Parecía que no podría haber unas navidades con más incertidumbre que las pasadas, debido a que la pandemia estaba en sus cotas más altas y la vacunación aún no había comenzado, pero las de este año no parecen mucho mejores para el marisco gallego.A pesar de que el miedo a un aumento desproporcionado de los precios ha animado los mercados, con los consumidores adelantando sus compras más que nunca para no quedarse sin sus preciadas piezas, el sector no las tiene todas consigo.

El aumento de los contagios en esta sexta ola de la covid-19 está provocando que se cancelen numerosos pedidos, especialmente de restaurantes que se enfrentan a una oleada de anulaciones de comidas o cenas de empresas, inviables ya ante el regreso de las restricciones.

A ello se suma la escasez de producto en los mercados que, tradicionalmente por estas fechas llenaban los estantes de los comerciantes, y la amenaza de desabastecimiento en navidad ante el paro patronal convocado por el sector del transporte a las puertas de los días grandes.

"La gente lleva más de dos semanas preguntando ya por el marisco para navidad", explica a Efe Emilio Martínez, vendedor de la plaza de abastos de Pontevedra, que asegura que "cada vez hay más clientes que se lo llevan con antelación y lo congelan".

Entre ellos, el principal miedo "es que suba de precio" ya que, según Martínez, al tradicional aumento que se da porque "al haber más demanda siempre sube", el coste de marisco ya está subiendo en las lonjas "porque hay bastante escasez de productos".

Lo que más salida tiene, explica este vendedor, son especies habituales como la centolla o la nécora, que ya están entre 25 y 30 euros el kilo; la cigala, que por ahora se cotiza a 55 euros; o el bogavante, que puede alcanzar los 60 euros; "los que mejor aguantan la congelación".

Pero estos precios, augura Emilio Martínez, multiplicarán por dos o por tres su precio a medida que se aproximen las fechas navideñas, llegando a precios casi prohibitivos para un bolsillo medio en el caso de especies como los percebes o los camarones.

Para vendedores como este pontevedrés, que envía producto fresco a toda España, no solo la pandemia está haciendo mella en su negocio, también la anunciada huelga del transporte, prevista para el 20 de diciembre, "porque no puedo garantizar las entregas".

"Tengo muy buenos clientes a los que le vendo todos los años y esta vez ya les dije que no podré hacerlo porque no puedo asegurarles que les llegue", lamenta Martínez.

Lorena Rodríguez, también vendedora en la plaza de abastos de Pontevedra, dibuja un panorama similar porque asume que hay mercancía "que ya no me llegará hasta enero".

En su caso vende bacalao, un pescado típico de las navidades gallegas, que hasta ahora ha vendido muy bien, tanto que "las hojas más grandes de siete u ocho kilos las tengo ya casi agotadas", y ahora despacha las raciones más pequeñas.

Ella también ha notado que, con respecto a otros años, "hay menos producto porque todo lo mandan a China y para fuera de España", lo que ha provocado que los precios se encarezcan de manera notable, situándose en torno a los 16 euros por kilo.

Estas 'turbulencias' en los mercados se notan menos en empresas como O Percebeiro, con sede en Marín (Pontevedra), que, a pesar de tener a la restauración como su principal cliente, cada vez venden más marisco a través de pedidos que les llegan por internet.

La venta online, hace apenas tres años, era residual para ellos porque, según explica su responsable de marketing, Montse Fernández, "la gente tenía miedo a comprar porque no sabía en qué condiciones les iba a llegar el marisco".

Pero ya en 2019 notaron "un buen empujón", aunque el "impulso definitivo" la compañía lo notó con la pandemia porque "al no poder salir de casa perdieron ese miedo de manera obligada" y ahora tienen clientes semanales "que no fallan nunca".

Desde hace semanas han notado un "incremento notable" en los pedidos, entre los que sobresalen las reservas para las fechas más señaladas de la navidad, Nochebuena y Fin de Año, con repartos previstos para los días 23 y 30 de diciembre, respectivamente.

"Por ahora las empresas de transporte no nos han dicho que vayamos a tener ningún problema", asegura Fernández, que detalla que por ahora "lo que sale son sobre todo crustáceos porque es lo que mejor se congela" o pescados blancos como lubina, merluza o besugo "que está muy cotizado en Madrid".

Para días posteriores prevén un aumento en la salida de almejas, navajas, percebes y, especialmente, las ostras "que hay que consumirlas frescas".