Audi salta a la arena, vuelve a la tierra, se mete de lleno en la batalla por el rally más duro del mundo, el Dakar. Desde que la marca de los cuatro aros creara uno de los vehículos más míticos de la historia y asumiera el reto de competir y ganar en el Campeonato del Mundo de Rallyes, nos robó el corazón a muchos aficionados a los automóviles y a las carreras, especialmente a los rallyes. Aquel inolvidable Audi Quattro de cinco cilindros turboalimentado, con tracción a las cuatro ruedas y 200 CV era sencillamente una máquina superlativa, una joya mecánica que tuvo su traslación a la competición de la mano de una generación de versiones que participaron como Grupo B, las auténticas bestias pardas de los rallyes, de la mano de una lista impagable e irrepetible de pilotos como Hannu Mikkola, Stig Blomqvist, la francesa Michèlle Mouton o Walter Röhrl.

Hoy, de nuevo, Audi quiere volver a hacer historia, y ha elegido, como es norma en ellos, hacerlo rompiendo moldes, por aquello de ser fieles a su eslogan de estar a la vanguardia de la tecnología. Y ha escogido, como no podía ser de otra manera, a dos grandes pilotos y triunfadores del Dakar (el español Carlos Sainz y el francés Stéphane Peterhansel, Monsieur Dakar), con sus respectivos copilotos (Lucas Cruz y Edouard Boulanger), para competir con las máximas garantías con un vehículo que es tan revolucionario en su ingeniería como espectacular en su diseño. Un tercer equipo estará integrado por los suecos Mattias Ekström y Emil Bergkvist.

El Audi RS Q e-tron es un innovador prototipo que coloca a la marca alemana, según la propia firma, como "el primer fabricante que afronta el desafío de luchar por la victoria en el raid más duro del mundo con un sistema de propulsión electrificado, alimentado por una batería de alto voltaje que se puede recargar durante la conducción". El director de Audi en España, José Miguel Aparicio, durante la presentación del equipo el pasado 29 de septiembre en el Audi Center Madrid, aseguraba que "el futuro del automóvil es eléctrico, y ya hemos sentado las bases para ello. En 2025 más del 30% de nuestras ventas corresponderán a vehículos electrificados. Y hemos demostrado que la electrificación no está reñida con la competición. Pero ahora vamos más allá: hemos desarrollado una tecnología innovadora para competir en el desierto". Por su parte, Carlos Sainz, bicampeón del mundo de rallyes (1990 y 1992) y tres veces ganador del Dakar con Lucas Cruz como copiloto (2010, 2018 y 2020), a sus 59 años sigue teniendo hambre de triunfos cuando asegura que "mi aspiración y la de Lucas es intentar ganar el Dakar con este coche. Si hay una marca pionera en competición, es Audi. El Audi Quattro cambió el Campeonato del Mundo de Rallyes para siempre, luego vino Le Mans y con el RS Q e-tron intentaremos algo parecido en el Dakar, que supone un reto definitivo para un prototipo con un tren motriz eléctrico. Hablamos de volver a hacer algo especial, diferente, algo que nadie ha conseguido".

El Audi RS Q e-tron se ha desarrollado en apenas doce meces. Dotado de un futurista aspecto, que debe al responsable del Departamento de Diseño de Motorsport de Audi, Juan Manuel Díaz, cuenta para su sistema de propulsión eléctrica en cada eje con una unidad motor-generador (MGU) como las del Audi e-tron FE07 con el que la marca ha competido esta temporada de 2021 en la Fórmula E. La potencia máxima del sistema eléctrico es de 680 CV. Un motor de gasolina turboalimentado TFSI procedente del DTM junto a una tercera unidad MGU forman un sistema convertidor de energía encargado de recargar la batería de alto voltaje durante la conducción, que también recupera energía en las frenadas. La batería, que tiene un peso de 370 kilogramos, dispone de una capacidad de 52 kWh. Como buen eléctrico, carece de los pesados y voluminosos elementos mecánicos de una transmisión convencional.

Carlos Sainz destacó el cambio que todo esto supone en la conducción. "Aquí no hay marchas, no tienes que soltar el embrague. Según aceleras, el coche sale disparado, sin retraso en la respuesta. Contamos con cuatro ruedas motrices, pero sin un diferencial mecánico entre los ejes. Se puede decir que es un diferencial virtual, de ahí lo complejo que resulta trabajar con esta tecnología; es realmente apasionante la cantidad de parámetros con los que puedes jugar. Todo se gestiona a través del software, que hay que desarrollar y poner a punto, incluyendo el freno motor, que es muy efectivo. Al pasar por las dunas, por ejemplo, es un coche muy competitivo, no tienes que preocuparte de la marcha en la que vas, ni quitar las manos del volante. Pero esta carrera no se gana ni pierde en las dunas. Todavía no sabemos dónde estarán nuestros rivales, pero el RS Q e-tron se va a defender bien en todos los terrenos".