La actriz canaria está encantada con haber hecho esta película, una historia que se la vendieron como pequeña pero que se ha hecho muy grande gracias a la repercusión que está teniendo en los festivales a los que acude. Es una mujer sincera a la que no le gustan ni las mentiras ni las medias verdades. Pelea, y lo sabe, en un mundo donde cumplir años puede ser una condena al ostracismo, sobre todo si se es mujer. Ha estado tiempo sin hacer cine, pero en estos momentos se muestra encantada con los trabajos en los que ha participado y con los que tiene pendientes por realizar. Su sonrisa se amplía cuando volvemos la vista atrás veinte años y habla de Todo sobre mi madre y de su director, Pedro Almodóvar, el hombre que marcó un antes y un después en su vida y su carrera.

La de El hoyo es una historia muy surrealista. ¿La definiría usted así?

Diría que son muchas historias, y quizá, aunque pueda parecer lo contrario, no es tan surrealista, porque retrata mundos muy cercanos.

¿Cómo ve a su personaje?

Digamos que es el más altruista y el que intenta hacer ver a los demás que no te puedes instalar en el egoísmo sin pensar en los otros. Es un personaje muy contradictorio.

Ese altruismo parece difícil si lo confrontamos con la sociedad actual.

No existe. Te encuentras en la vida real a personas que pueden ser generosas, pero fíjate, incluso el que da en exceso tiene algún interés.

Algunos pensarán que hay cinismo en lo que dice.

No. Lo que quiero decir es que hay quien da para someterte y para crearte una deuda.

¿Qué pensó cuando le llegaron los guiones de esta película?

No entendí nada. La primera vez que los leí me quedé con la boca abierta, no los entendí. Me parecía que hacer aquella historia orgánica era imposible. Los diálogos eran muy complicados y me preocupó sobre todo el saber cómo decir aquello que estaba escrito. Cuando leí el texto un par de veces más ya lo fui entendiendo. No es una comedia, me dije.

Está claro que comedia no es, pero ¿qué es?

Cine de terror, cine psicológico, cine fantástico?

¿Distopía?

Eso sí, es lo más claro que tengo respecto a El hoyo.

Una película que ha llegado muy lejos en los festivales de Toronto y de Sitges. ¿Veía usted que la película podía tener tanta repercusión?

No. Cuando uno hace un trabajo no lo hace destinado a ganar un premio. Aunque cojas a los actores de moda y al guionista de moda, no tiene que salirte una película de premio. Cuando se hace con un fin, no sale. No se hace una película para ganar un Oscar; se hace una película para contar una historia, y luego tomará el cuerpo que quiera tomar.

¿Qué le sorprendió más, el triunfo en Toronto o el de Sitges?

Toronto fue el arranque y Toronto es como ganar Cannes. Es un premio muy importante. Y Sitges resultó impresionante, porque la película se lo llevó todo.

¿Le gusta a usted el cine de terror?

¿Para verlo? No. A mí el cine que me gusta ver es el que tiene bonita imagen, bonitos vestidos, pero yo recomiendo a todos que vean esta película, que defiendo con uñas y dientes. Está muy bien escrita, muy bien rodada y muy bien actuada.

¿Ha sido un rodaje duro?

Para mí, no. Era una sola localización. El rodaje duro es cuando tienes que levantarte a las cuatro de la mañana en enero con un frío que te mueres y te echan una manguera de agua por encima porque en la película tiene que haber lluvia. Rodaje duro es grabar en verano en un estudio asándote de calor y con ropa de invierno. Este era muy teatral, todo en el mismo lugar.

De hecho, el texto estaba concebido como una obra de teatro.

Eso es verdad, pero creo que ha quedado una película redonda.

¿Dijo inmediatamente que sí a su personaje?

Dije que sí a la primera. Me convenció la bondad con la que Carlos Juárez (productor) me propuso el papel. Hacía años que no hacía una película y tenía ganas de hacer algo de cine. Me dijo que iba a ser una película pequeña y contesté: Vale.

Para haber sido concebida como pequeña, se ha hecho muy grande.

Ya te digo. No se esperaba nada y mira lo que ha conseguido. Que una película se considere pequeña tiene sus inconvenientes, pero a mí me parecieron convenientes.

Vamos, que Imoguiri, su personaje, le llegó al alma.

Mucho. No lo digo ahora porque la película haya ganado dos premios importantes; lo dije desde el principio. Fue un personaje que me convenció y mucho, eso al margen de los premios que ha conseguido y los que vaya a conseguir.

¿Qué es lo último que ha hecho antes de esta película?

Un secundario para Movistar+ en una serie que se llama Hierro. También una película que aún está en montaje, que se llama 75 días y va del crimen de las niñas de Alcasser. Yo hago de una de las madres. También he hecho una película en Italia que se estrenará en primavera.

¿Cómo está el panorama actual para los actores? Dicen que ha mejorado.

Cada actor o actriz cuenta la feria según le va. Si tú le preguntas esto a una persona que tiene veinte guiones en casa y está decidiendo cuál le gusta más, te va a decir que el panorama suyo es estupendo. Si le vas a preguntar a los hombres que están en mi franja de edad, te van a decir que les va bien. Lo que pasa es que los hombres no tienen fecha de caducidad. A ellos con 50 les ponen chicas de 29, con 60 se las ponen de 26 y con 70, de 18.

Parecía que estaban cambiando las cosas...

No. Cuando nosotras tenemos 40, ya hay chicas de 18 y son las que tienen trabajo. Hoy se hace un cine, y no digo todo, de gente guapa y joven. No quiero decir que no sean buenas actrices, lo que digo es que lo que se busca sobre todo es juventud y belleza. Tener oportunidades a mis 58 años es muy difícil.

No se puede obviar la veteranía de los actores, y la mayoría de las historias tienen diversas franjas de edad.

Eso está muy bien en la teoría, pero la realidad suele ser mucho más dura. Si te operas, eres una vieja operada y eres criticada por las mismas mujeres: Es una vieja, pero se ha hecho de todo, dicen.

¿Y si no te operas?

Eres una vieja, a secas, con lo cual, vieja eres siempre.

Se dice que las plataformas han cambiado esa actitud de marginación a las mujeres que han sobrepasado los 40.

No lo sé, no lo creo. Hay mucho discurso en los editoriales sobre el tema de las mujeres maduras, pero eso es mentira, es algo buenista. La realidad es diferente. Cuando tienen que elegir, eligen a una de 18. Es todo muy machista. A la mujer le dan el lugar de objeto de deseo, como madre, como dadora de amor, pero después la barren. Cuando deja de ser joven la apartan, y ahí anda la mujer buscando su lugar.

¿Ha encontrado usted el suyo?

Y tú también el tuyo, pero esa no es la realidad, esa es nuestra realidad. No podemos decir que porque a ti o a mí nos vaya relativamente bien y sigamos haciendo lo que nos gusta, el mundo de la mujer esté bien. Hay mujeres que han estudiado una carrera y no están trabajando, hay mujeres que buscan su hueco y lo tienen más complicado que los hombres. Los hombres son más solidarios entre ellos, se cuidan más y se tapan más. Las mujeres para las mujeres son?

No me diga que eso de que el peor enemigo de una mujer es otra mujer, porque parece una expresión muy machista, y además no es una certeza.

Es que ya todo es machismo. No, no creo que la mujer sea el peor enemigo de la mujer, pero entre nosotras mismas nos ponemos más zancadilla que los hombres. La frase que has dicho no me la creo, son rotundidades y huyo de ellas, pero en ciertos lugares sí que lo ves. Hay mujeres que en una película, y yo lo he vivido, respetan mucho al director de fotografía, pero el trato que te dan a ti como directora es diferente.

¿Respetan más lo que diga un hombre que una mujer?

Eso es incuestionable.

¿Genética o malas costumbres?

Es de lo social, es del pensamiento. El hombre se cree, por derecho, que está en un lugar superior.

¿No cree que algo ha empezado ya a cambiar?

No sé qué decir. Siempre ha habido hombres que han estado al lado de las mujeres, pero la sociedad no ha cambiado. Hace unas semanas, en el Festival de Cine de Albacete, después de la película, se celebró un coloquio. Uno del público le dijo a Galder (Gaztelu-Urrutia): ¿Cómo has cogido a Antonia para esta película? Ni siquiera se dirigió a mí, fíjate el machismo.

¿Y qué contestó el director?

Le dije a Galder que contestaba yo, y lo hice. Me quedé muy a gusto.

Vale, pero, ¿qué le dijo?

Que por gente como él, y por su mirada obtusa, y porque era un estúpido, yo llevaba años sin hacer una película. Me quedé a gusto. Yo solo falto a la educación si te veo reptando en la mala educación; entonces, te coloco en tu lugar. Yo no trato mal a nadie y no permito que nadie me trate mal.

¿Cuántos años ya en la profesión?

Casi 40 trabajando. Llegué a Madrid con 19 y tengo 58. Cuando llegué hice teatro universitario y luego mucho café teatro y muchos monólogos en los bares. Mi primera intervención en cine fue Perdona bonita, pero Lucas me quería a mí, con una colaboración pequeña, una figuración con frase. Después llegó La primera noche de mi vida, tras esta, El grito en el cielo y ya la cuarta fue Todo sobre mi madre. A partir de esa película hay un antes y un después en la vida de Antonia San Juan.

¿Cómo es rodar con Almodóvar? Dicen que es exigente...

Te puedo decir que mi experiencia con él fue espectacular. Todo lo que grabé está en la película. Mi relación con él es muy buena porque es mi mentor, fue quien me dio la gran oportunidad y quien ha posibilitado que pueda llevar mis espectáculos por América. Todo lo que vino después es por haber trabajado con Pedro.

PERSONAL

Edad: 58 años (22 de mayo de 1961).

Lugar de nacimiento: Las Palmas de Gran Canaria.

Inicios: Llegó a Madrid siendo casi una adolescente y trabajó en teatro universitario e hizo monólogos en bares y pubs. Sus inicios fueron duros, pero poco a poco se fue haciendo un hueco en el mundo del cine.

Trayectoria: Tuvo pequeños papeles en tres películas: Perdona bonita, pero Lucas me quería a mí; La primera noche de mi vida y El grito en el cielo. En 1999, Pedro Almodóvar la eligió para dar vida a Agrado, una chica transexual, en la película Todo sobre mi madre. Este fue su trampolín. Obtuvo el reconocimiento de la crítica y el público, fue nominada a los Goya, le hizo plantearse su carrera en otras dimensiones y se metió en el mundo de la dirección. En 2001 ganó el premio Zinebi de Bilbao con V.O.

Televisión: Confiesa que ha tenido muchos vaivenes profesionales, pero también dice que ha sabido reinventarse. Un soplo de aire fresco para su trayectoria profesional fue la televisión. Su papel de Estela Reynolds en La que se avecina la volvió a colocar en primer plano de actualidad. Después llegó la serie Gym Tony en Cuatro. Lo último que ha hecho en este medio ha sido un personaje en la primera temporada de Hierro, para Movistar+.