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Cork, en Irlanda, uno de los mejores destinos para 2025

Aunque el gran desarrollo económico de las últimas décadas está transformando la ciudad, la capital del sur de Irlanda y sus alrededores siguen conservando con celo sus tradiciones. Una alternativa ideal para conocer la cultura irlandesa más allá de la cosmopolita Dublín

Cork, en Irlanda, uno de los mejores destinos para 2025Igor Galo

La combinación de lugares históricos, una costa de acantilados impresionantes, colinas siempre verdes y una vibrante cultura musical y gastronómica explica que la ciudad de Cork y su condado hayan sido destacados por National Geographic como uno de los mejores destinos para 2025.

Conocida como la ciudad rebelde por su historial de levantamientos contra los ingleses, los lugareños consideran que Cork –la segunda urbe más poblada de la isla esmeralda– es la verdadera capital de Irlanda.

Información útil

  • Se puede viajar a Irlanda solo con DNI, pero al no pertenecer al espacio Schengen se recomienda llevar pasaporte. También la Tarjeta Sanitaria Europea.
  • Para visitar Irlanda del Norte en el mismo viaje es necesario tramitar la autorización UK ETA (online).
  • Los enchufes son de tipo G; se necesita adaptador.
  • En Irlanda se conduce por la izquierda.

Y en una ciudad que se autodenomina rebelde, no es de extrañar que dos de los lugares históricos más visitados sean un fuerte y una cárcel. El Fuerte de Elisabeth, situado en una colina cerca del centro, ofrece una excelente panorámica y un completo resumen de la historia local. Símbolo del dominio británico durante siglos, también fue prisión e incluso depósito de alimentos durante la Gran Hambruna irlandesa del siglo XIX. Hoy está reconvertido en un espacio de visita obligatoria, con entrada gratuita y audioguía disponible en castellano.

El English Market de Cork, un lugar habitual para los lugareños y de obligada visita.

Por su parte, la Cárcel de la Ciudad de Cork, ubicada a unos veinte minutos a pie del centro, es otra excelente opción para sumergirse en la historia de Irlanda. Este imponente edificio de estilo neogótico ofrece una visita interactiva que transporta al visitante a la vida cotidiana de los prisioneros de siglos pasados.

Aunque el monumento histórico más antiguo –y también más curioso– es el Castillo de Blarney. Con más de seis siglos de antigüedad y accesible en transporte público desde el centro, alberga la famosa Piedra de Blarney, a la que escritores, políticos y viajeros de todo tipo han acudido, ya que la leyenda dice que otorga el don de la elocuencia a quien la besa. Independientemente de si uno cree o no en mitos, merece la pena visitar este edificio medieval y sus extensos jardines, que incluyen cascadas, un jardín de plantas venenosas y más de 80 variedades de helechos.

El faro de Ballycotton.

Historia complicada, naturaleza generosa

Aunque la historia y la política no hayan sido benévolas con los corkonianos durante siglos, la naturaleza los ha compensado con generosidad. El condado produce hoy el 70 % de los alimentos de Irlanda, una tradición agrícola que viene de lejos y que ha permitido a Cork alzarse orgullosamente con el título de capital gastronómica del país.

Por ello, no es de extrañar que uno de los espacios más curiosos y visitados sea el Museo de la Mantequilla, dedicado a uno de los productos estrella de la región. Único en su género, este museo narra la historia de un alimento imprescindible en la dieta local, que hoy se exporta a todo el mundo.

Fachada exterior del English Market, en Cork.

Y no es la única oportunidad para descubrir los sabores locales. El pintoresco Mercado Inglés, construido originalmente en 1788 y reconstruido en los años 80 tras un incendio, es un paraíso para saborear platos tradicionales, conocer productos locales como la morcilla o los quesos, y deleitarse con los puestos de pescado. Está ubicado en el centro, en una zona peatonal ideal para pasear sin prisa, descubrir comercios locales o sentarse en un típico pub irlandés a disfrutar de una cerveza.

¿Una Guinness estando en Irlanda? Puede ser, aunque en la ciudad hay otras más populares, como la Franciscan Well, una cervecera local que ofrece visitas guiadas con cata incluida. Y para descubrir los secretos de la otra gran bebida irlandesa, el whiskey, en la cercana localidad de Midleton se encuentra la destilería Jameson, abierta a los visitantes con visitas guiadas y degustaciones.

Cobh y Ballycotton

A solo media hora en tren o autobús desde el centro se encuentra Cobh, un pintoresco pueblo con un lugar especial en la historia: fue la última escala del Titanic antes de partir hacia Nueva York en su viaje sin retorno. Los amantes de esta tragedia pueden visitar la Titanic Experience en un museo que recuerda las últimas horas del transatlántico a través de las historias personales de los 123 pasajeros que embarcaron allí.

Centro de Cork, con el río Lee y la catedral Saint Fin Barre al fondo.

La tragedia del Titanic y el hecho de que desde este puerto zarparan muchos de los dos millones de irlandeses que emigraron durante la Gran Hambruna del siglo XIX hicieron que durante mucho tiempo se conociera como la ciudad más triste de Irlanda.

Hoy, poco queda de esa melancolía. Cobh se ha transformado en un destino turístico familiar que fascina por sus casas de colores, sus pubs, la catedral neogótica y su tranquilidad. Además, su puerto natural –el segundo más grande del mundo– puede recorrerse en excursiones en barco que permiten descubrir la costa irlandesa o visitar la antigua isla-prisión de Spike Island.

No muy lejos de allí, el faro de Ballycotton, erigido sobre un islote habitado solo por aves marinas, es otro punto clave para disfrutar del litoral. Con más de 3.000 kilómetros de costas rocosas y mares embravecidos, no es de extrañar la relación especial de los irlandeses con sus faros. La costa cuenta con 65 faros gestionados por Irish Lights, muchos de los cuales, como el de Ballycotton, pueden visitarse mediante tours organizados.


+ info

Transporte público en Irlanda y Cork: www.transportforireland.ie

Bicicletas públicas: www.bikeshare.ie/cork.html

Información turística: www.purecork.ie

Faros visitables: www.greatlighthouses.com

Kinsale se ha convertido en destino para los paladares más sibaritas.

Kinsale, visita imprescindible

Otro destino destacado del condado de Cork es Kinsale, un coqueto pueblo costero que fue escenario de la Batalla de 1601, donde los rebeldes irlandeses, con apoyo español, se enfrentaron al ejército británico. Su derrota marcó el fin de la Irlanda gaélica y el inicio del dominio británico, que perduró hasta la fundación de la República hace algo más de un siglo. Un mástil en el puerto conmemora aquel episodio histórico.

Menos dramático, pero también trascendente, fue el año 1976, cuando –al mismo tiempo que nacía la nueva cocina vasca– en Kinsale surgía el Good Food Circle, una iniciativa pionera de restauradores locales que decidieron colaborar para transformar la ciudad en un referente gastronómico. Su primera acción fue organizar un festival culinario en otoño que aún se celebra y ha impulsado el turismo en la zona.

Hoy, esta antigua ciudad pesquera es un destino perfecto para sibaritas del buen comer y las compras. Galerías de arte, librerías que ofrecen catas de jerez o tiendas de artesanía local llenan sus coloridas calles. El Fuerte de Charles, que durante siglos custodió el puerto, es otro lugar imprescindible en una ciudad ideal para pasear, relajarse y, como dicen en Cork, pasarlo craic, palabra local que define el buen rato disfrutado con amigos.