"Madrid se va a quedar sin madrileños"
Ya está aquí la esperada segunda temporada de ‘Poquita fe’, la serie que llegó para revolucionar la comedia y que ahora nos presenta risas renovadas enmarcadas en el drama de una pareja que busca piso en Madrid
Da igual la edad que se tenga. Encontrar piso en estos momentos es una odisea para cualquiera que emprenda esa ardua tarea. Pero si por lo menos se le añaden unas dosis de humor la cosa puede ir a mejor, o empeorar de manera vertiginosa. La nueva temporada de Poquita fe, la serie creada por Pepón Montero y Juan Maidagán y protagonizada por Raúl Cimas y Esperanza Pedreño no decepciona, pero sí plantea, entre risa y risa, importantes reflexiones.
Relacionadas
Una vez más han vuelto a embarcar a Berta (Esperanza Pedreño) y José Ramón (Raúl Cimas) en la aventura de ser una pareja estable en pleno Madrid, pero sin casa y sin estabilidad. ¿Hay algo más real que esto, no tener estabilidad y una casa propia en los tiempos que corren siendo una pareja joven?
Pepón Montero: Bueno, jóvenes... (risas). Sí, el problema justo yo creo que es ese, que parece que solo son los millennials y los jóvenes, y estos no llegan a ser boomers, pero está generalizado. En Madrid, desde luego, la vivienda es un horror y va a estallar por algún sitio. En el fondo estos dos personajes tendrían que tener estabilidad. Son un guardia de seguridad y una maestra de educación infantil.
Juan Maidagán: Claro, y al final la solución pasa por irse lejos de donde han vivido siempre.
P.M.: Ellos son muy de barrio, y lo que está pasando es que Madrid se va a quedar sin madrileños.
¿Creen que series como esta pueden ayudarnos a reflexionar y a cambiar las políticas relacionadas con el derecho a la vivienda?
Juan Maidagán: Ojalá. No tenemos tantas esperanzas, pero...
P.M.: Es verdad que la comedia duele más que otras cosas. Yo creo que toca la llaga más a veces, y ¿por qué no aprovecharlo?
¿Cómo se consigue sacar ese lado humorístico a todo, a lo cotidiano pero también a las situaciones complicadas?
J.M.: Es que si no vas a buscar situaciones que afectan a todo el mundo no vas a encontrar la respuesta de la risa. Una cosa que afecta a tanta gente es el material ideal para hacer comedia.
P.M.: Yo creo que solo hay que mirar. Si miras está ahí, pero tienes que tener el modo de mirar. Si te fijas, es tan absurda la vida que es cómica si insistes un poco.
Otra reflexión importante que lanza la serie, y que me gustaría plantearles, es cómo mantener viva la llama en una pareja, porque se suele decir que el roce hace el cariño.
P.M.: Difícil (risas). Cada persona es un mundo. Estos son muy especiales. Son dos almas cándidas, más inocentonas... Creo que eso también es lo original que tiene, porque está todo el mundo tan enfadado que ver a dos panfilotes... Y sinceramente no sé cómo se aguantan (risas).
Llegan cambios en esta nueva temporada. Cobran especial importancia personajes como la hermana de Berta. ¿Tienen algún personaje favorito?
P.M.: Les tengo mucho cariño a todos, y yo creo que eso a la hora de escribir también lo tenemos en cuenta, que ninguno se quede colgado.
¿Hay alguno al que le tirarían especialmente de las orejas?
J.M.: A varios (risas).
P.M.: El vecino, que es el que parece el más gañán de todos, a mí me cae bien, parece mentira.
¿Han vivido algún momento especialmente complicado en esta temporada, algún reto especialmente difícil? Al final, explican que no querían repetir la fórmula de la primera temporada.
P.M.: Creo que ese, el darle una vuelta, que no sea igual pero siga siendo lo mismo. Darle un cambio sin que se pierda el alma de la serie. Y luego del rodaje la mayor dificultad ha sido que llovió un mes entero sin parar. Creo que hacía quinientos años que no pasaba.
Lo que sí han aumentado son los momentos de confesionario, de los personajes hablando a cámara y que a veces recuerdan un poco a The Office. ¿Quién está al otro lado?
P.M.: Servidor. Además, a los actores que vienen para rodar una mañana nada más los sientan frente a mí y me tienen que mirar a los ojos. Es un poco agobiante pero creo que eso también le da mucha naturalidad. Están como si les interrogara la Policía de alguna manera (risas), pero soy yo.
¿Qué les dirían a los espectadores sobre esta segunda temporada?
J.M.: Que aquí la pareja se enfrenta a un problema gordo y real. En la primera era una cuestión más existencial, pero aquí se enfrentan a algo más complicado, que deriva a su vez en problemas existenciales.
P.M.: Es lo mismo pero distinto. Se ha renovado.
¿Tendremos una tercera temporada?
P.M.: A ver qué pasa con esta. Es muy laboriosa de hacer. Hemos terminado de mezclar hace algo más de un mes. A ver...
J.M.: De momento no hemos hablado nada (risas).
Temas
Más en Cine y Televisión
-
"Rodar en euskera ha sido un regalo"
-
‘Los vigilantes de la playa’ volverán a la televisión en la temporada 2026
-
Eduard Fernández protagoniza 'Anatomía de un instante': "Es buen momento para una segunda transición"
-
'La Revuelta': la sorprendente propuesta de un invitado "vetado" por 'El Hormiguero' para ser el número uno en audiencias