La Unión Europea (UE) confía en que los líderes de Kosovo y Serbia avalen este próximo lunes la nueva propuesta sobre la mesa para relanzar las negociaciones para normalizar sus relaciones, con la idea en dar pasos en el camino para un acuerdo jurídicamente vinculante.

La diplomacia comunitaria ha convocado para el lunes 27 al presidente serbio, Aleksandar Vucic, y al primer ministro kosovar, Albin Kurti, en Bruselas, en el primer encuentro en meses con la vista puesta en que ambos acepten la nueva propuesta para reavivar el proceso de diálogo facilitado por la UE, que después de más de una década ha generado pocos resultados.

Según han confirmado fuentes de la UE, las señales recibidas hasta la fecha son "positivas" y esperan el aval de Vucic y Kurti al nuevo marco, con el que ambos están ya "familiarizados". Tras una primera sesión de reuniones bilaterales, después tendrá lugar una sesión conjunta en la que Serbia y Kosovo, junto a los mediadores de la UE, tienen previsto debatir el anexo de aplicación de la propuesta para asegurar que Belgrado y Pristina "dan y reciben lo que esperan".   

Plazos

El objetivo de la UE es comenzar la implementación "cuanto antes" de este nuevo marco, lo que puede llevar "algunos meses", aunque lo importante es aprovechar esta oportunidad porque, según señalan las fuentes, esta opción "no estará abierta para siempre".

Con la iniciativa, la diplomacia europea quiere "romper con el círculo vicioso de la crisis" en las relaciones entre los dos actores con un "cambio de trayectoria" y aunque no sea "el final del camino", en Bruselas lo perciben como el "máximo alcanzable" en este momento, ya que "cubre la mayor parte del camino" para cerrar un acuerdo jurídicamente vinculante entre Belgrado y Pristina.

Una vez aprobada, esta nueva hoja de ruta ofrecerá nuevas oportunidades económicas, facilitará la tramitación de los certificados y aportará más seguridad y previsibilidad, al tiempo que incluye un mecanismo que supervisará la aplicación de los compromisos y que informará periódicamente de su implementación a los Estados miembro.

Con todo, Belgrado y Pristina llevan décadas de negociaciones en Bruselas con escasos resultados y un pobre historial de implementación de los acuerdos ya alcanzados. Las fuentes reconocen que el acuerdo para poner en marcha la comunidad de municipios de mayoría serbia es el "más difícil", pero recalcan que es un compromiso a largo plazo que es necesario cumplir.

"Si se aprueba la propuesta, se aprueba la comunidad; las condiciones de cualquiera de las partes no son aceptables: hay que hacerlo", han zanjado las mismas fuentes, que han destacado también el elevado nivel de unidad entre los actores internacionales para culminar este plan.  

Posicionamientos

Este proceso lo siguen con especial atención los cinco países que no reconocen a Kosovo como estado independiente, entre ellos España, y que aún así, según las fuentes europeas, han expresado también sus expectativas y su deseo de prepararse en caso de que se produjera un cambio de situación.

Por su parte, la UE espera que "si hay una reacción positiva sobre el terreno, también la haya entre los Estados miembro" para poder trasladar a Rusia, cuando se cumple un año de su ataque a Ucrania, que Europa tiene un impacto positivo en los Balcanes y que la región "está con la UE".

La aprobación de este plan supone para el bloque europeo una "oportunidad única" en su afán por encontrar un "caso de éxito" en la región que sirva de locomotora para el resto de los países balcánicos y que logre generar un nivel de "entusiasmo" con la UE similar al que registra Ucrania.