Cambia de género con facilidad y es tan habitual verla en un thriller dramático como en una serie de comedia disparatada como La que se avecina. La actriz cordobesa tiene una mirada penetrante y sabe hacer reír cuando se mete en una historia que rezuma humor. No sabe estar quieta ni un momento, y lo de tirarse en el sofá apenas es para ella una recomendación materna que nunca consigue cumplir. En estos momentos combina la doble función de productora con la de actriz y es un personaje habitualísimo en el mundo audiovisual.

No para y ahora se ha metido a producir películas. ¿Le gusta complicarse la vida?

-Ja, ja, ja. Sí, menuda complicación... Me he dado cuenta de que es mucho más difícil estar detrás de la cámara que delante. Lo he comprobado.

¿No le bastaba con ser actriz?

-La verdad es que no, quería algo más. Llevo 22 años trabajando como actriz, 22 años haciendo los proyectos de otros y contando las historias de otros, así que hace unos cuatro años pensé: Quiero contar las mías, no quiero esperar a que suene el teléfono, quiero ser yo la que llame por teléfono. A lo largo de los años he hecho muchos cortos y tengo numerosos amigos metidos en este mundillo que me han enviado muchos guiones.

¿Y se los lee, o los deja en un cajón?

-Me los leo todos, sean para cortos o para largos. Es una forma de aprender. Me daba mucha pena ver que esas personas eran incapaces de levantar sus proyectos.

Es que hacer cine puede ser una aventura difícil, es lo que dicen sus colegas.

-Y tanto, así que me dije: Voy a ayudarles yo a levantarlos. Y en eso estoy. No solo he producido Polar, sino que he hecho también cortos. Esta película se puede decir que la he hecho íntegramente desde el punto de vista de producción.

¿Y cómo es Polar?

-Eso me gustaría a mí saber. Polar significa cine negro francés. Aún no he visto muchas imágenes, acabamos de empezar el montaje, y al ser protagonista era muy difícil estar en todas las secuencias y salirme del papel de actriz para hacer los visionados.

¿Por qué cine negro francés?

-Porque es un género que no conozco demasiado, y como espectadora he visto muy poco. Lo que realmente me llamó la atención es mi personaje. Cuando un guionista escribe una película para una actriz, para esa actriz es un regalo. En este caso el regalo es para mí, que soy la protagonista absoluta.

¿Cómo es la historia?

-Una policía es contratada para buscar a la actriz Macarena Gómez. Es un personaje buscando a la actriz. Y ese personaje lo interpreta Macarena Gómez, o sea, yo. Se podría decir que es Macarena buscando a Macarena. Me gusta mucho el género que hemos hecho y ahora me estoy empapando de cine negro francés.

Trabaja también en televisión, hace cine, produce... ¿Le da tiempo a conciliar sus facetas profesionales con la personales?

-Es que si no hago nada me estoy subiendo por las paredes. Es cierto que tendría que tomarme la vida mucho más relajada, pero no puedo evitarlo. Mi madre tiene un frase que me la ha repetido desde siempre: ¿Puedes aprender Macarena a tirarte en el sofá y no hacer nada?

¿Y ha aprendido?

-Pues no. Me cuesta muchísimo. Cuando estoy viendo una película por relax, a la vez estoy escribiendo ideas que se me ocurren o dando vueltas a un proyecto que me ronda por la cabeza. Y mientras pienso también juego con mi hijo. Es mi forma de ver la vida y de vivirla.

Tiene además el rodaje de una serie.

-En dos semanas comenzamos las grabaciones, y antes de que preguntes diré que no puedo hablar de ella. Es para Netflix, y normalmente las plataformas no te dejan hablar de los proyectos, tienen que ser ellas las que den la noticia.

30 monedas. ¿Qué pasa con esta historia de Álex de la Iglesia?

-Que la volveremos a hacer. Está prevista una segunda temporada y estoy encantada de volver a ponerme en sus manos. Lo que no entiendo del señor Álex de la Iglesia es cómo puede hacer tantas cosas a la vez. Entre la primera temporada y ahora que empezaremos la segunda, no sé cuántos proyectos ha hecho, pero son un montón.

Había unos personajes que estaban más locos que cuerdos.

-Imagínate. Mi personaje tomaba más protagonismo en los últimos capítulos. A mí me fascina y estoy deseando volver a rodar. No sé qué va a pasar con él en esta entrega, y tengo curiosidad porque aún no he leído nada.

¿Cómo va a rodar dos series a la vez?

-Eso es lo que tengo que ver. Supongo que todo se arreglará y podré hacer las dos series. Es que no soy capaz de renunciar a ninguna de las dos. Me gustan mucho.

La vemos en drama y en comedia de forma paralela. ¿Es difícil saltar a personajes de géneros tan diferentes?

-Me considero una actriz muy camaleónica. Desde que empecé a trabajar a los 21 años siempre he estado intercalando comedia con cine de género, cine de terror. Crecí como actriz en el cine de terror y salté a la comedia en La que se avecina. Tengo la grandísima suerte de no haberme encasillado y de haber podido hacer diferentes géneros. No me cuesta, forma parte de mi trabajo. Es más, me siento igual de cómoda en un drama que en una comedia. Lo único que debe importar es que el personaje sea interesante.

De hecho, a la vez que hacía La que se avecina ha estado en otros muchos trabajos.

-He tenido esa inmensa suerte. Puedo estar grabando esta serie y decir a los productores que me ha salido otro trabajo, que mejor hacemos la mitad de los capítulos, y ellos me dan libertad para poder hacer otros proyectos.

¿Va a seguir en La que se avecina?

-Sí, volveremos a rodar a partir de enero. Lo que no sé es cómo voy a compaginar todo lo que tengo comprometido.

¿Volviéndose loca?

-Ja, ja, ja... A lo mejor. Algo nos inventaremos y todo se arreglará. Yo soy muy pesada y seguro que lo consigo.

Al menos no se quejará, porque en su vida no hay parones laborales.

-Sí que los ha habido, como en la de todos los actores, pero que no te llamen no significa que no puedas hacer nada. Yo no me quedo esperando la llamada, me reinvento y hago proyectos. No te puedes quedar mano sobre mano. Yo no sé hacerlo, y si no me llaman, llamo yo. No he parado porque yo me busco el trabajo.

El confinamiento....

-Ese es otro tema. Durante meses se paró todo, pero yo no paré. Me puse a hacer cursos on line sobre producción. Es que siempre me busco algo. Durante ese periodo me di cuenta de que no puedo depender de los demás para trabajar. En otra épocas, cuando tenía poco trabajo, llamaba a mis amigos y les decía que hiciéramos un corto. Mano sobre mano no me quedo.

¿No se agota con tanto proyecto?

-Como todo el mundo, pero me agota más no tener algo a la vista y juro que ideas tengo muchas, demasiadas.