay mucha gente trabajando aquí. A mí me llegan muchos jugadores y yo termino un trabajo que creo que es el adecuado a parte de lo táctico, técnico… otras cosas para dar el último paso antes del primer equipo. Pero hay que recordar que esto no tendría ningún tipo de sentido si el que está en el primer equipo, en este caso Jagoba, no los pone. Todo este trabajo que termina en la cantera conmigo, no tendría visibilidad si no hubiera un entrenador en el primer equipo que los pone a jugar. En ese aspecto no me siento injusto. Creo que el valor lo tiene el que se la juega a ponerlos en Primera División. Nosotros hacemos una labor, muy correcta en la cantera, y el que se la juega profesionalmente es el que los pone en Primera División. Tiene que estar muy seguro de que es el momento y el jugador adecuado.

¿Y en el club? ¿Cómo lo valoran?

–Esa sí que es una valoración diferente. El club tiene que valorar, y se valora, de hecho, que jugadores que vienen de abajo son válidos para el club y que en este momento hay cinco totalmente asentados en la primera plantilla, y tres cedidos en Segunda División. Creo que ya no es sólamente un tema de modelo de club, sino que económicamente es muy positivo para el club, porque si tuviéramos que ir a comprar esos jugadores fuera, sería muy difícil que Osasuna pudiera tener esos jugadores.

Con todo esto, y teniendo en cuenta que el año que viene hay relevo en el banquillo del primer equipo, no sé si desde arriba le han tanteado durante este proceso... 

–Yo termino contrato este año y, sinceramente, no hemos hablado nada aún. Es lógico, porque nos estábamos jugando lo que nos estábamos jugando y hemos hecho año a año lo mismo. Todos los años, hasta conseguir el objetivo, no hemos hablado de renovación. Me imagino que esta semana o la que viene, cuando termine todo, nos sentaremos y hablaremos. De momento no hemos hablado nada porque no tocaba, lo que tocaba era hacer el trabajo de salvar al equipo y mantenernos en Primera RFEF.

"Teníamos una presión extra porque también pensábamos que el Subiza no merecía no poder ascender"

El otro día publicó un tuit que sonaba a despedida. ¿Qué intención tenía? 

–Era simplemente un tuit de agradecimiento a mucha gente que ha hecho posible esto. Se ve mi persona, pero no el cuerpo técnico que hay detrás, hay una confección de una plantilla, hay muchos jugadores que ahora están en el primer equipo y otros que no lo están, que también han pasado por aquí y que gracias a ellos hemos conseguido cosas y no me quiero olvidar de ellos, que son igual de importantes que los que llegan a Primera División. Y no sólo de jugadores, sino todo el mundo que ha formado parte del Promesas durante estos seis años porque era difícil conseguir lo que hemos conseguido. No era una despedida, era una reivindicación de toda la gente que ha participado.

En estos seis años casi todo han sido resultados positivos. ¿Ha habido algún momento más flojo que otro? 

–El año del Covid, que jugamos en hierba artificial y fue difícil con el cambio de categoría, nos quedamos en medio y no pudimos acceder directamente a la Primera RFEF. Y este año, en un par de meses, por la clasificación. Lo primero, por nosotros, que era importante, y luego teníamos esa presión extra de no dejar tirado al Subiza. Para mí como entrenador, si bajamos, que ya es un fracaso, y encima hacemos que el Subiza no ascienda, hemos sufrido bastante porque no quieres fastidiar algo que ha conseguido un compañero tuyo con sus jugadores. Teníamos una presión extra porque también pensábamos que el Subiza no merecía no poder ascender. 

Con ese ascenso del Subiza, ¿qué significa que el tercer equipo esté en Segunda RFEF? 

–Significa que la estructura de Osasuna se va a poner en el top 3 de España, detrás de Real Sociedad y Real Madrid, que creo que pueden tener algo parecido. Pero nadie consigue esta estructura y hay que valorar que se está haciendo un buen trabajo y aprovechar ese trabajo para la formación de los jugadores en el día a día.

Dice que no ha hablado sobre su futuro pero, ¿le gustaría seguir? 

–Eso hay que hablarlo con el club. Estoy en un sitio en el que me gusta estar y me gusta mi trabajo, pero esto es fútbol y ya sabemos cómo van las cosas. Hay dos opiniones, pero en estos momentos soy una persona que estoy contento donde estoy, está claro. Pero lo hablaremos cuando acabe la temporada.