La actriz salmantina, que marcó toda una época en los 80 y 90, comenzó a trabajar en el mundo de la interpretación por casualidad. Comenzó la carrera de Filosofía y Letras en su ciudad natal. Su matrimonio -se casó por primera vez a los 19 años-, le llevó a Madrid, donde terminó la especialidad de Hispánicas. Estuvo dando clases particulares hasta que en una cena surgió la idea de una película y se la ofrecieron. Era 1965 y desde entonces ha estado muy presente en la vida de dos generaciones de espectadores de cine, televisión y teatro.

Durante los 60 y 70 fue uno de los rostros del mítico programa de TVE Estudio 1. A pesar de tener una vida laboral muy intensa la fama no le llegó hasta los 80, como protagonista de dos producciones que hoy son historia de la televisión: Maribel y la extraña familia y Los gozos y las sombras. Ha combinado muy bien los tres medios. También perteneció, entre otras muchas ficciones, al elenco de Fortunata y Jacinta. Pero la llegada de las privadas y la necesidad de series de rápida producción y bajos costes la fueron alejando de la pequeña pantalla.

Después de Clase media, una serie que se emitió en 1987, tuvo un parón que llenó principalmente con teatro. Con mucho sentido del humor ha comentado que llegó un momento en el que solo interesaban rostros frescos y jóvenes, no el suyo. En 2008 apareció en un cameo en Camera café y más tarde en Cuéntame cómo pasó, Fugitiva o Días de Navidad. Su recorrido por el mundo del cine ha sido más largo: en 1997 obtuvo el Goya a la mejor actriz protagonista por la película de Montxo Armendáriz Secretos del corazón. Su último trabajo está fechado en 2015, en la comedia dirigida por Juanma Bajo Ulloa El rey gitano. En la actualidad mantiene un ritmo lento de trabajo y se acerca ocasionalmente al teatro. En la tele, eso sí, está fuera de cámara.

Es muy divertida cuando habla de relaciones sentimentales. Se ha casado dos veces y guarda recuerdos muy distintos de ambos matrimonios. Con mucho cariño se refiere al primero, pero cuando terminó el segundo dijo que era la última vez que daba el sí, quiero. Aun así, reconoce que siempre le han gustado mucho las bodas, incluso las suyas.