La existencia de Enrique del Pozo puede asemejarse a la de un inocente felino, pero rebajando sus siete vidas a tres. Las que bien se diferencian en un personaje que fue ídolo de masas adolescente en los 70 y 80, cuando de la mano de Ana Anguita Shivers conformó el conocido dueto Enrique y Ana, una versión con patillas, buzos y brilli-brilli de los actuales CantaJuego, pero con sonatas propias con las que cantaron a Mi amigo Félix, ¿Dónde estás, E.T.?, Orzowei, La canción de los planetas o Súper disco chino, entre decenas de joyas. Porque hasta el momento de su separación (en 1983), que fue drama internacional, sacaron al mercado siete álbumes. Después, para Ana vino el vacío artístico: se retiró completamente de la música y estudió Ingeniería Informática, permaneciendo hasta hoy en el más estricto anonimato. No fue así por parte de Del Pozo, que lo intentó todo, sin demasiado éxito, en el complicado mundo del espectáculo.

Por ello, en cuanto observó buen negocio en el mundo de la televisión se lanzó de lleno a la polémica. Trabajó como colaborador en formatos de éxito como La sonrisa del pelícano, Esta noche cruzamos el Mississippi o Crónicas Marcianas, late night histórico en las noches de Telecinco en el que coincidió con Antonio David. Según él, el causante de todos sus males. "Hace 10 años decidí abandonar España porque pasé una gran depresión por culpa de Antonio David Flores", relató la pasada semana a Emma García en Viva la vida. Programa que, tras diez años de ausencia en un plató, le ha recuperado para los fines de semana junto a José Antonio Avilés, su nuevo archienemigo. "Fue hablando en platós y a ciertos directivos para hacer una campaña de desprestigio y los crucificados fuimos Rocío Jurado, Ortega Cano, Rocío Carrasco, Fidel, las Campos y yo", exclamó con enfado.

Cierto o falso, lo que está claro es que Del Pozo es otro de los flecos que ha rescatado del pasado la serie documental Rocío, contar la verdad para seguir viva, un formato del que por cierto ya se anuncia segunda temporada, esta vez En el nombre de Rocío. En él, Rociíto explicará por qué no tiene relación con sus tíos, con sus hermanos o con José Ortega Cano.