En un mundo cada vez más globalizado y competitivo, ser fiel a uno mismo, en los principios y planteamientos, y a la vez no sucumbir ante la despiadada guerra que plantean los otros fabricantes de automóviles, las cada vez más exigentes normativas medioambientales y frente a los menores costes laborales de economías menos desarrolladas, debe de ser tan difícil como caminar por el filo de la navaja, a gran altura y sin red de protección en caso de caída. Así que cuando un fabricante es capaz de poner a la venta un nuevo modelo que responde satisfactoriamente a todas estas exigencias, tanto las internas de la marca como las externas que plantea el propio mercado, es como para quitarse el sombrero y felicitarle.

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Les cuento todo esto porque Honda acaba de lanzar un nuevo automóvil al mercado, el HR-V E:HEV, un crossover compacto que refleja a la perfección cómo su ya incuestionable pasión por la tecnología, aderezada por ese gusto también tan japonés por lo esencial y minimalista, vuelve a poner de manifiesto su magisterio y capacidad a la hora de crear un vehículo de auténtica referencia en el segmento.

Está claro que no es un modelo que busque destacar por sus prestaciones ni deportividad radical, aunque Honda haga hincapié en un notable dinamismo y la superior rigidez de la carrocería; porque aquí las prioridades son otras, como su belleza exterior, eficiencia, sofisticación tecnológica que hace fácil lo complejo, habitabilidad, confort, conectividad, seguridad, funcionalidad y placer de conducción. La propia marca lo define como un crossover que "ofrece una eficiencia híbrida excepcional, un espacio interior líder en su clase y una agradable experiencia de conducción, con un diseño moderno de SUV premium, avanzada tecnología que permite a los ocupantes mantenerse conectados en su día a día y dotado de un completo conjunto de mecanismos de seguridad englobados bajo la denominación Honda Sensing".

Como SUV compacto (4,34 metros de largura), lo primero que llama la atención son sus elegantes formas de estilo minimalista y la línea cupé de la parte trasera. Este estilo moderno y tecnológico encaja a la perfección con un sistema de propulsión eléctrica híbrida que ofrece 131 CV y 253 Nm con cambio automático CVT (formado el conjunto por dos motores eléctricos más uno de combustión interna de ciclo Atkinson y 1,5 litros, sumados a una batería de iones de litio y a una innovadora transmisión de engranaje fija acoplada a una unidad de control de potencia); con una velocidad máxima de 170 km/h, un paso de 0 a 100 km/h en 10,6 segundos, un consumo medio de 5,4 litros a los 100 kilómetros y unas emisiones medias de 122 gramos de CO2 por kilómetro. Disponible en tres modos de conducción (Econ, Normal y Sport) y con distintos niveles de retención para recuperar energía en las frenadas, el sistema e-HEV es el encargado en cada momento de gestionar la forma de generar el movimiento en aras de la máxima eficiencia.

El diseño del interior ha buscado simplificar y hacer la vida a bordo más fácil y confortable, algo en lo que influyen unos asientos más cómodos o las nuevas salidas de aire, con una ventilación en forma de ele que asemeja el efecto de la brisa. Todo ello en un habitáculo caracterizado por su amplitud (el depósito de combustible se coloca bajo los asientos delanteros en lugar de los traseros, como es habitual) y funcionalidad (la flexibilidad que aportan sus asientos multiconfigurables Honda Magic Seats los hacen completamente abatibles, a lo que se añade un compacto maletero de 335 litros de capacidad), así como provisto de una conectividad a la última y un conjunto de asistencias a la conducción más que completo. Por último, el precio de partida se sitúa en unos razonables 31.140 euros.