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La casa de los gemelos: broncas, insultos, gritos, amenazas y hasta agresiones

Es un reflejo, con el cristal roto, de la gente que se ha refugiado en Internet porque la tele no cuenta con ellos, ni ellos cuentan ya con la tele

La casa de los gemelos: broncas, insultos, gritos, amenazas y hasta agresiones

Estoy viendo La casa de los gemelos 2 para sorpresa de familiares y amigos, que no entienden –les horroriza el formato– que aquello que tanto detestaba me tenga ahora atrapado. No seguía un reality al día desde Gran Hermano 1. Y no solo eso, me tiene alucinando que vayan a dar las campanadas en Youtube desde la Puerta del Sol al ladito de Pedroche, donde han alquilado otro balcón. Así que cuidado no les hagan un Broncano o se cuelen sus gritos. Me da que Atresmedia va a gastar más pasta en blindar las uvas de Pedroche que lo que gastan en seguridad los gemelos para evitar los habituales combates de pressing catch de la casa.

El cabreo de Antena 3 y Tele 5, criticando desde sus informativos el contenido del reality, ha dado más publicidad a los gemelos y los ha puesto en el foco de la polémica, que es lo que buscaban. El programa usa las mismas técnicas que inventó la tele privada antaño: broncas, insultos, gritos, amenazas y hasta agresiones.

Para evitar multas, han empezado a censurar el audio y la imagen en los momentos más tensos, han puesto un +18 en una esquina, un diminuto aviso de que puede contener escenas violentas en otra, y las peleas se han trasladado mágicamente a la madrugada, aunque sigue sin ser necesario registrarse para evitar el acceso a menores, lo que es una anomalía a resolver.

¿Y qué es La casa de los gemelos 2?, pues una especie de casa cutre de GH, pero con gente que escapa de los estereotipos que ha impuesto la televisión, porque la mayoría o son feos, o son gordos, o gritones, o demasiado callados, o raros, o incluso sufren adicciones, según se reprochan entre ellos, aunque también hay quien lo niega.

Pero si los escuchas, tanto en los buenos ratos como cuando buscan joder a otro, puedes reconocer perfiles e incluso situaciones de tu entorno. Es un reflejo, con el cristal roto, de la gente que se ha refugiado en Internet porque la tele no cuenta con ellos, ni ellos cuentan ya con la tele. Que les veamos, les escuchemos, es su venganza.