El presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, acusó ayer a Pristina de provocar un clima de inestabilidad al rechazar cualquier acuerdo con Serbia, al tiempo que subrayó la voluntad de su país de buscar compromisos para evitar nuevas tensiones con Kosovo como las que sucedieron a finales de julio.

“Buscaremos ansiosamente el compromiso en los próximos diez días”, declaró Vucic en Belgrado ante una esperada continuación del diálogo de normalización con Kosovo en Bruselas, bajo el amparo de la Unión Europea (UE).

Las autoridades kosovares anunciaron en julio su decisión de prohibir el uso continuo de documentos de identidad y matrículas de coches serbias en su territorio, pero ante las presiones de la UE y EE.UU., pospusieron la aplicación de la norma un mes, hasta el 1 de septiembre.

A finales del mes de julio, la norma, entonces considerada inmediata, provocó numerosos bloqueos en los pasos fronterizos entre ambos países y en las carreteras en el norte de Kosovo, poblado en su mayoría por serbios, que son minoría en el conjunto de Kosovo.

Tensa situación

La tensión ha sido palpable desde entonces, y en los días pasados, la misión KFOR de la OTAN, encargada de vigilar la seguridad en Kosovo tras la guerra de 1999, aumentó su presencia en el norte para prevenir una eventual escalada.

En la reunión del pasado jueves en Bruselas, Vucic y el primer ministro de Kosovo, Albin Kurti, no lograron ningún avance respecto al conflicto, pero el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, dijo que el proceso continuaría en los próximos días.

Vucic insistió hoy en la determinación de Belgrado de preservar la paz y estabilidad, seguir buscando compromisos y “asegurar la persistencia” de los serbios en Kosovo, al acusar a Kurti de tener como un objetivo la expulsión de dicha población del norte.

“No habrá nuevos saqueos ni persecuciones contra nuestro pueblo, ese es mi mensaje a todos”, declaró Vucic.

Aseguró que Belgrado ofreció en la reunión del jueves diferentes ideas de compromiso pero que todas fueron rechazadas por Kurti, que sólo insiste en el reconocimiento de la independencia que Kosovo proclamó de forma unilateral en 2008 pero que Serbia no acepta.

Vucic también exigió abrir en Bruselas el debate sobre la creación de una asociación de los municipios serbios en Kosovo, un tipo de autonomía para esa población según un acuerdo de 2013 pero que Pristina aún se niega a aplicar.

La independencia de Kosovo ha sido reconocida por Estados Unidos y la mayoría de los Estados miembro de la UE, aunque hasta la fecha no ha obtenido un reconocimiento por parte de Rusia, China, India, Brasil ni España, entre otros países.